Las librerías-café

Me escriben comunicándome la pronta apertura de una librería-café o café-librería. Aquí el orden de los factores sí puede alterar el producto como reflejo de a qué damos más peso económico, simbólico o de gancho.

Si nos movemos en el ámbito del libro y la cultura yo sigo prefiriendo el nombre de ‘lectorería‘ como ya he señalado en otras ocasiones.

En cualquier caso, hay quien postula que existe una ‘alianza natural’, no por el producto, sino por el sentido del tiempo. Algo cada vez más importante.

La librería y la cafetería son aliadas naturales: en ninguna de las dos hay límites de tiempo; en ambas se fomenta la lentitud. (Lewis Buzbee; Una vida entre libros; pag. 27)

Quizás por ello la Agence Régionale du Livre Provence-Alpes-Côte d’Azur acaba de publicar Les Librairies-café, guide pratique que a lo largo de sus 36 páginas aborda entre otros temas, una fotografía global del mercado de las ‘librerías-café’, cómo integrar un espacio de restauración en una librería, el marketing adecuado, las claves para una buena gestión, el modelo económico y un estudio de casos.

Acceder al documento completo.

Los salones, los gabinetes de lectura, los ateneos, los cafés o las librerías comparten la naturaleza de hogares postizos y de núcleos políticos de tráfico de información. (Jorge Carrión; Librerías; Anagrama; pag. 75)

 

20 citas de cara al XXIII Congreso de Libreros. 19. Las librerías son de los lectores

Reflexiones a modo de píldoras ante el XXIII Congreso de Libreros en Sevilla.

Un librero admirable de Monterrey, a mediados de siglo, hizo obra cultural y prosperó con un método imposible. Revisaba los catálogos con los ojos de cada uno de sus clientes. Sabía qué libro le iba a interesar a quién, y apostaba con una puntería casi infalible. Compraba el libro equis para el lector zeta, y cuando éste llegaba y se ponía a ver las novedades, hacía el descubrimiento feliz: un libro que le interesaba y se llevaba… De hecho, Alfredo Gracia funcionaba como una especie de agente de compras, por su cuenta y riesgo, para un conjunto de lectores. En vez de comprar por encargo de ellos, adivinaba sus deseos. (Gabriel Zaid; Los demasiados libros; Anagrama, 1996, pag. 75)

La compra en la tienda física o en la librería: la ventaja de lo táctil y de la experiencia

Son ya bastantes los estudios y las informaciones que parecen señalar que el soporte preferido de los lectores es el papel, sean estos lectores grandes o pequeños.

Otro asunto, distinto, es el coste y la posibilidad de acceso que a veces se pueda tener al mismo.

La mediación física y la posibilidad de que cada contenido, visto como un todo, tenga un soporte diferencial de tal manera que podamos distinguir los contenidos también por los soportes que los contienen parece que tiene su valor para el usuario.

Quizás porque posibilitan de esa manera con más claridad, somos al fin y al cabo animales simbólicos, dar mayor significado a una experiencia lectora.

Viene todo esto a cuento de una reciente encuesta de la que el Observatorio Cetelem se hace eco sobre la valoración de los usuarios sobre la ‘naturaleza táctil de las compras offline‘ , o, lo que es lo mismo, en tiendas físicas.

Valentina Candeloro, Marketing Director International de Mood Media, señala un par de posibles razones que creo son válidas para las librerías:

  •  “la naturaleza tangible y táctil de la tienda física todavía se percibe como una gran ventaja, puesto que satisface el deseo de una gratificación instantánea.
  • “los consumidores, en especial, los jóvenes, no están solo comprando un producto en la tienda; están comprando una experiencia. Y sus expectativas de cara a obtener una experiencia que conecte con ellos a nivel emocional son altas.

Volver a pensar y a repensar los espacios en función de las personas y de la experiencia que se puede generar en los mismos sigue siendo clave.

Sigo pensando en el sentido que puede tener, por lo menos como propuesta teórica y de reflexión pasar de librerías a lectorerías, del objeto al sujeto, del producto a la persona…

Consultar más datos del estudio.

En Katakrak son unos cracs

El martes a la mañana, al salir de Katakrak, pensaba en la importancia y el cuidado que hay que poner en el trato y que Eduardo había puesto conmigo.

