¡Cuidado! ¿Quieren dirigir nuestras emociones aprovechando nuestras lecturas…?

El Grupo Planeta ha puesto en marcha la plataforma Oh!Libro, donde, al parecer, los usuarios pueden buscar lecturas según la valoración emocional de otros lectores.

Ya se sabe que las llamadas a las emociones y a los estados de ánimo pueden tocar el corazoncito y a veces provocar que ‘nos dejemos llevar’.

La simpleza del planteamiento hace pensar que quien ha pensado la idea y la ha puesto en práctica ha tenido una vida emocional poco intensa y rica, reduciendo las posibilidades a un ‘sota, caballo y rey’.

Si además somos capaces de ver y leer la propuesta con esta cita como trasfondo…

El objetivo de los que crean las aplicaciones es relacionar la vigilancia con la sensación de que nos cuidan. Si nuestras aplicaciones nos «cuidan», no nos centramos en aquello que toman de nosotros. En el mundo tal y como lo analizó Foucault, cuando colocas cámaras en las esquinas de las calles, deseas que la gente las vea y construyan una personalidad acostumbrada a la vigilancia. Saber que las cámaras están ahí hace que te «portes bien» tú solo. Pero en nuestro nuevo régimen de datos, el objetivo es que nadie sea consciente de que nos vigilan, o que al menos nos olvidemos de que lo hacen al cabo de un instante. Este régimen funciona mejor si una persona se siente libre para ser «ella misma».De ese modo, aportan al sistema «datos no adulterados». (Sherry Turkle; En defensa de la conversación; Ático de los libros, pag. 347)

quizás pensemos que hay una doble o triple intención bajo ese halo de ‘propuesta y bondad’. Control, simplificación del comportamiento para hacerlo más controlable e interés meramente comercial… aunque algunos nos vengan con el cuento de la cultura…

¿Buscando talento o copando mercado?

El último cuarto de siglo ofrece quizá el balance menos favorable entre, por un lado, una proliferación inédita de libros y, por otro, una regresión social y política sin precedentes: la distancia más grande entre las promesas de emancipación (en volumen de escritos editados, vendidos y comentados) y su realización. (Thierry Discepolo; La traición de los editores; pag. 18)

Parece que lleva un tiempo de moda eso que se ha dado por llamar la autoedición. Hace pocas fechas Amazon veíamos una infografía de Amazon donde nos contaban que lo que más venden son autoeditados.

Mariana Eguaras ha escrito dos interesantes entradas explicando y hablando sobre la nueva plataforma de Penguin (1 y 2).

Planeta a través de Casa del Libro también tiene su chiringuito montado.

No nos olvidamos de Bubok.

El juego en todos los casos es sencillo. Se parte de alimentar los egos personales. Poner siempre como ejemplos a los menos, es decir, los que nos dicen que venden mucho y cubrir su modelo de negocio del manto de la riqueza de la creatividad individual y de la ruptura de barreras que posibilita ya a todo el mundo ser un número uno en ventas.

La trampa es sencilla. Son los flujos del embudo de boca muy grande y salida muy fina.

Los tres grupos claves en estos momentos en España intentarán crear la boca más grande posible. El goteo posterior de ventas a ellos les da igual. Mientras tengan fijada la atención de la mayoría en sus entornos ellos ya van ganado. Van copando nuestra economía de la atención por los dos lados. Por la creación, haciéndonos creer que todos podemos ser autores y por el consumo, engañándonos también con esa teórica rica oferta del ‘más es mejor’.

Luego, cuando lleguen las rupturas provocarán estas nuevas modalidades de descuento que por primera vez he visto hoy paseando por Bilbao.

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Y Merkel se comió a Rajoy. ¡Perdón, perdón! Bertelsmann a Santillana

Después de marear perdices, intentar tomarnos por tontos al conjunto del sector, negar y renegar desde las negativas que lo único que podían indicar eran piedras en el camino, parece que ya han realizado una ‘operación pasada de moda’, según palabras de este mismo año de Claudio López Lamadrid director de la división literaria de Random.

