Lata Peinada, una nueva librería en Barcelona

Lata Peinada ha sido y seguirá siendo una bonita historia con una buena cadena de complicidades.

La historia empezó para mí el 22 de septiembre de 2018, cuando recibí el siguiente mensaje:

Txetxu, hola. Cómo le va? Mi nombre es Sofía Balbuena. Soy argentina. Vivo en Barcelona hace un par de años. He cursado el máster de escritura creativa que dirige Jordi Carrión. Jordi me ha pasado su nombre porque con una amiga que vive en Buenos Aires, tenemos el proyecto de abrir una librería especializada en literatura latinoamericana aquí en Barcelona. Jordi me ha dicho que usted es el mejor asesor para este tipo de proyectos aquí en España. Lo molesto por esta vía para preguntarle si es posible coordinar una reunión con usted para ver si existe la posibilidad de contratarlo como nuestro asesor para nuestro proyecto. Muchas gracias por su tiempo. Saludos.

A partir de ahí y hasta hoy,  que se cierra el primer capítulo de esta historia, reuniones en Barcelona y Bilbao, documentos, correos,whatsApp, conocer a Ezequiel y Paula, presentar a otras personas que pueden aportar, sugerir contactos, criticar, aportar… pero, sobre todo, intentar acompañar con cariño, casi de manera no-directiva rogeriana. Al fin y al cabo, el proyecto, la ilusión principal, el éxito y el riesgo es de las personas que han apostado su tiempo, recursos y trayectoria vital en el mismo.

Gracias Jordi por pensar que podía aportar a este proyecto y facilitarles mi contacto. Gracias Sofía, Paula y Ezequiel por compartir vuestro proyecto conmigo. Gracias de manera muy especial a un precioso ramillete de personas que habéis aportado vuestro granito de arena al mismo.

¡Larga vida!

Les encontraréis en Barcelona. Carrer de la Verge 10

Y ya tienen ganado su hueco en el mapa de librerías que sigo elaborando.

Bilbao: librerías que existieron y siguen en la memoria

La historia de las librerías es muy diferente de la historia de las bibliotecas. Aquéllas carecen de continuidad y de apoyo institucional. Son libres gracias a ser las respuestas mediante iniciativas privadas a problemas públicos, pero por la misma razón no son estudiadas, a menudo ni siquiera aparecen en las guías de turismo ni se les dedican tesis doctorales hasta que el tiempo ha acabado con ellas y se han convertido en mitos. (Jorge Carrión; Librerías; Anagrama; pag. 40)

Disfruté hace unos pocos días de una estupenda comida. Hablamos como muchas otras veces de libros, lectura, el barrio, la vida, los sueños vacacionales, la familia, intrascendencias varias relevantes de lo cotidiano….
Y, en el ir y venir de la conversación y vaya usted a saber el porqué, salieron a relucir las librerías de Bilbao que fueron y ya no son, pero que de alguna manera siguen siendo en nuestra emoria y en pequeñas parcelas de nuestra vida en tanto en cuanto que como usuarios que hayamos podido ser de las mismas han formado parte de nuestro imaginario de lugares y espacios referenciales.

Se me ocurrió trasladar a facebook algunas de las que me acordaba, había visitado y me venían a la memoria.

Os dejo aquí las que me han venido a la memoria y las aportaciones que otras personas han hecho. Seguro que se os ocurre alguna más y no deja de ser una forma de hacer memoria…
Verdes (calle Correo), Herriak (Licenciado Poza), Galería del libro (Ercilla esquina Lcdo. Poza), Aguirre 11 (Máximo Aguirre), Parsifal (Colón de Larreategui), Arriola (Berastegui), Arturo (Colón de Larreategui), Vagar (Alameda de Urquijo), Tango (Gregorio de la Revilla), Librópolis (General Concha), Arrilucea (Plaza Moyua), Alcalde (Licenciado Poza), Malumbres (Elcano esquina Lcdo. Poza), Miñambres (Buenos Aires), Librería del Niño Jesús (Alameda de Urquijo), Rivera (Doctor Areilza), Tótem (Alameda San Mamés), Albia (Gran Vía), Yorick (San Francisco), Internacional (Fernández del Campo), Geuk(San Francisco), Top Books(Gran Vía), Borda (Somera-Artekale)…
Seguro que se os ocurre alguna más.

Propuestas por aquí
Likiniano (Ronda) (gracias Txema García Crespo ); Nuestra Señora del Carmen (Ercilla);  La Bilbaina (Plaza Nueva) (gracias Teresa Laespada); Kirikiño (Colón de Larreategui), Flote (Autonomía), Litterae Mundi (Dos de Mayo), San Francisco (San Francisco), Paradiso (Deusto), Urquiza, Ortuondo, Azkategui, Guinea (Elcano) (gracias Alfonso Gomez ); Estornes (Rodríguez Arias) (gracias Txato Jose Angel Etxaniz Ortuñez ); Villar (Gran Vía) (gracias Iñaki Esteban ); Universal (Ledesma) (Gracias Antón L.)

 

Librerías físicas y políticas públicas

Noticias que sorprenden y que son interesantes que hay política y negocio:

El gobierno municipal de Beijing entregará 7,46 millones de dólares en subsidios cada año para ayudar a las librerías físicas tradicionales a sobrevivir en las áreas del centro.

Importante leer el para qué:

  • Para mejorar los servicios culturales de la ciudad, el gobierno municipal ha alentado a las librerías a abrir las 24 horas y combinar las ventas de libros con actividades culturales como clubes de lectura y conferencias en cooperación con bibliotecas públicas.
  • El gobierno también reembolsará la inversión en la construcción de librerías del presupuesto del gobierno para la construcción de infraestructura urbana, y priorizará las librerías tradicionales en las compras gubernamentales y para realizar actividades culturales patrocinadas por el gobierno.

Al mismo tiempo que se leen estas noticias hay que leer también las declaraciones de Porter Anderson a Letras Libres para ver algunos ‘gurús’ dicen lo mismo:

Incluso diría que dentro de unos 10 años comenzaremos a ver con bastante claridad el equilibrio con las formas digitales.

