¿Nos vemos hoy a las siete de la tarde en La Central de Mallorca?

Hoy, con motivo del acto que se celebra en La Central, Javier Pradera y la fundación de las editoriales FCE i Siglo XXI, en el que el libro Javier Pradera. Itinerario de un editor, editado por Trama editorial,  va a ocupar un lugar importante, estaré en Barcelona junto a Manuel Ortuño.

En el mismo, además de Jordi Gracia, editor del libro, y Gustavo Sorá, autor de Editar desde la izquierda en América Latina, nos acompañarán otos colegas del sector.

Nos encantaría poder contar con tu presencia y saludarte personalmente.

La librería combatiente de la soledad y refugio de personas

Tenía en el borrador desde febrero de este año este artículo de Mark Thornton en The Bookseller: Can booksellers combat loneliness? en donde se reflexiona sobre el papel que pueden jugar las librerías, sobre todo las de ‘cercanía’, con las situaciones personales de soledad. Cómo la conversación, la recomendaciónn y el propio espacio como lugar de acogida tienen un valor quizás intangible, pero de alto contenido social.

Escribe Mark

Si resulta que la soledad tiene costos reales y significativos para nuestra sociedad, tal vez sea hora de considerar los incentivos para que las librerías vuelvan a prosperar … Crear librerías, organizar eventos y apoyar la alfabetización y la interacción social en nuestra comunidad en general. … Seamos realistas, no se puede caminar hasta un almacén de Amazon y hablar con ellos sobre la salud intestinal.

Los atentados ocurridos estos días pasados en Barcelona nos han vuelto a recordar que no sólo las librerías, sino el comercio de proximidad pueden ir más allá del propio negocio.

Vale la pena recordarlo y ponerlo en valor.

Leemos en La Vanguardia:

Hubo decenas de fortalezas. Altaïr, en el 616 de la Gran Via, uno de los establecimientos que ha puesto a Barcelona en el mapamundi de las librerías, ya se había blindado a las 17.13 horas, cuando muchos comercios de la zona aún no sabían qué pasaba. Unos alemanes vieron las primeras y confusas noticias mientras utilizaban la conexión inalámbrica de la cafetería de este establecimiento, un Eldorado para los amantes de los viajes y los libros.

Tom abandonó la caja registradora y salió a la calle para informarse. Se cruzó con dos mossos que le aconsejaron bajar la persiana “por la seguridad de los clientes”. ¿Cerrar un sábado, el día de más ventas? Altaïr, como la Central del Raval, que siguió su ejemplo, no tiene clientes. Tiene lectores. Más de 25 personas aguardaron en la cafetería, tranquilizados por libreros como el propio Tom, Encarna, Mariona, Andrea, Helena… A Pep, el propietario, le sobrecogió la imagen de una chica joven, “que lloraba en silencio, concentrada en sus sentimientos”. “¿Estás bien? ¿Puedo ayudarte?”, le preguntó. “No, gracias. Lo siento, no puedo evitar llorar”. Por primera vez en su larga historia, iniciada en 1979, Altaïr fue infiel a su lema (“Para ir más lejos”) y se quedó quieta, quieta, quieta. Pero sólo para tomar impulso. Como Barcelona.

 

Madrid: ¿librerías para ver y ser visto?

Plantear como posibilidad la propuesta de visitar librerías aunque no te guste leer puede parecer una contradicción. Quizás no lo sea tanto cuando la misma se contextualiza en un juego de mestizajes gastronómicos, culturales de otros sectores y soportes, vintages… que posibilitan que las librerías como espacio superen a los objetos que parece que les dieron sentido aunque olvidamos con rapidez que muchas de ellas estaban antes llenas de bolis, cuadernos, carpetas y demás…

Si hay mucha gente por ejemplo en Bilbao que viene a ver el Guggenheim aunque el arte que en él se exponga no le diga nada; si hay otras personas que van de catedral en catedral sin ninguna creencia, por qué no ir a librerías mestizas para disfrutar de los espacios y de otra oferta de las mismas que va más allá de los libros y donde podemos disfrutar y conversar, recordemos a Zaid, aunque los libros nos resulten totalmente prescindibles.