Es también asombroso, tirando a vergonzoso o vergonzante el tono de ‘nota oficial’ con el que El País aborda el asunto. Cuando les toca las barbas pelar, ‘mutis por el foro’.

Peio Riaño me decía que

La verdad es que me parece un ‘coñazo’. Ahora los dos grupos que quedan, Planeta y Random, que además comparten negocios, andan ya midiéndola para ver quién la tiene más grande, cuáles son sus cuotas de mercado, cómo van a dirimir la pelea cruzada en Brasil en el ámbito educativo.

En el fondo, ambos se sienten ya más a gusto. Ya pueden empezar el pugilato de verdad, en modo Merkel-Rajoy, para ver si juegan al empate técnico o nos van eternizando en un combate a los puntos. Al fin y al cabo los nuevos son alemanes aunque parezca que esto del ‘inglés Random’ queda como más universal.

Dos grupos que en el mercado de creación van a controlar más del 50% del mismo.

En cualquier caso en las notas de prensa ya había alguna tiradilla. Así parece que para Random, Bertelsmann en su mayoría de capital, Planeta es casi un don nadie cuando se afirma: La unión de dos de las editoriales con mayor reputación en el mercado de publicaciones generales reforzará significativamente la presencia de la empresa en España y América Latina.

¿Han pagado los alemanes mucho o poco? Aparentemente ha sido una ganga. Aunque no sean dimensiones comparables Planeta pagó en 2008 por Editis 1.026 millones de euros. Al lado de esa cantidad los 78 millones de Santillana suenan a calderilla.

El asunto es saber realmente qué han comprado cuando parece que en breves años empiezan a caducar derechos de algunas de las joyas de la corona que habrá que ver a dónde quieren irse después.

Desde el otro lado del charco, México en concreto, parece que esta operación se ve como negativa para el resto del entramado editorial.

Cada vez que se produce una operación de este tipo pienso más en la teoría de los huecos de Paco Puche. En este caso es claro además, se ponga Cebrián como se ponga, que es una soberana bajada de pantalones y una venta a calderilla por necesidad a corto.

Sobre las consecuencias que pueda tener ni me lo planteo. Son ya lógicas financieras las que las mueven que tienen poco que ver con la cultura y la edición, aunque esta siga siendo una buena excusa para el negocio.

Lo dicho ¡un coñazo!

…el terreno donde la escritura se juega el pellejo es cada vez menos la escritura y cada vez más la empresa, la economía, la competencia. Como se dice en geología, hay deslizamiento de tierras. Escritura, sí, pero ¡debe sorprender! Algunos editores ya no se esconden y no dudan en proclamar, en un lenguaje de director de deportes aunque no desprovisto de habilidad, que su éxito lo han obtenido porque eligieron publicar obras seleccionadas teniendo en cuenta lo que, según sus observaciones, la clientela (dudan en decir “el lector”) estaba esperando….No representemos el papel del puritano; no estamos considerando que la economía de una editorial no tenga su importancia, son necesarias lucidez y prudencia tanto como determinación. No, lo que resulta interesante señalar es que, al contrario de lo que muestran las apariencias y a la confianza que se da a este gran acompañamiento de adjetivos sobre los textos de cubierta, en las argumentaciones, en la publicidad o en las entrevistas, la escritura es cada vez menos el criterio principal de la elección editorial. (Hubert Nyssen; La sabiduría del editor; pag. 35)

El spotify de los libros. Segunda entrega

Dábamos cuenta el viernes pasado del acuerdo Telefónica-Planeta a través de Círculo para el lanzamiento del ‘Spotify de los libros’.

Tiempo habrá de analizar la fontanería y condiciones del mismo, pero creo que sigue siendo de interés realizar un análisis más ‘macro’ sobre lo que puede suponer.

No debemos olvidar que Círculo está participada tanto por Planeta como Bertelsmann desde el año 2010. Parece que esa participación le costó a Planeta 50 millones de euros.