Esta frase se viene repitiendo año tras año siempre a diez años vista y, por supuesto desde hace mucho más de diez años, pero parece que esos años no acaban de llegar.

En ese entretiempo, las librerías siguen siendo espacios en el mientrastanto vital, que en muchas ocasiones lo que pretenden es articular un espacio comunitario cultural como nos recordaba en una reciente entrevista Jorge Carrión:

Avui dia no té sentit comprar a la gran #llibreria de cadena: té sentit la petita llibreria amb la qual dues o tres persones no aspiren a enriquir-se, sinó que volen articular un espai comunitari cultural.

 

Los libros salvajes, una nueva librería en Villaviciosa de Odón

Carmen y Félix inician hoy viernes 8 de junio su aventura librera en Villaviciosa.

Tuve noticia de la misma en su momento por Jorge Carrión y pude disfrutar en fechas recientes de una larga y agradable conversación con ellos en Madrid.

Espero que la misma les haya sido fructífera. Sí me consta que alguna lectura sugerida les ha resultado estimulante.

Sé también y hay que agradecerlo que la visita a La tres catorce les animó y estimuló. Alejandra es una estupenda anfitriona.

Seguro que Carmen y Félix van a ser también estimulantes para Villaviciosa de Odón.

¡Larga vida!

Cuando un librero se va…

Un librero tiene que conocer su espacio, tiene que conocer a los habitantes de ese espacio y tiene que saber hablar y recomendar lo que hay en ese espacio. (Alberto Manguel en entrevista con Jorge Carrión)

Fernando Linde, fundador y alma mater de la librería 80 mundos de Alicante se va, se jubila.

Se va, pero se queda…La librería sigue y algo de él seguro que queda en la librería y en la apuesta que a hecho en la línea de continuidad que desde la distancia me parece que es una forma de reconocer y dar valor a su propia trayectoria.

Entre las ofertas que tenía sobre la mesa ha apostado por la más joven, la que parece que le ha trasmitido más entusiasmo. Leo en el Diario Información de Alicante:

Traspasa el negocio de General Marvá a dos jóvenes mujeres, Carmen Juan y Sara Trigueros, esta última «tiene la misma edad que yo cuando empecé aquí»,

Su figura me trae recuerdo de otros libreros valencianos, de intentos, de los primeros de trabajo compartido, de apuestas claras por el valor y el papel cultural de la librería.

Y todo ello, casualidad, se produce en el tiempo entre quien como Mike Shatzkin dice que de aquí a unos años todos calvos y sin ferias y librerías. Algo que para escucharlo no hace falta que nos cueste una pasta ya hubo quien hace años y siendo producto nacional decía lo mismo. Y algo ante lo que tampoco nos debemos poner de perfil como si nada pasara o nada se hubiera dicho…

No acertarán porque en ambos casos son unidimensionales en su visión y la descontextualizan del entorno y de su papel y función en un sistema, el cultural y el del libro, que evoluciona y muta, y en el que los papeles y roles van también adaptándose.

Felicidades Fernando, ánimos a las sucesoras, recuerdos a un tiempo para Pere de Babel, Paco de Ali i Truc..

Y, una cita final de Manguel de la misma entrevista que habría la cabecera que debería hacernos pensar y repensar sobre el modelo actual de algunas librerías y esa falsa separación generada por algunos intereses de mercado entre lo nuevo y lo viejo…

Las grandes librerías del mundo son librerías pequeñas. En cada país, en cada ciudad tengo algunas librerías favoritas a las que siempre vuelvo. En Madrid, la Librería Antonio Machado; pero me gustan también mucho las librerías de libros de segunda mano, hay una en la calle del Prado, otra cerca de la plaza de la Ópera. Me importa siempre esa relación con el librero. Y hay una distinción importante. Las librerías de libros nuevos frente a las de libros usados. Yo prefiero las librerías de libros usados, me gustan los libros con biografía, me gusta descubrir a viejos amigos y encontrar obras relacionadas con los libros que ya conocía. Obviamente, entre los libros nuevos siempre hay cosas que a uno le sorprenden, sobre todo en el área del ensayo, el ensayo literario ha encontrado un auge en este tiempo y me encantan esos ensayos inauditos, sobre la historia del cabello o libros sobre los transportes públicos, cosas así, inesperadas.

La librería 80 mundos seguirá en buenas manos.

En la víspera del Día mundial del libro……

Mañana, sobre todo en Catalunya y especialmente en Barcelona, el ruido mediático, las cifras de ventas, casi dará lo mismo lo que se venda, las firmas y no firmas de escritoras, escribidoras y caras con ‘negros’ por detrás, taparán durante un ratín la realidad del día a día de muchas librerías , editoriales y más profesionales de este paisito que son las que al final dan en gran parte sentido a esta celebración.

Quizás no está de más recordar que el día se une en lo que tiene de conmemoración a la figura de dos Cervantes y Shakespeare y no a otros ni a otras. Ahora, hasta quienes no escriben y les escriben se suman a esta fiesta comercial por encima de cualquier otra reivindicación y búsqueda de sentido sobre la misma. El mantra de la bondad del libro, de cualquier libro como si de un placebo se tratara, todo lo tapa. Ya se sabe… «Todo vale para el convento».

Sólo alguna pincelada de víspera.

Estaría bien que cuando se habla de mujeres del sector se tuviera este hecho en cuenta en el título. Creo que hubiera sido más elegante que el Diario Vasco hubiera titulado Las nuevas libreras. Creo que hasta Juan Manuel Uría de Noski se hubiera sentido más cómodo.

Interesante el artículo de Jorge Carrión sobre las, aquí sí, agentes literarias.

Las mujeres son mayoría no sólo en las librerías, sino en todo el sector, aunque esto no ocurra de la misma manera en los puestos de responsabilidad, tal y como podemos leer en el artículo de Miriam Elies hoy en La Vanguardia.

Los mediadores a veces no excesivamente visibles que permiten que el libro llegue a las manos, lo de las orejas es otro tema, del lector merecen también un reconocimiento como, por ejemplo, el que ha hecho hoy Xavi Ayén también en La Vanguardia.

Y por si alguien no sabe con qué páginas liarse y leerse la vida dejo aquí, modestamente, mis últimas lecturas por si algo pueden sugerir.

