Por una biblioteca inclusiva

Interesante el trabajo y las propuestas que desde hace unos años realiza la Fundación Biblioteca Social.

¿Un ejemplo?

El último documental realizado que lleva por título Crecer leyendo. Por una biblioteca inclusiva desde la infancia

Me encuentro en su patronato personas a la que aprecio y respeto profesionalmente. Con alguna de ellas he trabajado en proyectos relacionados con la lectura y las bibliotecas.

Coincide la visión hoy de este documental con la lectura del artículo de Julieta Lionetti en el número 37 de Texturas en el que escribe: Deberíamos empezar a juzgar frívolas las discusiones centradas en si es mejor leer en pantallas o en papel. O si es lo mismo, porque lo que importa es el acceso a los «contenidos». Lo tomo en cuenta en la parte que me toca.

Y aquí, de nuevo, se constata que las bibliotecas con sus profesionales y su capacidad de incidir y relacionarse con el entorno son la mejor opción.

Texturas 35. La identidad del librero. Carlos Pascual

Volví ayer de Madrid con la compañía del número 35 de Texturas que a la mañana habían entregado en el local de Trama editorial.

Cada número es una historia, una nueva historia que en la mayoría de las ocasiones viene acompañada de pequeñas y grandes complicidades.

Personalmente me que do en este caso con tres historias.

La primera es el regalo que fue la conversación que pudimos mantener con Carlos Pascual.

Llevábamos mucho tiempo con la intención de poder incluir en la revista el furto de conversaciones amplias y sosegadas y ésta ha sido la primera.

A Carlos le tengo un respeto y un cariño especial. Él y otros libreros nos acogieron cuando éramos jóvenes y nos permitieron participar activamente tanto de la vida asociativa como de la reflexión sobre el presente y futuro del sector. En todo ello, los encuentros en Burgo de Osma, pueblo en el que ha nacido, jugaron un papel importante.

La segunda y la tercera van juntas en un mismo paquete. Publicamos el texto que Juan Casamayor leyó en la última FIL de Guadalajara con motivo del Homenaje al Mérito Editorial 2017.  Se nos ocurrió hacerle nuestro particular reconocimiento y pedimos para ello a dos autores que han publicado en Páginas de espuma que nos trasladaran una vivencia o reflexión sobre el papel que Juan como editor ha jugado con ellos.

Eloy Tizón y Pedro Ugarte han sido estupendos cómplices y generosos con su regalo que esperamos agrade a Juan que es su destinatario final. Como tantas veces el editor media. En este caso, un ‘editor tercero’ quiere mediar entre dos autores y su editor natural. Con sus dos textos, La espuma en los jardines de Eloy y Material sensible de Pedro acompañan al de Juan.

¡Gracias amigos!

Aquí os dejo el índice completo.

–El extraño ‘parágrafo’; Edgar Allan Poe

–Resonancias de reverberaciones; Camilo Ayala Ochoa

–Reivindicar al editor; Alejandro Gamero

–La B como epicentro de la Ñ. El ‘boom’ y su impacto en el mundo editorial; Consuelo Sáizar

–Leer en los tiempos de la prisa; Alfredo Torres Otero

–Proteger ese todo indefinible; Javier Gutiérrez Vicén

–Carta a Siri; Pello Gutiérrez

–La promesa ‘radical’ de las bibliotecas; Barbara Fister

–La identidad del librero. Una conversación con Carlos Pascual; Maica Rivera, Txetxu Barandiarán, Manuel Ortuño