Ya señalamos el viernes el peso de Planeta, tanto en el mercado español como en el francés y que el mismo no es solo en el mundo del libro, sino en otros sectores. De hecho, recientemente, José Manuel Lara ha sido elegido como nuevo presidente de la patronal de televisiones UTECA.

Por otro lado hoy se ha anunciado la fusión de Penguin y Random House, en la que Bertlesmann será mayoritaria con un 53%.

Nos encontramos por tanto en el trasfondo de la operación, no nos olvidemos de Telefónica, con una operación entre dos empresas con una posición dominante en los mercados español, francés, alemán e inglés.

No parece, por lo tanto que quieren repartirse entre ambos solo el mercado español, sino que quieren tener buena porción de más pasteles.

Las mismas yan han señalado en alguna ocasión que su intención es competir con Amazon, pero para ello necesitarán la ‘pata tecnológica’ que también parece estar presente a través de Star Tic

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que algo parece estar haciendo para Planeta a través en este caso de Casa del Libro y sus Tagus a través de su marca bq Readers, basta con ver quién da el soporte técnico (página 29) a las Tagus y también con Telefónica.

¿Alguien se acuerda de Luarna?

Pues todas, bq, Luarna y derivados son hijas del mismo padre.

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Con ello detrás de la pregunta Kindle o Tagus quizás se esconda otra ¿proveedores de contenidos o mediadores?

Ahora vienen las preguntas para el resto del sector, sobre todo, si se exigen o se imponen exclusividades de presencia.

¿A qué sombra me arrimo?, ¿a quién escojo como pareja de baile?

Y eso que éste, todavía no ha empezado de verdad.

 

 

¿El spotify de los libros? ¡Cuidado con lo que viene!

El run-run ya venía sonando, por lo menos, desde febrero y ya antes había baido ‘escarceos amorosos‘.

Ahora parece que la unión de Planeta, a través de Círculo de Lectores, y Telefónica se va tornando realidad.

El proceso ya tiene los parabienes europeos y supongo que nos lo venderán como la gran apuesta por ‘EL ESPAÑOL EN EL MUNDO MUNDIAL’.

Nubico es el nombre de la criatura que pertenece a YADICÁN PLUS, S.L.U. de la que Telefónica tomará una participación del 50%.

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David Fernández Poyatos que ha sido o es apoderado de Planeta asumirá la dirección.

Como siempre, los ‘pequeños‘ se unen. Contenido, continente y canal de la mano.

Todo un cambio en el panorama.

No debemos olvidar tampoco la posición que tiene en estos momentos Planeta en el mercado francés donde controla al segundo grupo editorial desde 2008 que, por otro lado, le ha obligado este año a refinanciar su deuda.

No ser conscientes, al mismo tiempo, del papel que juega ya Planeta como grupo multimedia sería tener una mirada miope sobre lo que empieza a moverse.

En cualquiera de los casos, y vistos los antecentes a saber lo que pasará.

Más allá de la discusión sobre el ‘mundo del microlibro’ en el sentido de plantear que qué bien que haya ya modalidad de suscripción, que qué estupendo que se baje así el precio del libro electrónico y demás miradas a corto, creo que vienen al pelo dos citas de Thierry Discepolo en La traición de los editores para alzar un poco la mirada más allá de los árboles.

– La distinción artificial entre ‘grupos de comunicación’ y ‘grupos editoriales’ oculta el papel fundamental de estas grandes empresas en una sociedad de masas: transformar a los lectores en consumidores y limitar la capacidad de acción de la mayoría. (pag. 29)

En efecto: el auténtico negocio se hace en otra parte. (pag. 41)

Nota: no olvidar tampoco que Planeta ha sido una de las empresas que en momentos iniciales más se ha resistido a ‘colaborar’ con Amazon. La pelea por el control de los contenidos está servida. Pare ellos el banquete mientras los demás deberán buscar otras mesas donde seguir comiendo.

Actualización

Nota aclaratoria. Todo nuestro respeto a los que se ‘mojaron antes‘ en lanzar nuevas propuestas.