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Las librerías-café

Me escriben comunicándome la pronta apertura de una librería-café o café-librería. Aquí el orden de los factores sí puede alterar el producto como reflejo de a qué damos más peso económico, simbólico o de gancho.

Si nos movemos en el ámbito del libro y la cultura yo sigo prefiriendo el nombre de ‘lectorería‘ como ya he señalado en otras ocasiones.

En cualquier caso, hay quien postula que existe una ‘alianza natural’, no por el producto, sino por el sentido del tiempo. Algo cada vez más importante.

La librería y la cafetería son aliadas naturales: en ninguna de las dos hay límites de tiempo; en ambas se fomenta la lentitud. (Lewis Buzbee; Una vida entre libros; pag. 27)

Quizás por ello la Agence Régionale du Livre Provence-Alpes-Côte d’Azur acaba de publicar Les Librairies-café, guide pratique que a lo largo de sus 36 páginas aborda entre otros temas, una fotografía global del mercado de las ‘librerías-café’, cómo integrar un espacio de restauración en una librería, el marketing adecuado, las claves para una buena gestión, el modelo económico y un estudio de casos.

Acceder al documento completo.

Los salones, los gabinetes de lectura, los ateneos, los cafés o las librerías comparten la naturaleza de hogares postizos y de núcleos políticos de tráfico de información. (Jorge Carrión; Librerías; Anagrama; pag. 75)

 

La materialidad, las mediaciones son importantes para la escritura, la lectura y la innovación

Estoy leyendo Ordesa de Manuel Vilas.

Ma la recomendó mi amiga Raquel. Me está gustando.

Me encuentro en su lectura con un texto que vuelve a hacerme ver que no todo es lo mismo en lo que se refiere a la escritura y la lectura. El ‘otro’ con el que nos enfentramos, confrontamos o nos encontramos acompañados a la hora de leer y escribir, al igual que los espacios en que lo hacemos creo que tiene su importancia.

Escribe Manuel Vilas:

Poco se ha dicho sobre la materialidad de la escritura, y es un asunto más relevante que las influencias literarias y que las apariciones de Dios. Por ejemplo: no es lo mismo escribir en un teclado que en otro; en una pantalla de un portátil o en una pantalla grnade; en una pantalla rectangular o en una cuadrada; en una mesa alta o en una mesa baja; en una silla con ruedas o en una silla sin ruedas, etcétera, etcétera.

Escribir es una mano que se mueve sobre un papel, un pergamino o un teclado.

Una mano que se fatiga.

Se escribe una cosa u otra según sea el papel, la mano, el boli, la pluma o el ordenador o la máquina de escribir. Porque la literatura es materia, como todo. La literatura son palabras grabadas en un papel. Es esfuerzo físico. Es sudor. No es espíritu. basta ya de menospreciar la materia. (68-69)

Podríamos pensar que con la lectura, pasa lo mismo ¿no?

Jorge Carrión, desde otra mirada, también se acerca a esta reflexión cuando escribe en el artículo La no ficción más innovadora no es necesariamente tecnológica  publicado en The New York Times:

¿Y si en la época de los teclados y los podcasts las tendencias documentales más disruptivas no apostaran por la tecnología, sino por el cuerpo? ¿O al menos por la tecnología en alianza íntima con el cuerpo? Al consenso sobre la preeminencia de la tecnología le opongo, pues, un argumento contraintuitivo: la no ficción más innovadora sigue la consigna de Marina Abramović. El artista está en cuerpo presente en algunos de los proyectos más interesantes de hoy.

 

20 citas de cara al XXIII Congreso de Libreros. 12. Negocio clave en la geopolítica cultural

Reflexiones a modo de píldoras ante el XXIII Congreso de Libreros en Sevilla.

Las librerías son negocio en un doble nivel, simultáneo e indesligable: económico y simbólico, venta de ejemplares y creación y destrucción de famas, reafirmación del gusto dominante o invención de uno nuevo, depósitos y créditos. Las librerías, desde siempre, han sido aquelarres del canon y por tanto puntos clave de la geopolítica cultural. (Jorge Carrión; Librerías; Anagrama; pag. 295)

Informe de lectura. Librerías con criterio

Jorge Carrión empezaba su ensayo Librerías con una cita de Carlos Pascual.

Una librería no es más que una idea en el tiempo. El texto sigue…una idea desarrollada por alguien que libremente ha decidido ejercer como librero. (en Memoria de la librería; Carlos Pascual, Paco Puche & Antonio Rivero; Trama editorial, pag. 26).

Personas, momento histórico y, lógicamente entorno e idea.

De la necesidad  de ser permeables y conscientes del entorno ya hablamos hace poco.

Hoy quiero centrarme en la idea o el criterio que es el término que Isabel utiliza en el libro Informe de lectura.

Porque es curioso, aunque no me extraña, que señale el hecho de que ante parte del sector, entiéndase distribuidores, editores y probablemente algunos lectores, el problema más grande es… hacer entender que una librería tiene o debe tener un criterio. (IC 52)

Mejor además que el mismo sea fruto de una decisión e idea consciente para poder utilizar adecuadamente los recursos y para poder contrastarlo con el resto de actores sean escritores, editores, distribuidores o lectores…

Isabel lo expresa así:

Y aquí es donde se encuentran con dos individuos (nosotros) que tienen que aplicar un criterio propio porque siguen limitados por el espacio y el dinero, pero también porque quieren definir el contenido de su librería, exactamente igual (y esto es importante) que el editor ha definido su línea editorial, y es posible que las dos cosas, librería y editorial no encajen. (IC 55-56)

Abel creo que ayuda a poner palabras a la idea de librería cuando escribe:

La librería es un espacio de exposición, de presencia, y no de retiro, reclusión o conservación. La librería es el espacio donde la cultura se presenta con vehemencia. (AC 20)

Y, más adelante, para remarcar y concretar esa ‘presencia vehemente’

Nuestra vocación primordial era y es la de ser un espacio de contenidos, de incidencia cultural, un punto de encuentro entre los muertos que han escrito y los vivos que los quieren leer, y también un lugar donde se comparte el interés, los conocimientos y satisfacciones que los libros nos dan. (AC 27)

Esto, la idea propia, el criterio de las personas desarrollada en un momento y en un espacio concreto es lo que hace o puede hacer imbatible por imprescindible a una o a muchas, que no a todas las librerías.