–Breve guía para los libreros de hoy… hasta que llegue mañana; Antonio Marcos

–«Vivir del cuento»; Juan Casamayor

–La espuma y los jardines; Eloy Tizón

–Material sensible; Pedro Ugarte

–Correspondencia. A Jaime Salinas; Gabriel Ferrater

–Libros y webs

Cuando la labor del librero va más allá de la venta de libros…

Cuando todavía están recientes los ecos del último Congreso de libreros celebrado en Sevilla; cuando todavía siguen apareciendo titulares en los medios que juegan al partido libreros-Amazon como si no hubiera más contendientes en el pastel de la venta al cliente final, sea este particular o institucional; cuando parece que se reconoce que hasta la fecha se ha llorado más que actuado; cuando…. quedan muchos cuandos pendientes…, no está de más traer una cita de Sophie Noël y su visión sobre la labor del librero independiente que, por incluir un matiz más, no se juega su independencia sólo con el libro nuevo…

– La labor del librero independiente va más allá de la venta de libros: su labor consiste en una serie de prácticas coherentes, que se materializan en la elección del local y del barrio, de la decoración y de las actividades propuestas, todo lo cual contribuye a crear un estilo único. La reivindicación de la pertenencia de la librería a un barrio y de la proximidad a sus habitantes, particularmente puesta en práctica por las librerías anglosajonas en torno al movimiento, todavía es un elemento central de esta retórica de la singularidad, con su ideal de pequeña comunidad, símbolo de una ciudadanía libre y virtuosa, tradicionalmente hostil al big business. La temática del barrio-pueblo, del pequeño grupo de conocidos y del vínculo social idealizado se opone al anonimato del comercio online y se relaciona estrechamente con los valores de la familia libremente escogida. Algunas librerías organizan algunas de sus secciones en «connivencia» con sus clientes, y llaman la atención sobre el hecho de que la gente se tutee y se llame por su nombre dentro de ellas. Sabiendo que el ánimo de lucro queda generalmente anulado dentro del ámbito doméstico y en las relaciones de amistad, los libreros a los que hemos entrevistado sitúan su relación con los «clientes-amigos» bajo el signo de los valores de intercambio (inmaterial) y de la confianza, redefiniendo la relación comercial como una relación libremente escogida: «La gente necesita contacto, intercambios. Me he hecho amiga de varios de ellos, aunque no compren nada» (Sophie Noël en Revista Texturas 32; trama editorial, pag. 79)

20 citas de cara al XXIII Congreso de Libreros. 18. Construir ciudad y memoria

 

Reflexiones a modo de píldoras ante el XXIII Congreso de Libreros en Sevilla.

Sostiene Roberto Casati que, siendo verdad que los libros en papel ocupan
espacio, lo que puede contemplarse como un engorro, lo cierto es que «el
espacio es un buen medio de controlar la memoria». Y continúa: «Una buena biblioteca es como un diagrama; nos permite pensar, porque visualmente nos reenvía de una sola ojeada a la multitud de cosas leídas, liberando de ese modo a la mente de la necesidad de guardarlo todo en la memoria». ¿Podemos decir algo similar de las librerías? Si el espacio que ocupan los libros en un hogar es el mejor medio de controlar la memoria, tal vez también el espacio que ocupan las librerías en la trama urbana sea el mejor modo de controlar nuestra memoria colectiva, de construir ciudad de una determinada manera. (Imanol Zubero; Revista Texturas 29, pag. 25)

20 citas de cara al XXIII Congreso de Libreros. 6. Oferta coherente y seleccionada

Reflexiones a modo de píldoras ante el XXIII Congreso de Libreros en Sevilla.

Frente a la competencia de formas de intermediación «objetivas» y «técnicas» como la de Amazon, para el librero independiente la recomendación personalizada y subjetiva forma parte central de su trabajo: recomendaciones, notas elogiosas sobre ciertos libros, crónicas en su página web, mesas de novedades temáticas, invitación a autores o editores a presentar sus obras. Son valoraciones que contribuyen a orientar la recepción de una obra, al mismo tiempo que dan sentido a una oferta pletórica que, en cierto modo, se escenifica y hace legible para el público. La competencia específica del librero se basa en un trabajo de selección destinado a mostrar una oferta coherente, síntesis de sus gustos personales y de las expectativas de una clientela dada, entre la afirmación de su singularidad y las exigencias comerciales. Se trata de lanzar propuestas, de enviar señales de autoridad que orienten al lector hacia una oferta de calidad. Como afirma un librero parisino: «Nuestra labor consiste en hacer la criba. Cribamos y lanzamos propuestas. Hay que predisponer a nuestros clientes, inspirarles confianza. A veces hay que saber decir: “No, no se lleve esto, no le va a gustar”. Y te quedan agradecidos». El destacar la personalidad del librero, que no oculta su parcialidad o incluso su mal carácter (sus gustos y manías), también responde a esa lógica. (Sophie Noël en Revista Texturas 32; Trama editorial, pag. 74)