¿Cerrará Libranda?

Supongo que muchos ya habréis visto la noticia que recoge Expansión y Europa Press sobre el acuerdo en el que parece que llevan tiempo trabajando Planeta, a través de Círculo de Lectores y Telefónica para el montaje de un ‘spotify del libro’ o para ‘plantar cara a Amazon’.

Los planteamientos de negocio a la defensiva (‘plantar cara’) rara vez suelen ser acertados porque en el fondo nunca se sabe a qué se responde realmente.

Los intentos de Planeta en el digital son ya amplios y no parece haber acertado hasta la fecha.

En el siglo pasado estuvo el intento de Bol. A principios de éste el de Veintinueve. Ya en la primera década del actual el de Libranda, un negocio montado para no vender ebooks.

Tengo la intuición, me puedo equivocar, de que este movimiento es el golpe de gracia que le hacía falta a Libranda.

Por un lado pone en crisis por parte de uno de sus socios referentes parte del discurso mantenido hasta la fecha.

Por otro, en el tiempo que lleva funcionando, no ha conseguido, por lo menos no son públicos ningún resultado de explotación y negocio digno de resaltar.

Y, finalmente, la situación de alguno de los otros socios de referencia del proyecto pasa por momentos delicados.

Los pequeños editores, lo siento, que se vieron obligados a apuntarse a ese carro, volverán a quedar descolgados después de haber jugado un mero papel de comparsas.

Todo se vuelve a mover, quizás para volver al mismo sitio. Empiezan, en cualquier caso, a aparecer con más claridad otros actores, con otros intereses y posicionamientos en otros mercados y algo, probablemente, cambiará, aunque todavía quedan muchos interrogantes por resolver empezando por el de la gestión de derechos que, hasta la fecha, parecía un muro infranqueable.

¿Por qué no leer gratis si se puede? Sobre los Hábitos de lectura 2012

Los editores en su estudio de parte sólo nos hablan de lectura gratis cuando se mueven en los entornos digitales. La gratuidad, también existe en el papel. Basta ir a las bibliotecas.

En su nota de prensa es aparentemente aséptica:

Entre los lectores de libros electrónicos las formas de acceso son diversas. El 64,4% de los lectores entrevistados se descarga libros de Internet gratuitamente. Un 37,9% afirma que consigue ebooks a través de familiares o amigos. Sólo un 32% se descarga libros de Internet pagando.

Aunque ese ‘Sólo’ final señale con claridad que les parece poco y quisieran más. ¿Qué importancia tendrá si lo que importa es leer y no comprar?

Cuando ya en la rueda de prensa o fuera de notas oficiales se les calienta la boca esos datos empiezan a no gustarles y caen en el tremendo error de situar todo lo gratis cerca de la ‘piratería’.

El propio sector propicia y anima a la lectura gratuita y es de entender que si así lo hace será porque le parece una estrategia adecuada de negocio.

El primero que lo hace es el más grande: Planeta. Basta acercarse a su Casa del Libro para que nos inviten a LEER GRATIS.

casadellibroebooksgratisLos que se descargan libros de aquí entendemos que son de los que no pagan, pero son lectores legales. ¿Consideran los editores que esto es un ‘mal hábito’ y las suman también en ese batiburrilo de descargas ilegales?

Hay, por supuesto más iniciativas. Desde Amazon hasta 24symbols donde, por cierto, sí hay un intento de nuevo modelo de negocio y en el que participan de una manera u otra más de 65 editoriales ofreciendo parte de su fondo y muy lejos del modelo de Libranda.

Hay mucha más gratuidad legal que, supongo, también será utilizada por los lectores de lo gratis.

En cualquier caso, mientras siga el despiste editorial centrado en el ‘money’ los lectores seguirán migrando hacia los nuevos espacios. Y ¡cuidado! el tratamiento fiscal y la postura avestruz mantenida por el sector tiene también mucho que ver con todo esto.

En cualquier caso, el interrogante del título no dejaba de ser una pequeña provocación. Ojalá algún día uno de mis sociólogos de cabecera se anime a hacer una reflexión sobre la banalización en torno al libro y la lectura. Seguro que es más provechosa.