Nunca se sabe con certeza por dónde se va iniciar el camino hacia la lectura.

Así que no está quizás de más, sobre todo si vamos de aparentes presentar un ramillete de librerías en Madrid en este caso para ‘ver y ser vistos’ o para ver y probar otras cosas.

1. Swinton & Grant – Arte Urbano, libros y cafés

2. Tipos Infames – Lectura entre vinos

3. Italiana Madrid – Tradición italiana

4. Ocho y Medio – Séptimo Arte

5. La Fábrica – Un gigante cultural

6. La Libre – Libros, cafés y Blues

7. Sandwich Mixto – El revivir del fanzine

8. La Central de Callao – Grande y bonita a partes iguales

9. La Ciudad Invisible – Más cafetería que librería

10. La Fiambrera – Todo vale entre el Arte y la Literatura

11. Libros para un mundo mejor – Sigue a su bicicleta

12. La Fugitiva – Especialista en berenjenas

13. Molar – Libros y Discos

14. La Infinito – Brunch Musical

Añadiré al listado del enlace un más, «Desperate Literature», el valor de las pequeñas cosas. Allí donde Madrid deja de ser urbe para convertirse en ciudad.

Y, por supuesto, si además disfrutas con algunos libros y con su lectura mejor que mejor.

 

Llamémoslas Lectorerías. Librerías donde se puede hacer algo más que leer

Es curioso lo nerviosas que parecen ponerse algunas personas cuando lo que denominamos librerías ofrecen más servicios u otras posibilidades a los posibles lectores-compradores.

La adecuación a los nuevos modelos y tiempos poniendo el foco en el cliente-usuario-lector y no en el producto parece despistarlos.

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Son los que yo llamaría ‘modernos interesados de sus intereses’ que aceptan mal el sorpaso de los espacios que se reinventan hacia múltiples futuros y van respondiendo así a nuevos imaginarios.

Propongo, en cualquier caso, que esos nuevos espacios podrían llamarse Lectorerías.

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Librerías con criterio. Guillermo Schavelzon

Algunas veces en Barcelona voy a una Fnac, y otras a una librería literaria como Laie o La Central, y me queda la sensación de haber estado en dos países diferentes. Todo es distinto: son otros libros, es otra la forma de exhibirlos, y la de atender al público también.

Guillermo Schavelzon ha publicado recientemente en su blog un sugerente artículo con el título de Dilema para escritores: ¿una editorial grande o pequeña? En el mismo, que merece una lectura reposada, hay unas cuantas referencias a las librerías que recojo a continuación y que creo son un guiño que cada uno puede entender como crea y quiera

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Madrid. 7 sugerencias libreras

Escribía Miquel Flamarich en el número 21 de la Revista Texturas:

Txt_21-700x700Las librerías deben reivindicarse como equipamientos culturales de proximidad con todas sus consecuencias, fortaleciendo las relaciones con centros de enseñanza y bibliotecas, y creando redes relacionales con aquellos centros e instituciones que realicen actividades culturales o relacionadas con el patrimonio material e inmaterial. Asimismo, deben explorarse relaciones más allá del ámbito cultural con sectores que pueden ofrecer transversalidad, como el turístico.

No es por lo tanto de extrañar y quizás sea un síntoma interesante la inclusión de algunas de ellas en las propuestas de las visitas a las ciudades.

La última que hemos encontrado recoge siete propuestas en Madrid: La Central de Callao, , Tipos infames, Antonio Machado, La Modesta, La Fugitiva y Estudio en Escarlata.

Hay muchas más, pero, cada quien pone el ojo en lo que considera una propuesta más sugerente.

En cualquier caso, aquí, como en otros factores de la vida, el orden de los factores sí altera el producto. Es decir: sin el valor de equipamiento cultural de proximidad (temática, geográfica o empática) no existe valor turístico real a no ser que nos guste sólo el elemento patrimonial vacío de contenido y de sentido.