Escaparate Katakrak

Suelo disfrutar y me gusta desenvolverme a mi aire, modo y manera en las librerías que visito. No negaré que en algunas puedo ser conocido o reconocido, pero me gusta, en principio el vagabundear por el espacio. Soy, de los clientes que prefieren preguntar que ser preguntados.

Y fui a buscar mi oxígeno a las bibliotecas y librerías. Bibliotecas, grandes y pequeñas librerías en las que entraba cada día, que exploraba una por una, intentando descubrir en cuál me sentiría más a gusto, durante los próximos meses, quizás años. (Pierre Péju; El librero Vollard; Tropismos, pag. 75)

Pasé un buen rato vagando, mirando, ojeando y hojeando, viendo qué me llamaba, que libro se me ponía a tiro o yo en su punto de mira.

Ya fue una buena señal encontrarme  Informe de lectura casi nada más entrar.

Subí a la segunda planta donde las veces anteriores que había estado estaba, y sigue estando, la sección que yo denomino de ‘libros sobre libros’.

Creo que en estos momentos es una de las más amplias, si no la más, que se puede encontrar en las librerías españolas. Multipliquen la foto por cuatro. ¡Espléndida!

Libros sobre libros en Katakrak

 

Al pagar y pedir factura, una forma al final de darse a conocer, Eduardo me preguntó con toda la delicadez por La tres catorce. Ahí pegamos la hebra y entre pedido, cobro, consulta, recomendación a las personas que entraban  fuimos llevando la conversación sobre libros, librerías, modelos, futuros, problemas, sueños…

A la tarde volví con Manolo a disfrutar, ahora los dos, e hilar de nuevo la conversación de la mañana. Aprovechamos además para conocer el increíble espacio que tienen para las presentaciones y actividades de ‘formato grande’.

Más compañeros se sumaron a la charleta y fue, mañana y tarde, un gusto en la atención, la normalidad y el reconocimiento mutuo.

Así que los dicho… Los de Katakrak son unos cracs y con las ideas, a su modo y manera que es como debe ser, bastante claritas.

Qué sugerente es ver crecer y cambiar los proyectos en el tiempo… y ver cómo siguen con vida e ilusión.

De bicis y libros. De tiendas de bicis y librerías. Julen Iturbe

Poco voy a añadir a lo que puedes leer a continuación que es réplica fiel de lo que Julen a reflejado en su blog.

Sólo añadiré tres reflexiones más. La primera vino relacionada con su última escapada en bici que aunque no la hablamos en el ámbito que a continuación se señala, tiene también todo su sentido. La importancia de la mirada y la acogida en un primer momento al que llega que a veces es mucho más importante que la apariencia externa del espacio.

La segunda, qué fácil es a veces ‘pegar la hebra’ e ir haciendo ‘ juegos cruzados y leyendo y aplicando posibles visiones de un campo a otro.

Una tercera, que quizás de manera directa o indirecta tenga reflejo en el número 33 de Texturas. ¿Sabíais que empresas que llevan ya años, muchos años dedicándose al big data, tienen cada vez más gente, sí personas no máquinas, leyendo?

Lo que viene a continuación es ‘corto y pego’ fiel de lo que Julen ha escrito y que comparto en todos los sentidos.

Entrada original en el blog que Julen Iturbe ha puesto en marcha con motivo de su tesis doctoral, mtbinnovation.

Hace unos días tuve una agradable reunión con Txetxu Barandiaran. Como no podía ser de otra forma, hablamos de libros y de bicis. Y tirando del hilo también lo hicimos de librerías y de tiendas de bicis. Pues bien, dándole vueltas al asunto, creo que hay cierto paralelismo entre ambos sectores, al menos en tanto puntos de venta y cómo deben evolucionar hacia nuevos territorios.

Comienzo por la diferencia más evidente: el libro  sufre la digitalización porque esta se convierte en un posible competidor a la hora de experimentar el producto. La bici, al margen de que los simuladores avancen lo que no está escrito, todavía se aferra a la experiencia de producto físico que no tiene comparación con ninguna experiencia digital. Quién sabe, tiempo al tiempo, pero no de momento no hay color: se disfruta pedaleando de verdad, no sentada/o en un simulador.