Verticalización del sector

Aparece hoy en El País un artículo firmado por Carles Geli sobre la presencia de los editores, algunos grupos, en las librerías y cómo, aparentemente parecen querer extender su poder.

Al final y en lo que se refiere a los grupos de capital exclusivamente español el artículo sólo referencia el caso de PlanetaCasa del Libro y obvia por ejemplo el fracaso del modelo PrisaCrisol.

El otro ejemplo citado, la aparición de las Bertrand en España, parece más bien responder a conseguir ocupar el mercado que el propio grupo Bertelsmann puede estar perdiendo en el terrno puerta a puerta, es decir, el descenso de socios y ventas del Círculo de Lectores.

El resto de ejemplos, Top Books, Laie, Fnac y Nobel  hacen referencia a realidades distintas que más que ver con grupos editoriales tienen relación en algunos de los casos con realidades libreras.

Se quedan muchos otros ejemplos en el tintero como el proceso que puede seguir Almuzara junto a Librerías Beta, el modelo de Santos Ochoa, el más modesto de Ler librerías, la propuesta de horizontalidad de L o la verticalización casi buscando la exclusividad con el ‘o conmigo o contra mí’ de Elkar.

Sabemos que hay más. Sólo queremos señalar que nos llama poderosamente la atención que El País calle sobre rl propio fracaso dentro de su grupo no editorial, sino de comunicación, al igual que Planeta y/o que se piense que estos, los macrotamaños son los únicos y posibles planteamientos con sentido y futuro.

La realidad del mundo del libro en lo que concierne a librerías demuestra que esto no es así en todos los casos y lo que sí parece más preocupante es que el monocultivo se va a centrar en las ciudades o núcleos de atracción poblacional por encima de 100.000 habitantes quedando a salvo ortso que sí parecen ofrecer diversidad.

En cualquier caso, estos procesos que son interesantes y se desarrollan de manera más callada aquí y en otros países, no requieren el sustento de los grandes medios que pertenecen a grupos multimedia y multisoporte se dan otros procesos de sinergias entre editores y libreros a los que les basta con ir llegando, de manera sigilosa, a sus lectores.

Fomento de la lectura y agendas ocultas

Cuando se habla de fomento de la lectura se suele omitir en ocasiones los posibles intereses particulares convirtiendo de esamanera una propuesta empresarial particular que puede ser loable en un cierto canto al ‘bien general’.

Así nos hemos encontrado recientemente con el siguiente titular:  Planeta lanza una red social de profesores para el fomento de la lectura entre los alumnos.

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Quizás hubiera sido más excanto un titular que dijera: Planeta lanza una red social de profesores para fomentar la compra y lectura de sus libros entre los alumnos.

Lo de Planeta no es nada más que un ejemplo de cómo los editores tienen a cubrir con halo de bondad lectora estrategias comerciales que en este caso además quizás sea un nuevo intento de entrar en el mercado escolar durante mucho tiempo vedado al primer grupo editorial español.

Y ya hablando de redes sociales. ¿No sería mejor crear una red social entre iguales? Es decir: una red de profesores para que ellos mismos se animen a leer y otra de alumnos para que lo hagan entre ellos.

Libro de texto, lenguas minorizadas y grandes grupos

Se va acercando el fin de curso y van apareciendo algunos informes sobre la campaña anterior y los diversos tratamientos que recibe el libro de texto en los niveles obligatorios de escolarización de cara a llegar a los alumnos en un estado que reconoce la gratuidad del sistema educativo.

Recogemos dos referencias una sobre el último informe sobre el modelo gallego y otra más reciente la incidencia que tienen las políticas de gratuidad sobre las lenguas minorizadas.

No dejan de llamarme la atención las afirmaciones de Olatz Osa representante de Elkar cuando afirma que «les editorials o desapareixeran o es concentraran dins de grans grups editorials». La pregunta sería ¿esa constatación y esa evolución se considera positiva o negativa? La práctica de Elkar en este sentido, no la teoría, es clara: buscar situaciones, casi, de monopolio en todos los elementos de la cadena del sector. ¿Es esto positivo sea en euskera o en castellano?.