20 citas de cara al XXIII Congreso de Libreros. 1

Del 7 al 10 de marzo se va a celebrar el XXIII Congreso de Libreros en Sevilla.

El propio Mapa de Librerías elaborado por CEGAL señalaba que las librerías tienen, mayoritariamente nombre de mujer. Quizás se esté todavía a tiempo de cambiar el nombre y hablar de XXIII Congreso de Libreras. No sería un mal signo de cambio cuando además el mismo coincide con  la huelga general convocada para el 8 de marzo.

Más allá de estos detalles que creo son importantes me he planteado hacer una pequeña aportación publicando desde hoy hasta la víspera del Congreso veinte citas relacionadas con la librería y su entorno y que espero ayuden o provoquen la reflexión.

¡Feliz Congreso!

El reto consiste en asociar la compra de libros -operación comercial a fin de cuentas banal- a una experiencia más amplia y enriquecedora, a imagen de los artistas artesanos cuyas obras se presentan como bienes singulares que nada tienen que ver con la producción industrial. La campaña de comunicación de las librerías de la región de Rhône-Alpes en 2013, titulada «En mi librería», revela un imaginario que se basa en lo inefable y en lo inconmensurable: «En mi librería me ofrecen algo más, algo que va más allá de la estrategia de compra». Es el mismo imaginario que encontramos en la campaña nacional de comunicación que lanzó el SLF (Sindicato de la Librería Francesa) en 2014 reuniendo a las librerías independientes en torno al eslogan «Para ir a otra parte, entren aquí», con el que se pretendía potenciar por un lado su carácter de «mundo aparte, especial», y por otro «una forma de viaje». En este contexto, el espacio físico de la librería, que suele presentarse como una desventaja con respecto a la venta online por las limitaciones del espacio y alto coste de los alquileres en los centros urbanos, se convierte en una ventaja. Los libreros nos ofrecen un espacio habitado e inspirado, a menudo muy parecido al espacio doméstico: materiales auténticos (madera, piedra), música de fondo cuidadosamente escogida, pósters u obras de arte en exposición, muebles abigarrados, alfombras con las que se busca crear una atmósfera diferenciada alejada de la estética de las grandes cadenas. (Guillermo Schavelzon en Revista Texturas 32; Trama editorial, pag. 75)

 

Las librerías como organismos vivos. Leyendo a Sophie Noël…

Leo en el número 32 de Texturas el artículo de Sophie Noél que lleva por título La independencia de las librerías.

El mismo recoge las conclusiones y reflexiones de una investigación cualitativa fruto de encuestas y entrevistas semiestructuradas a un conjunto de librerías de París.

Me interesa todo lo que dice y cómo lo plantea porque se constata de nuevo que centrar el debate en el ámbito del soporte que, además, sea papel o electrónico ha perdido ya hace tiempo la centralidad significativa en los ámbitos de la cultura, es un reflejo de mirada corta ya que se pierde la perspectiva del objeto como simbólico cultural que lo adquiere en función, también, de los contextos que lo significan.

Señalaré algunas de las reflexiones a través de citas. La primera, precisamente, señalando el la importancia de lo ‘simbólico’.