Pero a lo que íbamos: la tienda donde compramos las bicis y la librería. Me decía Txetxu que quería poner sobre la mesa las lectorerías frente a las librerías. El giro es evidente: ponemos el foco en la persona usuaria (quien lee) y no en el producto, que se entiende un medio para un fin. Y ahí la pregunta, sea en las actuales librerías o en las tiendas de bicis, es la misma: ¿cómo se diseña una experiencia de cliente que le aporte valor? Bufff, la pregunta del millón. Hay que echarle imaginación pero la clave está en salir del producto y codiseñar desde o con la persona usuaria. Lee este post de Txetxu y podemos extraer unas cuantas claves… ¡de aplicación también a las tiendas de bicis!

Orbea, por ejemplo, tiene en marcha en Barcelona desde hace tiempo Campus BCN, un espacio más allá de la tienda tradicional. Puede ser un ejemplo de por dónde avanzar. La tienda concebida como una especie de club social, un lugar donde la gente acude en tanto se siente perteneciendo a un determinado grupo social. Y allí, en aquel espacio, no se puede caer en la tentación de que todo sea vender. Sí, claro, hay que vender, pero deben incorporarse muchos matices para que las personas se sientan envueltas en unos valores, una forma de entender la relación con el producto, con lo que son y lo que hacen.

Desde luego que el reto es cada vez más relevante porque la experiencia de compra en Amazon, por poner un ejemplo, es brutal. Me lo llegó a decir una de las personas que entrevisté en Orbea. Si de compra pura y dura hablamos, esa experiencia en un portal de venta en Internet es fantástica, mucho mejor que la que obtenemos en la mayor parte de las tiendas físicas: localizar el producto, comparar precios, proceso de compra sencillo, envío asegurado, sin problemas si queremos ejercer el derecho a desestimiento…

En fin, librerías y tiendas de bicis tienen un reto por delante: repensarse desde lo que hoy en día son aspiraciones de las personas usuarias. Hay que ir más allá. Y conste que no descubrimos nada nuevo porque ya hay mucha librería y mucha tienda de bicis que está dando el paso de comprender que el producto y su venta son solo parte del negocio.

Nota aclaratoria.- En nuestra investigación para el doctorado no incluimos a la tienda en la recogida de datos por no añadir complicación pero queda como una línea a futuro que creemos merecería la pena fuera abordada como materia prima para ¿otra tesis doctoral? 😉

La foto es de Álvaro Ibáñez en Flickr.

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Librerías-Lectorerías: 12 claves para estar preparados para lo que viene

Dialogando con Daniel Benchimol y Luismi Cencerrado

Hace cuatro años jugué, partiendo de una propuesta de Diego A. Manrique sobre las 12 mentiras del mundo de la música, proponiendo las doce mentiras del mundo del libro.

Hoy quiero aprovechar la sugerente propuesta de Luis Miguel Cencerrado, pensada para bibliotecas que se basa a su vez en una propuesta previa de Daniel Benchimol pensada para los editores.

Partiendo de la de Luismi y jugando con ella lanzo la siguiente propuesta para las librerías-lectorerías. Creo que hay muchos puntos coincidentes y de hecho podría servir de guión para una conversación sosegada.

1.- El rol de librero pasa por curar y amplificar, por aportar valor añadido y por llevar el contenido al lector que le interesa. .

2.- El modelo de negocio cambia el paso y el valor de la propuesta de la librería deja de estar solamente en los libros y los autores que se exponen. Ahora el valor nos lo dan los lectores, aquellos a los que somos capaces de cautivar. Es por ello que proponemos como adaptación a este nuevo momento el término lectorería ya que conviene nombrar las realidades para diferenciarlas.

3.- El nuevo modelo de negocio se construye con el usuario como centro, lo que requiere saber escuchar y disposición de atender. La acción de la lectorería se teje en torno a la órbita del lector, el usuario de unos servicios  y propuestas comerciales, que se definen y conforman contando con su participación activa.