Los grandes grupos también pueden existir en una ‘lengua minorizada’. Dos ejemplos: Planeta en catalán y Elkar en euskera.

Carrefour se alinea con Planeta

En fechas recientes recogíamos la postura del propietario de Planeta en relación al precio fijo.

Hoy podemos conocer la de Carrefour a través de La Vanguardia: si hasta ahora, libreros y editores coincidían en defender el precio fijo de los libros, Carrefour mantiene una postura diferente: «Creemos que el precio libre siempre beneficia al bolsillo del cliente».

Hay personas e instituciones que tienen mecanismos y poder para conseguir que sus profecías se cumplan.

Lara, el precio fijo y la distribución

Muy interesante la entrevista con José Manuel Lara presidente de Planeta que el suplemento Negocios de El País recogía ayer.

Destaco dos afirmaciones que estoy seguro van a amarcar parte de el futuro del sector:

1. Sobre la distribución.

es el tema clave y el mayor servicio que podemos hacer los grandes editores a los pequeños. Lo que me gustaría llegar a hacer en la etapa profesional que me queda es convencer al sector de crear una gran distribuidora de apoyo y servicio a los editores medios. Tienen que meterse en la cabeza que su problema son la eficacia y el coste de la comercialización del libro.

2. Sobre el precio fijo o,mejor, sobre su fin anunciado.

el precio fijo del libro caerá, no podemos mantenernos en una isla: el comercio será cada vez más de servicios y menos de productos, y el libro no va a ser una excepción.

Actualización 

Añadimos al propio post la sugerencia que Marc mos hace en el comentario remitiéndonos a una entrevista reciente a José Manuel Lara en TV3 (pinchar en la imagen).

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Planeta entra en el libro de texto por la puerta trasera

Ya se va haciendo transparente la compra de Editis por Planeta. Algo de lo que ya se hablaba hace tiempo en medios franceses, en concreto en Livres Hebdo y del que dejábamos caer ya por aquí alguna insinuación.

Se comenta que es una entrada en el libro de texto. Quizás, sería más preciso decir que será un posicionamiento en el mercado de la enseñanza obligatoria porque con el libro de texto veremos qué es lo que finalmente pasa.

 

 

Catalunya y la distribución

Hay modificaciones importantes en el marco del mercado catalán y estatal en relación a las empresas de distribución y, quizás, a los modelos. Esto segundo el tiempo lo dirá.

Por ahora, muchos interrogantes y expectativas encima de la mesa.

– ¿Supondrá un proceso de concentración?

– ¿Supondrá despidos?

Seguiremos lo que ocurra en los próximos meses, pero es claro que es una operación que tendrá repercusiones sobre todo el sector.

Meneito, meneito. Dos noticias y un rumor…

Personas que se mueven, grupos editoriales globales que ya van, ahora y no en futuro, mucho más allá del libro en su gestión de contenidos. Algún día será interesante que expliquen en función de qué criterios las políticas de precios (fijo, único, libre) son distintas y cuál es su justificación.

Juan Varela se mueve. Un tipo estupendo. Yo creo que él nunca está quieto, pero cambia de ubicación. Aunque él no dice dónde otros sí se atreven a apuntar la nueva dirección. Proyecto ¿desde Planeta? de un nuevo medio.

También se mueve Ferrán Mascarell. Ya había hecho un primer movimiento al salir del Parlament y algo había adelantado cuando estuvo por Bilbao . Ahora ya sabemos dónde va. A RBA . Proyecto y apuesta por lo audiovisual .

Se rumorea por Madrid que al igual que hay personas que se mueven, vemos además que los movimientos no son ya sólo en lo que sería el «libro» puro y duro, puede que haya también editoriales de cierta dimensión que se muevan. Tiempo al tiempo. Las empresas son más lentas que las personas.