  • La independencia, más allá de ser una categoría jurídica (poseer al menos el 50% de su capital, no depender de ningún grupo), es también un recurso —moral, simbólico— en la lucha que enfrenta a los diferentes actores del mercado. (70-71)
  • El reto consiste en asociar la compra de libros —operación comercial a fin de cuentas banal— a una experiencia más amplia y enriquecedora, a imagen de los artistas artesanos cuyas obras se presentan como bienes singulares que nada tienen que ver con la producción industrial. (75)
  • La labor del librero independiente va más allá de la venta de libros: su labor consiste en una serie de prácticas coherentes, que se materializan en la elección del local y del barrio, de la decoración y de las actividades propuestas, todo lo cual contribuye a crear un estilo único. La reivindicación de la pertenencia de la librería a un barrio y de la proximidad a sus habitantes, particularmente puesta en práctica por las librerías anglosajonas en torno al movimiento Indiebound , todavía es un elemento central de esta retórica de la singularidad, con su ideal de pequeña comunidad, símbolo de una ciudadanía libre y virtuosa, tradicionalmente hostil al big business. (77)
  • Los libreros entrevistados buscan así crear una experiencia íntima dentro
    del espacio de su librería, como una prolongación pública de su espacio doméstico, un espacio híbrido que no es ni hogar ni lugar de trabajo. Al mezclar elementos de ambas esferas, la separación clásica entre lo doméstico y lo económico queda así denegada. El imaginario que rodea una librería independiente podría así resumirse mediante una serie de oposiciones estructurales que la definen con respecto de los actores de la venta online: lugar de vida (alma)/lugar sin alma; humanos/algoritmos; singular, único/estandarizado, homogéneo; calor/frío; material/virtual; local/transnacional; pequeño comercio/multinacionales. Es un imaginario que encontramos en diferentes latitudes, como muestra este extracto de la página web de los libreros independientes norteamericanos: «En este mundo de tweets, de algoritmos y de descargas digitales, las librerías no son un anacronismo en vías de extinción. Son organismos vivos que respiran, que continúan creciendo y expandiéndose»

Y, en esta línea de nuevos simbolismos, nuevos referentes, nuevas hibridaciones y nuevas redes me parece que marca una línea muy interesante el espacio de Lisboa LX Factory que tienen entre sus residentes a la librería Ler Devagar y que ha estado durante este año y el anterior compartiendo el proyecto The Origin Of Spaces con ZAWP de Bilbao, Darwin-Ecosystem de Burdeos, Capture Projets de Lewisham y ROJC de Pula.

Nuevos caminos a explorar en el ‘mientras tanto’. Sobre todo si lo que se quiere es ser significativo en la vida cultural y en la política.

Esta identidad independiente se hace eco además de la aspiración a
una sociedad más armoniosa y humana que canalizan diferentes críticos del capitalismo. (78)

 

Sobre los datos, la información y el conocimiento… en Texturas 32

La experiencia y la evolución de estos 10 años de Texturas nos ha hecho ser conscientes de la importancia y el sentido que tiene el poder hibridar reflexiones, aprender y conversar con otros sectores y con profesionales que tienen una visión transversal o multisectorial que enriquece la mirada y ofrece puntos de vista distintos que en muchas ocasiones se complementan.

Es por ello que tenemos intención de abordar y recoger opiniones que puedan interesar también a distintos subsectores del ámbito de la cultura.

En este número 32 que ya está en la calle, hemos invitado a algunos profesionales a reflexionar sobre los datos, la información y el conocimiento.

En el sector del libro y la cultura, cada día que pasa contamos con más información, más datos, más estudios, más opiniones convertidas a
veces en hipótesis e incluso en tesis, sustentadas en algunos de esos datos
o estudios, que pretenden fundamentar o justificar determinadas líneas de
actuación o servir de base para determinadas políticas. Parecemos tener
datos a medida que sustentan cualquier política o actuación posible o que
den certificación de los «buenos resultados conseguidos».
A menudo, es frecuente que los datos que se nos presentan o bien no
recojan toda la realidad o, en ocasiones, se contradigan entre sí para buscar y ofrecer razones de parte o datos que justifiquen, aparentemente, determinadas líneas de actuación.