4.- La ruptura de paradigmas y el desarrollo de una estrategia multicanal: ¿quién es mi lector-cliente, cuál es la mejor forma de llegar a él? En uno y otro caso, las funciones de la editorial, la biblioteca y la lectorería han de adaptarse a un nuevo contexto de necesidades y demandas, al cambio de hábitos de los destinatarios de su acción y a unas relaciones que se multiplican y diversifican en el plano analógico y digital.

5.- Pensar cuál es la mejor oferta para nuestros lectores-compradores. Cambian las formas de narrar, de ofrecer los contenidos y también las maneras y estrategias de acercarlos a los destinatarios, hecho que afecta a todos los ámbitos relacionados con la lectura y su promoción.

6.- El objetivo es poder llegar en cada lectorería al grupo de lectores- compradores en el que se ha especializado. En este sentido cobra importancia cómo y qué obras, materiales y oferta se selecciona para cada caso. El esfuerzo por adecuar la oferta al público objetivo y potencial requiere también un mayor empeño narrativo sobre la misma conn la finalidad de ofrecer así una visión de conjunto y un sentimiento de conformar un todo propositivo.

7.- Pasar de una lógica de producto a una lógica de servicio, de la idea del objeto al servicio que presta, una dinámica diferente. El objeto deja de tener valor en sí, también en la lectorería; el valor del documento reside en la dimensión de sentido y generación de satisfacción-solución que genera, en la capacidad de uso que encierra, en las respuestas que es capaz de dar al usuario.

8.- Cambiar de enfoque: exponer para dialogar. Nuevo papel del lector, activo, participación, conectarse con… Es lógico que si la conversación está en la médula del hecho de leer impregne a todas las organizaciones que se mueven en torno a ella propiciando múltiples diálogos y estableciendo relaciones dinámicas y participativas con los lectores, con los clientes y entre las propias obras propuestas para su venta y/o contemplación.

9.- Desarrollar acciones pequeñas, obervables y medibles bien cuantitativa o cualitativamente. Es este un buen consejo, especialmente en tiempos de incertidumbre, de cara a prevenir atracones y esquivar parálisis. Una buena forma de evitar colapsos y de afrontar la ansiedad es trazar un plan ambicioso y global y definir estrategias de acción realistas y asequibles que permitan avanzar de forma regular y constante, sea en el ámbito que sea.

10.- Pensar en estrategias comerciales dinámicas, predispuestas al cambio. La flexibilidad como respuesta al cambio para que la reacción no tenga un coste fuerte en el tiempo. El futuro de las entidades educativas y culturales, incluidas las lectorerías, pasa ciertamente por conseguir un equilibrio entre estructuras consistentes y dúctiles capaces de responder de forma rápida y eficaz a las demandas de los usuarios para así asegurar su sentido y sostebibilidad.

11.- Pensar en dinámico, que ningún producto sea el que imponga los ritmos y la organización de la empresa. El proceso que siguen las lectorerías apunta también a un cambio de polaridad, y el hecho de que las obras, en papel o en digital, dejen de ser el eje central del péndulo incide de pleno en la organización misma. Todo se hace híbrido y se mezclan las obras, las propuestas de experiencia, los entornos. Todo es movible buscando con una propuesta de sentido distinta en cada caso, la llamada de atención a nuestros clientes-lectores.

12.- Dialogar y relacionarse con otras empresas culturales: de la música, el videojuego, artes plásticas, teatro, audiovisual … Las fronteras entre las diversas entidades que pueblan el espacio cultural se difuminan y comparten la tendencia de transformarse poco a poco en espacios más abiertos, transparentes y participativos con muchos elementos comunes entre sí. Las lectorerías pueden ser un buen espacio, la casa de acogida, para el mestizaje con sentido.

Rata Corner. Libros, discos, obra gráfica y mucho más… Para el pelo… Los oficios terrestres

El Gremi de Llibreters de Mallorca acaba de renovar su Junta Directiva.

Las personas que representan a una institución pueden decir mucho del espíritu y talante de la misma.