Cita Flammarich

La Central: 20 años que no son, casi, nada

lacentralEl proyecto de La Central cumple veinte años.

Antonio Ramírez escribía recientemente un sugerente artículo en Hänsel i Gretel. escribe en el mismo la siguiente reflexión:

La diversidad de una ciudad es pues fruto del trabajo y la imaginación de sus habitantes y preservarla exige una resistencia activa. Ciertas retóricas en pro de una modernidad a ultranza y cierta entrega irreflexiva a las promesas de la tecnología, pueden ocultar la acción depredadora de la avaricia de siempre.

Leo también en El País, una amplia entrevista.

Algunas pinceladas sugerentes:

  • …intentábamos aportar el valor de descubrir.
  • …hoy parece volver el factor humano, el consumo personalizado… Nosotros estamos entre esos dos modelos, pero más tirando a la librería independiente, de librería especializada hemos pasado a librería especial”
  • “En lo digital no tenemos nada que hacer; la apuesta está en dirección contraria, en el encuentro físico, en crear ambientes, espacios sensibles, colores, conseguir las mismas razones por las que uno escoge un bar: por el trato de los camareros, el ambiente, la música… pues lo mismo, con libros; nosotros no podemos ser una cadena: cada librería nuestra ha de ser un prototipo, pero han de tener un aire parecido”.
  • No temen…el florecer en Barcelona de librerías de autor (Calders, La Impossible, No llegiu…) que tiene algo de regusto a La Central: “Ojalá nos copiaran el modelo; el público de librerías es infiel, pasea por unas y otras… Pero eso está bien, y si creamos un clúster, mejor.

Hoy, desde aquí, donde me he hecho eco a lo largo de tiempo, de reflexiones, buenos momentos y momentos críticos y criticados, también, mi reconocimiento y felicitación a todas las personas que trabajan en La Central y a quienes tuvieron hace 20 años, el atrevimiento y la idea.

En el #8demarzo, una librería con librería dentro. Los márgenes siempre son interesantes

Hoy 8 de marzo, desde aquí un doble reconocimiento.

Por un lado a las Librerías donde el feminismo y la mujer tienen el espacio de la centralidad

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y, por otro, a las mujeres que tienen el espacio central en muchas librerías.

Librería tiene nombre de mujer.

Y, también, ocasión para contar una bella y extraña realidad en la periferia de la Provincia de Barcelona.

Como ellos mismos dicen,

Una rareza dentro de las rarezas. Por un lado somos una librería con una especialicación muy concreta… la cultura tradicional y popular (principalmente catalana, pero vamos abriendo y buscando libros de todo el mundo), nuestra propuesta intenta seleccionar que sean libros didácticos, con criterio, fruto de investigación o experiencias, y de buen leer (este último criterio siempre difícil de discernir).
También somos raros pues tenemos presencia física dentro de otra libreria de una pequeña población Catalana (Tona).
Por si fuera poco somos de los que creemos que el lector existe por lo que vamos en busca de ellos a pequeñas firas, fiestas, i festivales.
Eso sí, somos normales en el hecho de que también tenemos presencia en internet.

¿La madre que acoge?

Llibreria Calpoquet

¿La librería acogida?

Tradi Llibreria

Habrá todavía quien diga que las librerías no generan vida en su entorno.

Nota final.

No dejéis de leer el sugerente artículo de Antonio Ramírez de La Central publicado hoy en Hänsel i Gretel.

La diversidad de una ciudad es pues fruto del trabajo y la imaginación de sus habitantes y preservarla exige una resistencia activa. Ciertas retóricas en pro de una modernidad a ultranza y cierta entrega irreflexiva a las promesas de la tecnología, pueden ocultar la acción depredadora de la avaricia de siempre.

Comunidad… ¿palabra clave en los proyectos libreros?