Hay que ser claramente conscientes de la especialización de cada uno por la elección del modelo, el fondo y el espacio en función de la idea que, además, en este caso es compartida.

Cada librería tendrá su propia historia, ligada a la personalidad del librero que la dirige. (Carlo Feltrinelli; Senior Service; Tusquets; pag. 249)

Termino con una cita de Marina Garcés que creo que viene a cuento.

Las ideas no son teorías que sobrevuelan la realidad, sino que son tomas de posición en el mundo. Pensar una idea es hacerla propia y situarse. Por eso siempre hay alguna que determina de manera más fundamental que las otras nuestra forma de ser y pensar. (Marina Garcés. Fuera de clase. Textos de Filosofía de guerrilla; Galaxia Gutenberg, pag. 33)

Creo que la cita es coherente con lo anteriormente señalado. Quizás incluso se pueda decir que la librería, cada librería, es una extensión o una concreción de nuestra forma de ser y pensar y de nuestra posición en el mundo. Por lo menos, en el de la cultura.

Informe de lectura. Primer acercamiento

Informe de lectura

Informe de lectura es el título del libro editado por Comanegra y escrito a cuatro manos y a dos idiomas por Abel Cutillas e Isabel Sucunza, iniciadores y seguidores del proyecto que supone la Llibreria Calders.

Lo terminaré de leer este fin de semana. Me faltan 40 páginas del texto de Abel que está en catalán.

Lo prologan Antonio Ramírez y Josep Cots.

Si podéis, leerlo. Creo, francamente, que merece la pena. Leerlo como una experiencia narrada y reflexionada. Entresacaréis del mismo ideas, propuestas, sugerencias y algunos temas también para el debate.

Creo que volveré sobre él en varias ocasiones en los próximos días.

Hoy sólo quiero hacer una avanzadilla con una cita del texto de Antonio Ramírez que prologa en castellano el texto de Abel en catalán, al igual que el texto de Cots en catalá prologa el de Isabel en castellano.

Escribe Antonio:

Durante todo este tiempo hemos debido soportar un ruido de fondo bastante persistente: el de los agoreros del futuro digital y sus imperativos machacones. Pero si algo hemos aprendido escuchando a los tecnófilos es a distinguir mejor las virtudes del libro de papel. Y una de ellas es lo que se suele llamar el «modelo de negocio». En el papel las barreras de entrada son muy bajas, no es complicado ni costoso plasmar un par de buenas ideas en forma de libros impresos; y cuando se trata de una serie de buenas ideas desarrolladas con honestidad, suele ocurrir que un número amplio de lectores las aprecian, suficiente como para permitir al editor materializar otro buen puñado de buenas ideas. Además, el libro de papel es el medio natural para el despliegue de proyectos personales; las posibilidades que ofrece para articular forma y contenido de una manera singular y creativa son casi infinitas. Cada libro es una start up y a la vez una spin off. Con la diferencia de que uno puede ganarse la vida con ello. Muy modestamente, claro. Pero para vivir de tus creaciones no es necesario que venga una compañía de teléfonos y te compre el invento. (pag. 12)

Hoy a la mañana, antes de escribir esto le leía a Jorge Carrión en facebook:

Ya tengo todas las liquidaciones de las ventas de mis libros de 2016 en todo el mundo. La conclusión principal es la siguiente: por cada 1000 ejemplares vendidos en papel, se venden 8 en e-book. Ocho por mil. Ocho. Por. Mil.

Lo de Jesús Marchamalo era mñas crítico. Contestaba:

Doblas mi porcentaje. En las últimas liquidaciones, la proporción era de cuatro por mil.
Cuatro ebook por cada 1000 ejemplares vendidos.
O fracción.

Menos mal que como algunas otras veces, El Roto ya había señalado la dirección hacia donde algunos pretenden llevarnos.

Hay que analizar a esa generación de gurús que viven de profecías tecnológicas, de curso en curso, de charla en charla, pese a que ninguna de ellas se ha cumplido jamás. Escribía después Carrión.

Nota final.

En este tranquilo espacio es donde fundamentalmente me he leído en un par de tarde el libro acompañado de personas de más edad que yo y bajo el murmullo de sus suaves y pausadas conversaciones.

Caminar… da para mucho…aunque no lo parezca

A mi amigo Julen le va la bici. Es todo un ortopráxico del tema del pedal. Practica, reflexiona, estudia, doctorea, promociona, lo disfruta…. Probablemente sin esto último, no sé si se daría todo lo demás.

A mí me va más el meneo del pinrel hacia delante. Lo disfruto y cuando, como hoy, hay ocasión para dedicarle más tiempo al tema, el tiempo, además, acompaña, y los humanos en el entorno tienden a escasear, llego casi a estados gozosos.

Los pies, por su lado, la cabeza por el suyo, la mirada por el otro, el oído por el más allá y el silbido alegre que me sale a su aire.

Estas escapadas son  en parte consecuencia de ser uno su propio jefe, de madrugar y hacer algunos deberes antes y, creo que también, de haber optado y haber podido hacerlo por un determinado ritmo y modo de vida.

 

Llevo toda la semana con el run-run de fondo de esta frase que nos dejó escrita el sábado pasado Antonio Rodríguez de las Heras:

Los poderes de siempre nos han indicado lo que hay que mirar de ese mundo que vemos. La visión tiene un potencial ilimitado de miradas posibles, y los poderes se esfuerzan en señalarnos cuál tiene que ser nuestra mirada, adónde hay que mirar. La rebeldía está en que los ojos se desvíen del camino que marca el dedo índice y que miren a otro lado.

Creo que con el andar, el caminar y el por dónde lo hacemos ocurre algo de esto también y ayuda a que nuestras miradas sean distintas, miren desde otros puntos de vista que salen de las rutinas.

Y esto de hecho toma incluso su forma hasta en el valor informacional de determinadas señaléticas urbanas que en nuestro día a día nos son casi indiferentes.