Me ha llamado positivamente la atención la presencia en la misma, sin menospreciar a lo que podríamos denominar ‘perfiles más clásicos’, tanto el de la librería peluquería Los oficios terrestres, como la de, hasta la fecha para mí desconocida, Rata Corner que se define ella misma superando un triple interrogante:

¿és una llibreria? ¿és una botiga de discos? ¿d’obra gràfica? Rata Corner és tot això i molt més

Traigo estos dos ejemplos porque me parecen significativos de una forma de hacer y entender una asociación que por lo que sé en algunos otros territorios provocaría sarpullidos. Casos hay en los que alguna ‘librería’ ha tenido negada durante un tiempo su pertenencia al gremio por considerarla un bar y no mantener al parecer la ‘pureza regia’. ¿Qué dirían algunos si vieran que una peluquería o quien se mueve en medio de la duda metódica cultural sin llegar a definirse, pertenezcan a un ‘santo y sagrado Gremio’?

Por suerte en Mallorca, quizás imbuidos de ese Mediterráneo de horizontes abiertos, parecen ser capaces de mirar un poquito más alláy abrirse a nuevas y sugerentes aventuras marinas, libreras y culturales.

losoficiosterrestresLos Oficios Terrestres dicen de sí mismosLos Oficios Terrestres hemos venido a retomar un proyecto que consideramos único y a aportar nuestras experiencias tanto al campo de las letras como al de la belleza y los cuidados del cuerpo. Convivimos en este espacio ejerciendo oficios muy terrestres, los que cada día precisan la cabeza y el cuerpo.

Y, si echamos la vista atrás, cuántas horas y tiempo de lectura, que probablemente las encuestas tampoco medirán, hemos pasado y siguen sucediendo en peluquerías y barberías de este paisito nuestro…. Hasta el punto de que me atrevería a decir que el día que las pantallas colonicen los tiempos de espera de los espacios corta y arregla pelos, entonces será cuando realmente hayan conseguido la supremacía del soporte.

Rata Corner es una clara apuesta por la cultura de proximidad teniendo probablemente claro en su planteamiento que su centro son las personas usuarias y disfrutadoras de cultura y que en la medida en que el libro ha perdido ese carácter de exclusividad y de posición dominante puede vivir bien acompañado, y además con todo el sentido, con otros soportes y manifestaciones. Así, hablan más de ‘espacio cultural’ que de librería.

Bien por lo tanto por esa mirada amplia y abarcante tanto de estas dos iniciativas como del Gremi en el que trabajan.

Creo que ambas son un buen ejemplo de Lectorería que conviven en Mallorca con otras dos, por lo menos, con más historia: Literanta y La biblioteca de Babel.

Si lo digital ha ampliado las costuras de la mediación y de los canales de comunicación, lógico es pensar que aquellos que ven que otras mediaciones físicas equilibran y agradan a los usuarios amplíen sus costuras también. Y, de sentido común, y de visión de futuro integrarlas en estructuras ya existentes para que juntos se puedan buscar nuevos horizontes y proyectos.

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Feliz 2017

Ojalá que parte de las conversaciones a las que desde aquí y las redes sociales te invite sigan teniendo muchos de estas claves en su devenir.

Este es un reflejo de lo recogido en facebook:libro, libreros, librería, compañeros, soñados, independientes, Bilbao, mundo, gracias, años, editorial…

Y, también, nombres de algunas personas que a lo largo de este año han sido importantes…

La Otra librería café abre en Valladolid

laotralibreriacafeEl jueves 22 ha abierto sus puertas en Valladolid una nueva librería-lectorería, La Otra librería café.

¡Ánimos y enhorabuena!

Es casi como un regalo de Navidad. Quizás sigue siendo el reflejo de una tendencia dentro del sector librero: la aparición de nuevos espacios que como característica general tienden a ser más mestizos, a poner en valor el propio lugar de encuentro de libros con personas, de personas con personas, de libros con otros libros y de todo ello con otros ambientes y ofertas que tienden a invitar al ritmo lento de la conversación, del mirar, del estar, del conversar…

Con ella queda también claro que el futuro es difuso en la medida en que la tendencia no la marca sólo la evolución del soporte sino que hay muchísimos más factores en juego y que, además, estas nuevas realidades no son copiables en la medida en que tienden a adaptarse, dar respuesta e integrarse en gran medida en sus entornos cercanos. Y ahí, en esa especificad encuentran probablemente una importante ventaja competitiva.