He pasado unos días en Barcelona y he disfrutado de una excelente comida conversacional, un poco apretada en tiempo, con Xavi Vidal, la cara visible de NoLlegiu.

La comida en Acqua & Sale ha sido todo un placer.

Digo lo de ‘la cara visible’ poque creo que en estos momentos NoLlegiu sería imposible sin todos los cómplices, clientes y amigos que se mueven en torno al proyecto.

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Bernat Ruiz escribe en Núvol:

Podem emprar moltes paraules per descriure l’èxit de la Nollegiu –i d’altres noves llibreries– però per a mi la més important és comunitat. La capacitat d’articular una comunitat al seu voltant és imprescindible per a l’èxit –que sovint vol dir simple supervivència– de qualsevol nou projecte llibreter. No és que abans la comunitat no fos necessària –que ho era–, el que passava és que, essent les llibreries l’únic lloc on trobar llibres, la creació de comunitats era natural.

Esa capacidad de articular una comunidad que genere el suficiente volumen económico es una de las posibilidades más interesantes en estos momentos para las librerías.

En otras visitas realizadas también estos días por Barcelona a otras librerías esa idea de comunidad que puede ser, friki, de barrio, temática sigue siendo, junto con la identidad de la librería una de las claves para construir el discurso de sentido de cada proyecto librero.

Gracias a libreros y libreras de Casa Usher, Re-Read, NoLlegiu y La Central con los que he podido conversar estos días.

Las librerías, al fin y al cabo son de los lectores…

Seguro que de esto se hablará en mayo en Donosti en el marco de la capitalidad cultural.

Os dejo por aquí algunas fotos de las visitas de estos días en los que también hemos tenido tiempo para cuidar otros ambientes comunitarios más amigables y familiares.

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Mujeres libreras. Por muchos años…

Glòria Forteza-Rei lleva ya más de treinta años al frente de Embat llibres. Este año la librería celebra su 40 aniversario.

Lola Larumbe celebra también los 40 años con Alberti.

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A Concha Quirós cada vez le van pillando más cerca los cien años de Cervantes.

Tres mujeres con trayectoria librera y hay muchas más.

Nos encanta hacernos eco por ello de la iniciativa que Cristina Pineda va llevando adelante en el blog de Sílex en el que han ido desfilando hasta la fecha algunas mujeres libreras como Concha Quirós, la última, de Cervantes; Cristina Sanmamed de La Puerta de Tanhauser; Marina P. de Cabo de Literanta; Clo Vautherin de La Central y Lola Larumbe de La Alberti.

Os dejo algunas frasecillas

Lo más bonito, sí, son los grandes amigos que haces en la librería. Lola Larumbe.

Los perdones que tenía que pedir ya los he pedido. Clo Vautherin.

Los libreros que estamos al frente de Literanta tratamos de ser brújula y consejero para el lector visitante. Marina P. de Cabo.

Ahora, después de más de tres años, el modelo de negocio cambia, muta, quizá la clave está en saber adaptarse a los cambios. El café es el valor añadido, pero el pilar de nuestro negocio es la librería. Cristina Sanmamed.

Estoy convencida que volvería a ser librera tantas veces como la vida me diera la oportunidad de hacerlo. Concha Quirós.

Y nos encanta ver que hay librerías y libreras que van cumpliendo años.

Escribía hace unos años Lola Larumbe en Pasión de papel:

Lo ideal y lo práctico. Cómo no pasarse de ideal, cómo no pasarse de práctico: esta es la causa del mal vivir de los libreros, el motivo de sus malas noches y del aire taciturno y gris de algunos a fin de mes. La pugna continua entre el espíritu romántico y la necesidad de vender para poder mantenerse en la ilusión de que vive en el mejor de los mundos posibles; un mundo cuyos límites son la cultura y el saber, un mundo que compartes con gentes que aman y respetan las mismas cosas. Sin embargo, para mantener este sueño, y no hay otra manera (para la librera, en este caso, independiente), hay que ponerse el mandil y salir a despachar: hay que vender. Y lo que para algunos podría considerarse un menoscabo de ese espíritu idealista o un desdoro o una mácula en un alma pura, la venta y no cualquier venta, la venta de un libro, es la expresión de un don raro, inusual, la manifestación de un arte que sólo los virtuosos están llamados a realizar, un puñado de escogidos, un puñado de santos: porque vender un libro, además de ser un arte, es un milagro. (Lola Larumbe en Varios Pasión de papel; 155)