Para mirar distinto y para andar por espacios menos trotados conviene también ir ligero de equipaje, prejuicios e intereses en un caso, peso en otro. Situarnos ante la realidad con lo indispensable ayuda, probablemente, a profundizar en lo que vemos y a pararnos en los detalles que en lo humano suelen ser importante.

Andaba y mi cabeza al mismo tiempo iba yendo de Carrión a Bernat y de Bernat a Carrión a cuenta de sus idas y venidas con Amazon. No voy a entrar en ello. Tengo en cualquier caso la sensación de que no se ha pillado la frecuencia de onda del texto de Carrión y no me refiero al dilema inexistente en el fondo sobre papel-digital. Me interesa más los posibles modelos subyacentes.

En cualquier caso estos dos buenos hombres, acompañados de su correspondiente artilugio fruto de la tecnología me hacen quizás ver que tendemos a ponernos estupendos con algunos asuntos bastante intrascendentes para la mayoría de los seres humanos más preocupados de encontrar un espacio donde descansar un rato.

Antonio decía en el texto: La rebeldía está en que los ojos se desvíen del camino. Marina Garcés, en el espléndido libro, Fuera de clase. Textos de filosofía de guerrillatambién habla de mirar y desviar. Escribe: Aprender a mirar los gajos de una naranja es una práctica de liberación, ya sea de la caverna o de la cuenta de resultados de las actividades económicas que la explotan. Por eso educar es siempre desviar para descubrir. Y no nos hacen falta grandes recursos: sólo gente capaz de estar, con pequeños y mayores, ante la realidad que se abre. (pag. 150)

No grandes recursos… sólo gente capaz….

Y un poco antes escribe:

Una mañana cualquiera, me crucé debajo de casa con tres mujeres que iban hacia el mercado, cada una con su carro. Estuve a tiempo de escuchar a una que decía: «Hace tres años que no me abraza nadie». Tres años. No lo decía llorando ni con voz dramática. Era la expresión cotidiana de una soledad de la piel que Malatesta sabía que ninguna revolución podría resolver nunca del todo. (144)

Casí que creo que Carrión quería ofrecernos una de las posibles ‘miradas desviadas’.

Mientras tanto yo seguía mirando a Bilbao en su botxo… siendo consciente de que para verlo así hay que tomar distancia…

 

En cultura…¡Nos están expropiando y nos estamos dejando!

El manifiesto de Jordi Carrión Contra Amazon: siete razones está trayendo al parecer cierta cola. Comparto el mismo y no voy a entrar en detalles y en acentos de mayor o menor graduación porque, como bien dice Jordi, no somos ingenuos y además, siempre mejor conversando cara a cara…

Me gustaría poner la mirada hoy en cualquier caso no en Amazon. De hecho ya lo hicimos hace algún tiempo cuando en Trama publicamos el libro En los dominios de Amazon.

Me interesa más fijarme en el siguiente texto con el que casi empieza el manifiesto:

La librería Canuda, que cerró en 2013 tras más de ochenta años de existencia, es ahora un Mango de proporciones faraónicas. La centenaria librería Catalònia es ahora un McDonald’s con decoración modernista y kitsch. La expropiación es literal, física, pero también simbólica.

No diré que Amazon sea lo de menos, pero quizás, lo de más es la expropiación física y simbólica a la que vos vamos viendo sometidos y que nos lleva a situaciones tristes como la que, por ejemplo, señala Sherry Turkle : De todo esto emerge una ironía: mientras tratamos a las máquinas como si fueran casi humanas, desarrollamos hábitos que hacen que tratemos a los seres humanos como si casi fueran máquinas. (En defensa de la conversación; Ático de los libros, pag. 389).

Quizás para que no nos expropien debamos seguir poniendo en valor la dimensión política que todo nuestro quehacer tiene, debamos, como dice Jordi, creer en la resistencia mínima y necesaria.

Para ello, puede ser clave, como señala Marina Garcés, que nos reconozcamos como vidas políticas.

Somos vidas políticas cuando trabajamos y nos resistimos a que nos maltraten, somos vidas políticas cuando escogemos bien con qué palabras y actitudes hablamos a nuestros hijos y los educamos o nos dirigimos a las personas que nos rodean, somos vidas políticas cuando decidimos o dejamos que decidan por nosotros cómo consumir, somos vidas políticas cuando callamos y somos vidas políticas cuando nos rebelamos. (Fuera de clase. Textos de filosofía de guerrilla, pag. 106)

Yo también

Estoy harto de los «gurús tecnológicos», los nuevos profetas (como todos: falsos profetas). Estoy harto de que confundan a sabiendas públicamente progreso técnico y capitalista con progreso moral, para hacer sus negocios, para crear sus burbujas.

Algunos de ellos, se mueven como sanguijuelas en el mundo cultural y pretenden ahora colarnos su prescripción con su algoritmo… ¡Al loro porque no todo es lo mismo!

 

Uniformidad urbana. Poco espacio para las preguntas y para las librerías

El reciente artículo de Elvira Lindo, Adiós Gran Vía, es una llamada más, ni la primera ni la última al proceso de uniformización que se va implantando en las ciudades palpables y, también, aunque no nos lo parezca a primera vista, en los entornos digitales.

Es, y Elvira lo señala con precisión, en lo pequeño e individual como contribuimos a que el futuro sea uno u otro.

Con nuestras costumbres diarias contribuimos al devenir de las ciudades.

Es un hecho, el devenir y el cambio urbano hacia un modelo muy concreto, que sigue fluyendo como si, aparentemente no fuera con nosotros. Marina Garcés plantea con cierta claridad el porqué de puede producir esta situación, esta evolución y muchas otras en una reciente entrevista en la que afirma:

las preguntas radicales surgen siempre en terrenos donde está ocurriendo algo que nos exige pensar porque algo nos duele, algo nos atrapa, algo nos captura, algo no nos deja vivir, colectivamente, políticamente, pero también individualmente.

Quizás no hayamos sentido que esa evolución hacia la uniformidad, hacia, también, ciudades escaparates, nos ‘produce dolor’ o puede ir cortando esperanzas y riquezas vitales.