Se va ir abriendo, creo que de hecho lo está haciendo ya, un nuevo espacio de juego en nuevos entornos amables y cercanos y de dimensión humana. No digo que antes no existieran, pero creo que es una tendencia cada vez más clara y en gran medida reflejo de la constatación de dos realidades:

  • La tendencia ‘Zaidiana’ de la apuesta por la tertulia-conversación
  • El reconocimiento de que el libro ha perdido en gran parte su cetralidad transmisora y conviene irlo colocando en nuevos contextos de diálogos humanos.

Insisto en que nada es nuevo. Es una inteligente relectura y adaptación a los tiempos de algunos elementos innovadores que las librerías de verdad han llevado siempre consigo.

Ahora toca todavía en muchos casos esperar a ver su sostenibilidad y mantenimiento como actividad que permite generar unos recursos suficientes para la subsistencia del proyecto y de las personas que en el mismo se han implicado.

En gran medida, es una decisión de todos ya que en cada acto de compra que hacemos apostamos por un modelo.

Agradables sorpresas en la víspera de Nochebuena y tres recomendaciones lectoras

Mientras preparo la cena de mañana en casa la amable cartera que siempre que puede me acerca los paquetes como compensación a ser habitualmente el vecino de guardia que siempre atiende la llamada matinal del portero automático.

anuariolibrosyliteraturaportadaEn el interior, el regalo sorpresa del primer Anuario de Libros y Literatura elaborado con todo el cariño del mundo y en el que de manera muy humilde he aportado un pequeño granito de arena diciendo algunas cosillas de nuevo sobre las librerías como lectorerías y atreviéndome a hacer una definición-descripción tentativa y limitativa.

«aquellos espacios donde el libro fundamentalmente de carácter literario en un sentido amplio está presente como un elemento central del negocio, pero que, al mismo tiempo, está acompañado y/o contextualizado con otras propuestas preferentemente de carácter gastronómico o cultural que hacen que la oferta sea especialmente atractiva para el lector comprador de tal manera que inviten a repetir la experiencia de la visita y de la compra y que prolonguen la estancia de las personas en los espacios por el sentimiento de acogida que generan».

¡Gracias Marta Magariños!

En el mismo como respuesta a una pregunta que me hicieron recomendé tres libros o, si lo preferís, tres lecturas entre las que he realizado este año:

anuariolibrosyliteraturarecomendacionesTú de Anjel Lertxundi

Patria de Fernando Aramburu

La España vacía de Sergio del Molino

Siempre digo, cuando me preguntan sobre libros leídos, que no soy un crítico. Que soy un lector corriente y moliente con sus gustos, manías, peculiaridades. Ahí quedan en cualquier caso.

¡Disfrutad!

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Hoy 11 de noviembre Día de las Librerías…

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  1. Sin limosna del Ministerio, pero con la dignidad del pequeño conspirador.
  2. Con cada vez más sellos de calidad que parece va por barrios.
  3. Volvemos a acercar y seguimos buscando a:
    1. Librerías enredadoras
    2. Librerías amadas

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    • Cuatro citas contextuales
      • El librero es el ser más consciente de la futilidad del libro, de su importancia. Por eso es un hombre escindido; el libro es una mercancía para comprar y vender, y él integra esa mercancía. Se compra y se vende a sí mismo. (Héctor Yánover; Memorias de un librero; Trama Editorial, pag. 9)
      • Cada librería tendrá su propia historia, ligada a la personalidad del librero que la dirige. (Carlo Feltrinelli; Senior Service; Tusquets; pag. 249)
      • Una librería es otro intento de poner la complejidad del cosmos en lenguaje coherente. (Héctor Yánover; Memorias de un librero; Trama Editorial; pag. 173)
      • Lo competitivo de una librería está en el surtido (amplitud, foco), el lugar (agradable, de fácil acceso), el personal (conocedor, cumplidor, ayudador, sin ser metiche) y, desde luego, el precio, si no es igual en todas partes. Una librería que está lejos, casi no da servicio y ni sabe lo que tiene, pero vende con el 20% o 30% de descuento, se vuelve muy competitiva. Pero ¿cómo es posible dar el 30% de descuento al lector, si la librería recibe 35%? No es posible. Excepto, claro, si algunas librerías consentidas reciben descuentos altísimos. Y ¿cómo es posible para el editor dar descuentos altísimos? Subiendo los precios. Con lo cual resulta que el descuento es puro cuento. (Gabriel Zaid; Librerías y Precio Fijo )

Seguimos, al fin y al cabo, buscando y encontrando, librerías, lectorerías que nos acojan como nuestra segunda casa.