Se ve que los milagros siguen existiendo

La Central de Callao. Una librería en medio del caos

Con la que ha estado cayendo durante unos días en torno a La Central, de algo ya nos hicimos eco, encontrar ese titular (Una librería en medio del caos) en el blog So Sunny tiene su punto de gracia y la confirmación quizás de que son muchos y variados los puntos de vista sobre las cuestiones.

Dice así su autora

En uno de nuestros paseos de agosto por el centro apareció ante mí La Central de Callao y fue como encontrar un oasis en el desierto, como encontrar una joya en medio de la vorágine de la plaza de Callao. El centro-centro de Madrid, el km cero siempre me pareció y me sigue pareciendo «terreno hostil», hay demasiada gente como para poder disfrutarlo, así que no podía creer que un local con tanto encanto pudiese existir en la zona más turística y menos humana de la ciudad. 

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Nota final: Ya os habréis percatado de que en este caso La Central es un auténtico remanso y el caos está fuera. ¡Ay, las miradas qué distintas pueden ser!

 

Hay que serlo y parecerlo

He estado siguiendo con mucho interés los curiosos y creo que inesperados efectos que ha tenido la entrevista que Raquel Blanco hizo a finales de año en Jot Down a Marta Ramoneda de La Central.

No es la primera y espero que tampoco sea la última de las entrevistas que Raquel hace a libreras y libreros.

Sí creo que es el primer caso en que una ‘entrevista amable’ acaba salpicando y produciendo una pequeña retahíla de reacciones que como ocurre en este mundo de las redes funciona como un mal suflé que se empieza a hinchar el día de Nochebuena y se va bajando al llegar los Reyes.

En ese corto espacio de tiempo, por un lado, la entrevista ha recogido 341 comentarios y, en paralelo, han ido apareciendo algunas otras opiniones.

– Bernat realiza un análisis desde la óptica de la reputación.

El mundo para mis yos intenta trazar la difícil y a veces complicada línea entre la izquierda, quizás más pegada a lo económico, y la progresía, que a veces pone su mirada en los aparentes valores. Aunque, estas líneas son siempre difíciles de trazar

– La Dirección de La Central pretende contestar con un comunicado que, en mi humilde opinión, mira al dedo y no a la luna.

– Parece que en estos días empezamos a pisar la realidad y se nos van cayendo los ‘mundos de yupi’.

– Hace ya algunos meses que me atrevía a escribir que algunas cifras no me cuadraban.

Conozco a Antonio Ramírez. Conozco a personas que trabajan en la Central. Conozco a personas que han trabajado. Conozco a personas a las que les han ofrecido posibles líneas de alianza.

Son en ocasiones puntos de vista distintos y en otros claramente contrapuestos. No voy a dar y quitar razones porque en cualquier caso lo ocurrido me parece un síntoma de la situación del sector.

No voy a entrar en cualquier caso al detalle porque creo que sería, de nuevo, mirar al dedo y no a la luna.

El pequeño suflé montado creo que es un reflejo de la endeblez del sector en su conjunto.

– Débil por estar muy alejado de la cultura. De la real digo, no de la del discurso.

– Débil por ser un sector en el que las barreras de entrada para el trabajo son bajas y poco exigentes. Analicen la evolución de los perfiles y del nivel de subcontratación.

– Débil porque su estructura empresarial es numerosa, pero en general poco consistente y desequilibrada entre pocos grandes, muchos pequeños y demasiados intereses poco coincidentes.

– Esta debilidad real se pretende cubrir siempre con dos dogmas de fe que a modo de mantra vacío se repiten y repiten.