Quizás debamos cambiar nuestra actitud y nuestra mirada y no aceptar lo dado como bueno, el “esto es lo que hay” y plantear nuevos modos de articular respuestas colectivas tanto de lucha y reivindicación como de creación de vidas vivibles a través de otras formas de consumo, de otros modos de organizar y relacionarse con la vivienda, con el territorio, con el alimento, con la crianza…

Vivir no es elegir, vivir es crear, es elaborar, es amasar, es cultivar, es generar…

Todo ello, el modelo de ciudad, nuestras decisiones de cada día, nuestra falta de preguntas sobre el hoy, perdidos por el que vendrá tiene también un claro impacto en las librerías.

Jorge Carrión señala que es conveniente analizar cada caso y cada ciudad en concreto pero también halla un factor que está afectando de un modo decisivo a las librerías de las ciudades españolas, que es el del encarecimiento de los alquileres en el centro y las zonas emblemáticas, donde el comercio queda en manos de las grandes franquicias. “Tal vez el ayuntamiento debería intervenir, si cree que en su modelo de ciudad es importante que haya librerías, centros culturales de primera magnitud, en el centro histórico. Pero no me parece mal que las librerías se trasladen a los barrios, porque son instituciones de frontera, de resistencia, de periferia”.

El sociólogo Imanol Zubero ya señaló también en el artículo El libro como relación y la librería como nodo en la ciudad posmoderna aparecido en Texturas 29 que:

… el hecho de que tanta gente viva sin libros se relaciona directamente con la posibilidad de que las librerías vayan desapareciendo progresiva mente de nuestras ciudades. Y viceversa: si, como nos recuerda últimamente Roberto Casati, «los niños y jóvenes que leen son sobre todo aquellos que han crecido en un entorno rico en libros, y en el cual los padres (especialmente la madre) leen», es fácil concluir que habitar en un entorno urbano pobre en libros juega en contra de la vocación lectora de la ciudadanía.

Ahí lo dejo por si alguien se anima a hacer y hacerse preguntas radicales…

Diré, sólo por enredar que una iniciativa como la que están iniciando Louise Michel Liburuak de Bilbao y La Vorágine de Santander, con apoyo público, de poner en valor el papel de las mujeres en la cultura crítica, sólo es posible que nazca desde determinados modelos y formas de hacer y desde unas concretas interdependencias.

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La Slow Innovation, profunda más que lenta, se adapta bien al ritmo de las librerías

Las reflexiones ortopráxicas de Roberto Gómez de la Iglesia siempre me resultan sugerentes. No siempre estoy de acuerdo con ellas hasta los últimos extremos, pero tenemos, ambos, la ventaja de haber conversado bastante y con franqueza y de respetarnos, yo por lo menos, y apreciar el trabajo y las propuestas que realiza.

Digo ortopraxis porque sus reflexiones tienen por lo general una base importante de trabajo real que ayuda a retroalimentar, modificar y enriquecer el discurso.

Hace unos días, en c2+i, ha escrito una sugerente entrada que lleva por título Por una slow innovation.

Lleva  ya un tiempo dando vueltas y dándole la vuelta a todo lo relacionando con la innovación en las organizaciones, sobre todo las culturales. Incluso trasladó esta reflexión al ámbito de las librerías en el artículo que vio la luz en Texturas 29 que llevaba por título Innovar la librería: retorno a la esencia y en el que ya recogió algunso de los elementos que aquí plantea.

En Slow innovation dice:

Seguramente, ahora más que nunca, la verdadera innovación en el ámbito cultural vuelva a estar en su capacidad de construir comunidad, de articular ciudad, de servir de conector entre diferentes, de abrirse a mundos no habituales… Vuelva a estar en el contacto no jerárquico entre agente cultural y público, en el placer de la desexpertización desde un amplio conocimiento del oficio, en convertirse en verdaderos generadores de experiencias culturales. Hoy, quienes vivimos en la sociedad de la abundancia (evidentemente mal distribuida) volvemos la mirada a lo pequeño, a lo doméstico, a lo auténtico, a lo colaborativo, a lo comprometido, a lo próximo…al pensamiento, a la divergencia, al conflicto positivo, a la creatividad…a las ideas.

Las organizaciones culturales y fundamentalmente las personas que las crean y gestionan, tienen que volver a hacerse las preguntas básicas, aquellas que a veces “matan”, pero que son, por esenciales, las que nos abren las puertas al futuro: ¿por qué? y ¿para qué? Luego vienen las demás.

Leámoslo desde la óptica de librería cultural y ¿no creéis que cuadra y encaja?

Los imaginarios, siguen siendo importantes.

Roberto más adelante en el propio texto señala unos principios que deben conducir este trabajo:

  • Materia prima local.
  • Marco sostenible y de valores.
  • Experiencia de colaboración no estandarizada.
  • Relaciones que se cuidan y se alimentan.
  • Saboreando el proceso.

No es por lo tanto una innovación lenta sino profunda, cercana y relacional.

Hoy, mientras empiezo a escribir esta entrada, recibo la edición en la colección Compactos pero ampliada de Librerías de Jorge Carrión. ¡Gracias!

La pongo junto a la anterior que guarda todavía las notas y adhesivos que me acompañaron en la conversación que mantuvimos en Donosti

El índice onomástico me ayuda a encontrar con facilidad un texto nuevo que me conduce al recuerdo de un encuentro posterior con Carrión, también en Donosti, que me incitó a reflexionar e ‘inventar’ el término lectorería.