Desde aquí quiero agradecer a las personas que se han animado a aportar su reflexión y adelantar que en el número 33 queremos abrir una reflexión que recoja el amplio abanico de puntos de vista en torno a la recomendación, prescripción y nuevas corrientes bien para la creación del gusto, para el refuerzo de lo existente o para la apertura de nuevas tendencias. Vamos a invitar para ello a profesionales tanto directamente relacionados con la cultura y ‘la prescripción’ como a personas que desde otros ámbitos y otras experiencias (servicios, otros sectores profesionales, bigdata, inteligencia artificial…) puedan enriquecer la mirada y los puntos de vista.

Aquí van unas pinceladas de las cuatro aportaciones de este número 32:

Si entendemos la cultura como un sector de actividad en la que convive
una lógica pública con unas lógicas privadas y comunitarias; si no nos quedamos en el interesante –pero a estos efectos, estéril– debate antropológico o filosófico sobre la cultura, la información, los datos y los indicadores son imprescindibles. (Intención y relevancia: claves en torno a los datos; Aintzane Larrabeiti y Xavier Fina, ICC Consultors).

Cuando se toma una decisión estratégica no deberíamos pensar tanto en
si subirán las ventas, sino en el impacto que va a conllevar en las vidas de
las personas a las que me dirijo. No necesitamos solo una buena información de base, sino tener la capacidad de captar la relevancia de aquello que estamos proponiendo. (De la ‘infoxicación’ a la relevancia. Encarando decisiones estratégicas; Loreto Rubio, socia directora de Sinergia Value)

Para la gran mayoría de éstas, industria del libro incluida, la ingente cantidad de datos que se generan de manera espontánea y con tanta regularidad apenas les afectará en su vida diaria. Analizar datos se ha convertido en una máxima que se asemeja al estereotipo de la policía de Estados Unidos: primero disparar, luego preguntar. (Gestión del conocimiento en torno al libro y la cultura; Álvaro Fierro, de Cultumetría; Andoni Garaizar, Andoni Lastra y Aitzol Batiz, de Kultiba)

Raro es el día en el que no nos encontramos con una estadística cultural
en los medios de comunicación, pero más raro es, lamentablemente, encontrarnos con administraciones que pongan en marcha planes estratégicos que comprendan un buen sistema de indicadores que permitan aportar transparencia y gobernanza a la ciudadanía, y confianza a los profesionales del sector. (El problema de los indicadores culturales; Rubén Gutiérrez del Castillo, director de I+D de la Fundación SGAE)

Esperamos que las reflexiones recogidas en estos cuatro textos resulten sugerentes y de interés. Las páginas de Texturas están siempre abiertas para seguir enriqueciendo la reflexión y el debate.

Texturas… en el mientrastanto entre el 32 y el 33

Somos ligeros, somos flexibles, nos adaptamos, buscamos nuestros huecos, nuestros momentos, disfrutamos, hay más que disfrutan con nosotros.

Hoy, en Bilbao, hemos dado el cierre al número 32 y abierto ya el índice del 33.

Nos hemos movido y trabajado con esa idea del mientrastanto que la socióloga Ruth Mayoral, directora del proyecto ZAWP, nos traslada en su artículo del número 32.

Las palabras mientras tanto ponen entonces en valor el espacio que existe entre dos puntos ya conocidos, el pasado y el futuro y, a diferencia del presente, estas palabras dejan entrever cuando las pronunciamos la idea de movimiento hacia ese horizonte ya diseñado.

Ahí le andamos y ahí seguimos moviéndonos y avanzando también con otros.

Gracias a todas las personas que nos acompañan en el camino.