1. El valor sagrado del libro, es lo mismo lo que traiga dentro y el formato mediador.

2. El valor sagrado de la lectura. Da lo mismo también al parecer lo que se lea.

Cada vez es un sector más sacralizado y menos simbólico, aunque a los teóricos laicos de izquierda esto les pueda poner nerviosos.

Cuando luego llega la realidad y se rasca, la pelea es la del ‘tendero’, los 5 puntos de descuento por favor, cumpliéndose casi siempre el principio que le robo a Discepolo de

La capacidad de negociación de las condiciones de venta concedidas (descuento, plazos de pago, modo de entrega, etc.) es inversamente proporcional a la diferencia de tamaño entre editor, distribuidor y librero.

El grande siempre parece ganar y este puede, también, ser librero

Dos notas finales con todo el cariño.

– Para La Central. Si empieza a haber distancias entre la historia y el hoy malo.

– Un librero sabio me dijo no hace mucho. Tener una política empresarial de izquierdas en estos momentos en el sector del libro es mantener los puestos de trabajo que de ti dependen con dignidad y justicia.

Por ahí sí se pueden trazar algunos límites con claridad. Más de uno ya sabrá a qué me estoy refiriendo.

Ya sabéis: a ser buenos y a parecerlo.

13/01/2015. Actualización. Poco acertado por parte de Antonio Ramírez ese, si es cierto, ‘No es para tanto’ y más desacertada esta frase:

“Soy injusto, si exijo a los demás más de lo que me exijo a mí mismo. Pero si exijo a los demás lo mismo que me exijo a mí, entonces no”.

Historia de la compra de un libro con final feliz en una librería. ¡No podía ser de otra manera!

En este anteúltimo día del año ahí va un cuento de Navidad librero hecho realidad y que refleja, perfectamente, esta imagen

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Tenía interés en un libro que podríamos calificar de rareza. Editado ya en el 2001 se podía considerar con un libro viejuno. Introducción al estudio de la lengua árabe de Ignacio Ferrando.

Amazon no recoge del mismo ni el precio lo cual quiere decir que nunca ha pasado por sus almacenes. Si alguien quiere ir de explorador que se anime a pedirlo. Yo he preferido moverme en el ecosistema librero.

Paseando estos días por Madrid me acerqué a La central de Callao donde tienen una sección de islamismo y de mundo árabe nada despreciable. Estuve charlando con uno de los libreros con el que pego la hebra cada vez que me dejó caer por allí y le pregunté por el libro.

No tenían ejemplares, pero a través de Todostuslibros vimos que había un ejemplar en Marcial Pons.

El sábado a la mañana me acerqué por la Marcial Pons de Bárbara de Braganza con la idea de saludar  a Quique y pedirle de paso que me confirmara si disponían del ejemplar que señalana Todostuslibros en la Marcial Pons de Humanidades.

Quique no estaba, pero la persona que me atendió se puso manos a la obra, primero para ayudarme a encontrar el libro en la base de datos, empecé dándole como autor Bernanrdo y no Ferrando…. Dimos con él. La base de datos daba un ejemplar y efectivamente el mismo estaba disponible en la otra librería. Así quedó reservado para que el lunes pudiera pasar a recogerlo.

El lunes a la mañana me acerqué por Marcial Pons y allí estaba no solo mi libro sino la conversación que pude mantener primero con Carlos Pascual y, posteriormente con Luis, un librero que sabe de lo que habla.

El cuento, según me cuentan, se ha repetido en fechas recientes con Todostuslibros también como mediación y con Katakrak como Olentzero dispensador del libro argentino querido por una persona cercana. Viajó felizmente de Iruña a Bilbo.

Javi Cámara en una reciente entrevista señala el valor del espacio y de la red.