Ante el Día de las Librerías…. celebrarlo preguntándose, aunque no haya respuestas

El viernes 11 de noviembre se volverá a celebrar el Día de las Librerías por sexto año consecutivo.

Por supuesto que lo celebraré, pero, me voy a permitir con un guiño comercial, hacer una autocrítica.

autocritica_portada_webDigo lo del guiño comercial por una de las próximas novedades de Trama Editorial nacida y parida por Perroantonio y que lleva por título: Te voy a hacer una autocrítica. Diccionario para entender a los humanos, que llegará a las librerías un poquito después del Día de las Librerías.

El Día ha escogido como lema para su publicidad (publicidad. Comunicación tramposa dirigida a estimular un deseo que es posible satisfacer, normalmente a cambio de dinero) el siguiente:

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Y, francamente, tengo mis dudas de que esa aparente oferta de seguridad, de no-duda, sea realmente lo que el lector vaya buscando. Esas preguntas… ¿siempre respondidas y con una respuesta para cada ocasión y persona?

Es más, cómo, por ejemplo, un libro o un escritor que en su obra se formula preguntas sin respuesta puede llegar a generar una obra que responda a las preguntas de un posible lector.

Eduardo Sacheri, ganador del último Premio Alfaguara, diceescribo precisamente para formularme preguntas, no necesariamente para respondérmelas.

Quizás, hubiera sido más sugerente, más rompedor, ofrecer un espacio de no-confort, un espacio de generación de preguntas, de nuevas preguntas a las que cada uno deberá encontrar, si es capaz y si quiere, su propia respuesta.

¡Feliz Día de las Librerías (Lectorerías) conspiradoras y preguntadoras!

Café con letras. Libros y gastronomía en Valdepeñas y Estella

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Victoria Camacho, Nieves Sánchez y Lucía Roldán, son las tres socias que el 8 de julio de 2015 decidieron abrir un café librería en Valdepeñas, llamado “Café con Letras”, que se encuentra en la calles Escuelas, 36 de la ciudad y que cuenta, además de con las propietarias, con tres camareros.
“Nos interesa la literatura y la cultura. Tenemos una visión diferente de la cultura. Nos encantan los cafés librería de Madrid, de Ámsterdam, de Viena. Habíamos estado en estos sitios y habíamos soñado con eso. Encontramos este local y nos pareció maravilloso. Queríamos conservar el estilo modernista del siglo XIX que tenía. Hemos restaurado los muebles y todo es original. Por ejemplo, las lámparas están hechas para el café”, explica Victoria Camacho.

Café con Letras” es una librería que vende libros, donde también se pueden leer. Cuenta con ediciones y autores que no están en las librerías habituales, “editoriales de la buena literatura europea. Son libros que no se encuentran. También tenemos libros de segunda mano muy interesantes”.

El establecimiento también es una cafetería. “Nuestra especialidad son nuestras tartas caseras. Tenemos cafés de todo tipo, tes, vino, tapas como sándwich especiales “estilo rodilla”, cerveza ecológica importada de Alemania, que no se vende por aquí. También vinos ecológicos…”.

En cuanto a las actividades culturales que desarrollan, “ya que la cultura es muy importante para nosotros”, organizan presentaciones de libros, performances, exposiciones, música en directo, cuentacuentos, catas…

Seguir leyendo en Lanza digital.

Si no quieres ir tan al sur y seguir moviéndote un poco alejado de la centralidad en Estella-Lizarra, también tienes otro Café con letras para disfrutar de la conversación, y en Vigo, también.Logo-CAFE-CON-LETRAS-250-SLas Cafebrerías quizás sean uno de los posibles modelos de Lectorerías.