El texto, que creo tiene mucho que ver con la reflexión planteada por Roberto vista desde una óptica librera concreta dice así:

Como me dijo José Pinho, el alma mater de la lisbotea Ler Devagar, una librería es capaz de regenerar el tejido social y económico de la zona donde es abierta, porque es puro presente, acelerado motor de cambio. Por eso no es de extrañar que muchas librerías formen parte de proyectos sociales… Son librerías que tienden la mano para construir cadenas humanas. No hay mejor metáfora de la tradición libresca, porque leemos tanto con los ojos como con las manos. (pag. 72)

En esa línea de profundidad más que de lentitud aunque siempre es difícil acercarnos velozmente a lo que nos mueve y conmueve y pensando en las librerías planteo, por mi parte, cuatro dimensiones de trabajo:

Consumo responsable= Valor=Para qué

Pequeño= Dimensión=Dónde

Autenticidad=Actitud=Cómo racional

Amistoso=Aptitud=Cómo empático

 

La Llocura abrió en Mieres en agosto, sin prisa y sin ruido

Un punto de venta de libros no tiene por qué ser una librería y una librería —en cambio— puede ser, en cambio, muchas otras cosas. (Jorge Carrión en La lectura en España. Informe 2017; pag. 115)

Así nos lo contaron ellos

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En agosto, empezaron su andadura en La Llocura, de la que hoy doy por aquí cuenta.

El texto de presentación o la carta de intenciones que Eva, Altea y Miguel nos presentan y de la que os hago llegar algunas de las líneas sustanciales marca con claridad su campo de juego.

la_llocura

Hartos estaréis de todos aquellos que presumen de ser diferentes, nosotros no vamos a hacerlo, pero queremos que sepáis que este proyecto cultural, que no es ni librería ni café sino todo lo contrario, ha nacido gracias a la financiación de Triodos, la entidad más puntera de la banca ética, y de algunos incautos familiares. También es bueno que sepáis que cada minuto de luz que consumís en nuestra pública casa procede exclusivamente de cooperativas que gestionan energía 100% renovable, con lo que no estaréis ayudando a engordar las cuentas de aquellos que os matan de frío justo antes de que os desahucien. Os diré también que si algún día os sentís solidarios podéis tomar un café, un té e incluso un refresco procedentes del Comercio Justo. Igualmente nos gustaría deciros que tanto las mascotas como los niños educados tienen siempre abierta la puerta, el resto se puede quedar en el bonito parque que hay justo enfrente de nuestra terraza. También os decimos que aquellos libros que no tenemos en la tienda, los pedimos y llegan más rápidamente que desde Amazon, ese ente que no puede sonreírte ni mirarte a los ojos. Y para terminar, os podríamos contar que nuestra intención es programar miles de millones de actos culturales, pero eso esperamos que lo veáis con vuestras propias y ávidas pupilas.

Eva, Altea y Miguel.

Bienvenidas a la aventura esta nueva librería o todo lo contrario.

¿Pensarán los libreros franceses que es en España donde las librerías viven una situación dorada?

El punto de vista, marcado en gran parte por la posición desde donde miramos las situaciones, es importante y a veces clave a la hora de abordar los problemas.

En este lado de los Pirineos parecemos envidiar las políticas culturales y de defensa de la librería que existe al otro lado de las montañas porque tenemos la sensación que la música suena bien y parecemos concluir a partir de ese sonido que todo debe ir mejor que aquí.

Cuando luego esas sensaciones, que es lo que en el fondo son, se cruzan con los datos, quizás el asunto no esté tan claro.

¡Cuidado! No quiero decir con esto que no debamos aprender o tomar en consideración para su posible adaptación políticas y acciones del otro lado. Lo que quiero señalar es que igual la realidad que esas políticas y acciones han conseguido puede ser peor en algunos aspectos que la que tenemos a este lado del Pirineo.

Creo que de lo que se hace en Francia se puede aprender mucho. Así lo he señalado en alguna otra ocasión en este blog, sobre todo en lo que hace referencia a políticas y líneas de acción relacionadas con las librerías.

Ayer mismo, sin ir más lejos, hablaba de la reflexión y línea de trabajo en torno al libro usado por parte de las librerías y citaba un documento elaborado en Francia.

Hoy, acerco también para su lectura otro documento elaborado al igual que el de ayer por la Agence Régionale du livre Provence-Alpes-Côte d’AzurLivre et numérique: Enjeux – InnovationsIntentaré abordar y reflexionar sobre el contenido específico del mismo de manera más amplia en posteriores ocasiones.

Hoy me interesa resaltar para que seamos conscientes, en este lado de los Pirineos, lo siguiente:

  1. Mantienen con mucha más claridad y radicalidad el discurso de la diversidad y la creación.
  2. Cuando vemos la realidad de mercado de las librerías quizás nos llevemos algunas sorpresas si lo comparamos con la situación en España.
    1. En Francia las librerías parecen tener el 22% de la ‘tarta’ comercial’. En España, según los datos de Comercio interior de 2015, las librerías tienen el 35 % de la tarta y si les sumamos las cadenas de librerías tienen el 52,6%.
    2. El volumen de negocio global en Francia para el 2014, año de los datos es de 2.517 M de euros y en España en 2015 se sitúa en 2.257 M de euros. Es decir, la penetración y el peso de la librería en España en el negocio global parece ser mayor.
    3. En Francia, dicen ellos que con 3.000 librerías independientes disponen de la red más densa del mundo de librerías independientes. Puede ser. Si comparamos esas cifras con los puntos de venta en España, que podemos situarlos en torno a los 3.500, unos cientos arriba o abajo, vemos que la red es casi tan tupida como la francesa y además parece tener más cuota de mercado.
    4. Qué hay por lo tanto que envidiar a los franceses en lo relativo al potencial de la red de librerías y a la parte de tarta que se consigue sobre el negocio global. Quizás nada o poco. ¡Cuidado de nuevo! Eso no quiere decir que muchas de las ideas y propuestas puestas en marcha en Francia no puedan ser, lo son de hecho, de sumo interés, pero no nos rasguemos tanto las vestiduras en relación al número de librerías y demás.
    5. Sí es más interesante y preocupante, porque la realidad será posiblemente muy pareja, el hecho de que la librería en Francia, y aquí sí que probablemente la española sale peor parada, es uno de los sectores de comercio al detalle con menor nivel de rentabilidad, llegándola a considerar una ‘anomalía económica’. Digo que es probable que la situación española sea peor porque los márgenes/descuentos son por lo general inferiores a los que las librerías tienen en Francia.
  3. Quizás convenga bajar el volumen de voz en relación al descenso de los puntos de venta. Probablemente tanto en España como en Francia sean superiores a la demanda generada por los libros. Los mestizajes y otras fuentes de negocio que conviven con el libro permiten en muchas ocasiones esa capilaridad. Lo que sí parece claro es que hay dos claras líneas sobre las que trabajar:
    1. Los márgenes y condiciones comerciales. Aquí, como bien señala Manuel Gil, sí creo que conviene mirar a Francia y plantear modelos de buenas prácticas que den aire a esa ‘anomalía económica’ que es la librería.
    2. Si se cree al mismo tiempo el papel de ‘tejedor de ciudad’ que la librería puede tener algo debería de pensarse, más allá de lo ya iniciado, desde las miradas de lo público/administrativo.
  4. Todo lo anterior se refiere lógicamente a lo que irónicamente señala Jordi Carrión en Librerías: desapariciones, permanencias, metamorfosis que forma parte de La lectura en España. informe 2017. cuando escribe: Supongo que si le dijera a Ferlinghetti que su establecimiento es una «librería cultural», sonreiría irónico por la redundancia.