En ambos aspectos las librerías, si quieren,son imbatibles. Me atrevería a decir que solo es necesaria, si existe ya una concienciación y se acepta, además, el juego profesional de que los ejemplares viajen,  una buena campaña de comunicación de las posibilidades de Todostuslibros hacia el usuario final y una actitud más proactiva por parte de las librerías para creerse que más allá del tamaño son en cada uno de los casos los espacios con más surtido de fondo de España.

Amazon nunca les podrá hacer sombra si coordinan su estrategia.

Y, colorín, colorado, este cuesto se ha acabado.

Nota final: Quien se decida a hacer este tipo de publicidad por lo comprobado y por lo leído en las redes parece estar virando en su modelo de negocio. La duda cada vez más seria es si ese proceso le va a llevar a buen puerto.

Cuando los editores se meten a libreros; cuando las librerías interrogan y cuando las cuentas no parecen cuadrar

Todo tiene sus meandros, sus recovecos, sus contradicciones.

contradiccion1Hace poco leía que algunas editoriales independientes de libro político que se agrupaban ya en Contrabandos han creado un espacio librero con el mismo nombre.

Uno de los motivos que señalan para su creación, suponiendo que sea cierto, es preocupante: se sienten ‘expulsados’ del mercado.

Obviaré el nombre, pero coincidiendo con el verano, ahora que están tan de moda las sinergias, escuché a una persona responsable de una ‘librería de pro’ que ella con quien trabajaba a gusto de verdad era con Planeta. Así que no es de extrañar que desde determinadas lógicas de mercado los editores independientes políticos también quieran hacer política independiente librera desde su librería. O, por lo menos intentarlo.

Siguiendo con librerías me encuentro en el Hoy ecuatoriano una amplia entrevista a Jorge Carrión en la que entre otras cosas afirma que: las mejores librerías formulan muchísimas preguntas y sólo responden algunas. Te ponen a prueba. Este es también el sentido del guiño hecho en Yo amo mi librería, porque al fin y al cabo no hay amor sin preguntas. Luego, como bien dice Jorge sólo hay, en los mejores casos, algunas respuestas.

Y preguntas o dudas son las que me surgen al leer algunas cifras aportadas por Antonio Ramírez de La Central que así, en bruto, no me cuadran.

Escribe la periodista:

La facturación en el 2013 se situó sobre los 13 millones de euros, con una nómina de 140 personas.

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Una sencilla división nos da una cifra de negocio por persona de 93.000 euros. Entendemos que es una cifra bruta.

Hay que tener en cuenta todas las amortizaciones, inversiones y alquileres a pagar que no deben ser ninguna tontería.

La cifra queda bastante alejada de un ratio ideal que debería situarse en torno a los 130.000 euros.

Así que me quedo con la duda en la cabeza y con una pregunta formulada, aunque no sé si esta es por ser buena librería o por unas cifras mal dadas.

Una tarde con Discepolo y compañía

El jueves estuvo Thierry Discepolo por Madrid. A la mañana atendió a Peio H. Riaño de El Confidencial y a Alberto Ojeda de El Cultural

A las 8 de la mañana cambió el ritmo del día. Cogí un autobús y pude llegar a compartir comida con él, su editor Manuel Ortuño y su traductora, Gabriela Torregrosa, a quien no conocía.

Foto0115Disfrutamos y mucho de la conversación y del debate sano y desprejuiciado de ideas y estados de ánimo.

Todo fluyó más fácil gracias a Gabriela que iba hilando el francés, castellano e inglés.

Siguió la conversación más tarde en La Central con Antonio, hacía tiempo que no estábamos, Alex y Clo más los anteriores.

Foto0116Los libreros, formales, se retiraron a una hora adecuada, pero todavía tuvimos tiempo para disfrutar de un último rato de conversación.

Así lo han visto Gabriela y Manuel

Gabriela: Grande Discepolo: «La debilidad de mi posición es al mismo tiempo la fuerza de mi posición. No conozco a nadie de ese mundo editorial, no es mi mundo, no vivo en la misma ciudad que ellos, no vivo como ellos viven, no quiero vivir en el mundo que ellos viven, no quiero el mundo que ellos están construyendo. Son gente extraña para mí. Puedo mirar al mundo editorial desde la distancia y veo algunos leones, muchos perros, también hienas y muchísimas ovejas. Pero no vivo en ese zoo.»