Las librerías son de los lectores

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Un gusto poder disfrutar ayer de la conversación a varias voces entre libreros en el Koldo Mitxelena.

NoLlegiu, Tipos infames, Ler Devagar, Altair y Garoa, sabia y astutamente moderados por Jordi Carrión, nos ofrecieron sabiduría y reflexión en ricas píldoras experienciales.

Unas pinceladas de las mismas que no está de más repetir.

La paternidad de las reflexiones no creo que importe en este caso.

  • Las librerías siempre han sido espacios de hibridación.
  • Las librerías siempre han sido espacios conversacionales y las conversaciones, a veces, acaban creando librerías.
  • Quien trabaja en una librería acaba desarrollando una doble mirada que ve a través de ojos no coincidentes: el ojo del lector y el ojo del librero.
  • El ejemplar de un libro es distinto en función de los contextos en que se encuentra.
  • Librerías con ‘parroquianos’.
  • Librero como hacedor de contactos.
  • Libreros que intentan hacer realidad sus imaginarios.
  • Si ‘pasan cosas’ la gente viene a la librería.
  • Librerías con probadores y con tiempo para comparar…
  • ¡Hay que combatir la tiranía del excel!
  • Conviene saber de dónde se viene para enfocar la mirada hacia el futuro.
  • Sin lectores no somos nada.
  • Quizás haya ya que hablar de Lectorerías.

Compromiso final

En cuanto pueda me escapo a ver y conocer todos los proyectos que giran en torno a Ler Devagar. Se admiten compañeros de viaje

Quien tenga gana y posibilidades de seguir reflexionando y conversando en torno a las librerías, el 12 de mayo se puede acercar por Madrid a la Jornada organizada por la Fundación Santillana, la Embajada de México y el Instituto de México en España.

 

Barcelona, cinco librerías contracorriente

En este mundo tan líquido que diría Bauman quizás los caminos no sean tan claros y definidos, ni los territorios tan delimitados.

Es por ello que, a veces, quienes son capaces de leer los vientos, de intuir los resquicios, de atisbar los tiempos cortos de bonanza, de encontrar nuevos espacios son, desde lo micro, creadores de nuevas realidades y oportunidades.

Algo de esto ocurre con estas cinco librerías de Barcelona que también han conseguido encontrar un hueco en El País.

La Impossible, situada por cierto al lado de un excelente restaurante, NoLlegiu, ya en su nueva casa desde hace unos meses, La Calders, que acabarán siendo la lectorería de los libros, Casa Usher con su patio, que nos tiene enamorados a los chicos de Trama Editorial y Kepos-Canuda, la librería de las segundas oportunidades son ejemplo de ello. Termino con una cita de Miquel Flamarich:

Y finalmente, la librería ha de ser capaz de levantar la mirada por encima de su entorno inmediato, de su entorno cultural, para encontrar la manera de extender la cultura del libro y la lectura a los millones de personas que no tienen acceso a ella. La responsabilidad primera es de la administración pública, pero esta asignación de responsabilidad no debe inhibir la responsabilidad propia y colectiva. La paz, el agua, los alimentos, las sonrisas, la sanidad, son elementos primarios que gozan de consenso para extenderlos a aquellas personas para las que no son accesibles. Y los libros y la cultura no son elementos a los que se les otorga la confianza para que puedan ejercer un bien a las personas ayudándolas a que construyan una vida mejor. Por qué no discutir proyectos relacionados con el libro, la librería, la biblioteca, pensando en estas personas.  (Revista Texturas 21; Apología del libro y la librería)

Llamémoslas Lectorerías. Librerías donde se puede hacer algo más que leer

Es curioso lo nerviosas que parecen ponerse algunas personas cuando lo que denominamos librerías ofrecen más servicios u otras posibilidades a los posibles lectores-compradores.

La adecuación a los nuevos modelos y tiempos poniendo el foco en el cliente-usuario-lector y no en el producto parece despistarlos.

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Son los que yo llamaría ‘modernos interesados de sus intereses’ que aceptan mal el sorpaso de los espacios que se reinventan hacia múltiples futuros y van respondiendo así a nuevos imaginarios.

Propongo, en cualquier caso, que esos nuevos espacios podrían llamarse Lectorerías.

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