Si en cambio lo miramos desde el negocio, quizás los libreros franceses quieran venirse a España a pillar mayor cacho de tarta.

 

 

Para la lectura, tampoco es necesario que el libro sea nuevo. No despreciemos 800 millones de euros

Ya he hablado por aquí con anterioridad de la reactivación que se está produciendo en el mercado del libro de segunda mano.

Elena Sierra escribía este fin de semana un amplio artículo en El Correo, Libros a 3 euros con los que salen las cuentas, en el que leemos al principio:

No es habitual que la gente acuda a la librería con el carrito de la compra. A mirar y adquirir libros se suele ir con las manos en los bolsillos. O al menos eso era lo ‘normal’ hasta hace poco, hasta que comenzaron a abrirse locales que compran o aceptan donaciones de libros para después volverlos a poner en la cadena. La idea es que tengan una nueva vida; una que, por cierto, escapa de las estadísticas del sector, que contabilizan los volúmenes editados cada año y las ventas de primera mano. Pero hay todo un mercado para los que ya han sido leídos y sus dueños no quieren guardar. Es un negocio en ascenso…

En España, que yo sepa, no disponemos de cifras fiables y reales de cuánto supone este ‘mercado de la lectura’. Seguimos sin tenerlas, pero, nuestro vecinos franceses nos dan algunas pistas de por dónde pueden moverse los números.

Os puedo asegurar que en el país vecino no son nada despreciablesy bastante superiores al mercado digital sabiendo que en ambos casos nos movemos sobre apreciaciones.

La Agence Régionale du livre Provence-Alpes-Côte d’Azur acaba de publicar una guía que lleva por título Le Livre d’occasson en librairie con el clara convencimiento de que existe, ya existía pero parece que ahora con la crisis más, un importante nicho de negocio que en el país vecino lo sitúan en el año 2014, ¡atención! en 800 millones de euros, según una estimación del sociólogo Vicent Chabault. En ese año, el mercado del libro electrónico se situaba en Francia en 64 millones de euros.

Las dimensiones de comercio interior en Francia y España no están tan alejadas como para no poder sacar algunos aprendizajes o genrar algunas reflexiones.

Que el fenómeno de la venta de segunda mano es creciente es un hecho claro.

Que el mismo ha cambiado de aires lo es también.

Que todavía son pocos los espacios libreros donde se da una convivencia entre el libro nuevo y el de segunda mano también es claro y creo que en algunos casos, merece la pena pensárselo.

Me gustaría, en cualquier caso, que este ‘globo sonda’ fuese leído desde algunas de las claves reflexivas e interrogativas que Jorge Carrión plantea en su texto Librerías: desapariciones, permanencias, metamorfosis que forma parte de La lectura en España. informe 2017.

1. Las librerías deben dialogar con las prácticas contemporáneas y deben enfrentarse a sus propias verdades. Las verdades pueden ser incómodas.

2. El itinerario del consumo cultural en el siglo XXI es necesariamente bastardo. Fluctúa entre espacios muy diversos. Y entre el papel y el píxel.

3. Las librerías, concretamente, son embajadas que no tienen otra razón de ser que tender puentes, superar límites. Experimentar.

4. La clave es la convivencia. Esa palabra define nuestra época en la que confluyen todas las épocas… Los objetos culturales también son textos.

Dicho todo lo anterior… esos posibles 800 millones mejor no dejarlos pasar de largo ¿no?

El mensaje… va más allá del logo…

 

Librerías: ¿sinfonía o jazz? Notas breves al hilo de una entrevista a Jordi Carrión

Pinceladas breves en este fin de año.

No vayamos a infoxicarnos por un lado y a empacharnos por otro.

Leo la entrevista que le hacen a (Jordi, Jorge que me tiene que aclarar esto algún día) Carrión los amigos de l’Escola de Llibreria.

Me quedo con un párrafo que muestra lo musical que es ser librero. El nuevo hombre orquesta.

Ha de ser un bon lector, un bon selector de materials, un bon prescriptor, però també un bon coordinador emocional. Algú amb carisma, que sàpiga dinamitzar grups, tant presencialment com virtualment. Un bon comunicador verbal i per les xarxes socials. Un home orquestra.

Y me trae al recuerdo el libro de Luxio Artetxe; ¿Sinfonía o Jazz?. Koldo Saratxaga y el modelo Irizar; Granica editorial en el que entre otras muchas cosas se plantea que el director de una empresa, pongamos que sea ahora el librero se parece más a un director de una banda-orquesta de jazz que a una sinfónica porque siempre hay que ir, en gran parte, improvisando.

Así que en cada caso y momento hay que ir poniendo el acento, y marcando el ritmo en todos y cada uno de los palos que Carrión señala dependiendo del público o de la banda con que toque actuar.

Me quedo también con una recomendación que aparece en el propio libro y que ayuda siempre a buscar el ‘mejor ritmo’.

En la sencillez está la sabiduría, las cosas más simples son las más efectivas. (94)

Y no quiero desaprovechar la ocasión para, por qué no, hacer propaganda y difusión de una idea sencilla que me llego ayer a través de una campa de mail y que de tanta ilusión que me ha hecho, me ha vuelto «Lorca».

Idea sencilla puesta en la práctica por personas que trabajan en librerías.