Manuel: Descansen, Thierry Discepolo («La traición de los editores«) ya ha partido hacia Marsella. Horas de buena conversación, nihilismo a discreción, y muchas ideas y sueños compartidos…

Sin entrar en más detalles, tristemente volvimos a constatar que hay personas en el sector del libro que siguen utilizando la censura como forma de funcionamiento.

Un buen día para este proceso de irme poniendo las pilas.

Estilismo librero

Lástima que no haya guardado el suplemento de moda de El País en papel, pero ayer, al verlo a la tarde, me quedé ‘ojiplático’ al descubrir posando a parte del personal de La Central de Callao.

No tengo excesivamente claro que sea el mejor canal para mantener una cierta coherencia de imagen con la filosofía de la propia librería, cuando además, por lo que recuerdo, gran parte de la vestimenta cotiza en bolsa o es de origen sueco. Como diría Joan Subirats, en su caso se apuntan más a un modelo ‘zarista’ que ‘fordista’.

Me parece estupendo que en una librería quienes trabajan en ella no vayan uniformadon y puedan, casi, emboscarse entre sus lectores y paseantes, pero de ahí a convertir esa aparente informalidad en posible imagen de marca hay un salto excesivamente grande.

A ver si va a resultar ahora que ya la gente no va a mirar libros, sino modelos que marcan tendencia.

La Central de Callao. Puesta de largo

Ayer pude disfrutar con muchas otras personas de la puesta de largo, inauguración de la nueva Central de Callao.

Disfruté en medio del gentío que como si de gran acontecimiento se tratara

formó colas para entrar porque hubo momentos en los que por motivos de seguridad hubo que impedir temporalmente el paso de más gente.

Os dejo algunas pinceladas de lo que vi y sentí dentro de la marabumta,

pero pudiendo también disfrutar ya cerca de las 22:00 de una visita personalizada a cargo de Lucía que ayer parecía a esas horas ya casi un flan de huevo-nervios a

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San queremos…

Hemos estado hoy a la mañana de paseo con escritor de un medio a otro. En unos casos nosotros nos hemos desplazado y en otros los medios han venido donde habíamos quedado.

Fermín Goñi ha sido, en este caso, el interesado en ‘mover’ su libro «Te arrancarán las tripas negro» editado por Alberdania. Las ideas y vueltas y los tiempos de espera nos han dado a los dos acompañantes de Fermín tiempo para hablar, comentar y casi hacer un repaso del año.

Al final de la mañana se nos ha unido una tercera persona  y sin comerlo ni beberlo nos hemos ido a disfrutar de un menú del día que ha terminado hace un rato con un brindis casero.

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Estupendo plan sorpresa que acaba de terminar. Conversación, ironía y buen muy buen ambiente. Pequeños descubrimientos personales que uno va haciendo.

Aunque ayer hablábamos de no consumir me voy a permitir sugerir un par de ideas curiosas por atrevidas y distintas que por lo menos a mí me han llamado la atención.

La primera nos la acerca José Antonio Millán y es un set preventivo completo de goma y funda para que, aparentemente, nada se pierda o de ‘perdidos al río’. Así que las gafas siempre podrán estar al lado del soporte lectorhasta en el río….

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En el segundo caso el maridaje es distinto. Quizás mas espirituoso, buscando otro nivel de degustación, la mezcla, el cruce de sensaciones. Nos hablaron de su existencia en México, aunque ya intuíamos que podría funcionar: el cruce de dos pasiones vinos y libros compartido, además, como proyecto por un trío para que, quizás, la pasión sea más abierta: Cálamo, Nórdica y la vinatería El rincón del arpa.

Una forma, en ambos casos de contextualizar al libro en las librerías desde lo más práctico hasta lo más sutil en sensaciones.

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