La inconsistencia, por ahora, de los algoritmos como ‘entes propositivos’. Espejitos de colores

Quizás mi amigo Jorge tenga parte de razón cuando me dice que : Me da que tienes un problema con los algoritmos…

El hecho es que parte de las propuestas que me hacen tanto instagram como facebook me tienen desorientado y hacen aumentar mi excepticismo ante la posible capacidad propositiva de interés basada en el big data y en los algoritmos.

En el caso de instagram es bastante frecuente que me sugiera como posibles intereses de conexión personas que puede que estén dadas de alta pero que no han publicado nada.

En facebook ocurre algo parecido al ofrecerme también como posibles conexiones de interés personas que pueden llevar más de un año sin haber puesto nada en su perfil.

Así que fruto de la primera constatación escribía hoy en Facebook:

Es curioso, el algoritmo de Instagram me invita a seguir a gente que no pública. Es como invitarte a caminar hacia la nada digital.
¿Será una premonición de lo que nos espera con los algoritmos?

En el mientrastanto entre lo escrito en facebook y esta entrada he podido terminar el número 31 de Texturas y devorar el sugerente y provocativo artículo de Joaquín Rodríguez No data, Big Data, Small Data, Another dataescrito a raíz de la polémica suscitada en el IV Congreso del Libro electrónico de Barbastro.

Joaquín escribe:

Especialistas en inteligencia artificial y hechiceros de los datos nos dicen que mediante el análisis del comportamiento digital de los usuarios, del examen de la traza que sus prácticas digitales dejan tras de sí –ya sean sus hábitos de compra en la Red, sus preferencias temáticas de lectura, sus pautas de consulta y subrayado, su velocidad de lectura, su propensión a compartir unos contenidos u otros, que son las cosas que a día de hoy denotan nuestro rastro personal en la Red–, cabe pronosticar y predecir el comportamiento lector y las preferencias de compra de un individuo determinado. Es posible que el algoritmo que sintetice esas normas de comportamiento vaticine con acierto la eventual conducta de unos pocos, pero el problema es que descuida el de la inmensa mayoría…. Los evangelistas del Big data saben que dejamos indicios digitales tras cada visualización, compra o intercambio, que esas muestras son mensurables y pueden revelarnos, potencialmente, patrones de comportamiento. El problema se produce, claro, cuando el supuesto Bigdata no es más que un pequeño y triste Little data, suficiente quizás para calmar las ansias mercantiles de los editores y publicitarios, pero radicalmente insuficientes cuando pensamos en políticas públicas de fomento de la lectura,

espejitos-de-colores

Cuando uno ve el escaso valor que tienen las propuestas que por ahora nacen de la explotación de muchos datos y al mismo tiempo constata que otros venden como panacea de la tendencia futura lo que hacen florecer, como por arte de magia, de unos pocos datos, piensa que los ‘espejitos de colores’ siguen estando muy presentes como propuesta para la decisión empresarial.

Y como brillan, todavía parece que siguen atrayendo.

Uniformidad urbana. Poco espacio para las preguntas y para las librerías

El reciente artículo de Elvira Lindo, Adiós Gran Vía, es una llamada más, ni la primera ni la última al proceso de uniformización que se va implantando en las ciudades palpables y, también, aunque no nos lo parezca a primera vista, en los entornos digitales.

Es, y Elvira lo señala con precisión, en lo pequeño e individual como contribuimos a que el futuro sea uno u otro.

Con nuestras costumbres diarias contribuimos al devenir de las ciudades.

Es un hecho, el devenir y el cambio urbano hacia un modelo muy concreto, que sigue fluyendo como si, aparentemente no fuera con nosotros. Marina Garcés plantea con cierta claridad el porqué de puede producir esta situación, esta evolución y muchas otras en una reciente entrevista en la que afirma:

las preguntas radicales surgen siempre en terrenos donde está ocurriendo algo que nos exige pensar porque algo nos duele, algo nos atrapa, algo nos captura, algo no nos deja vivir, colectivamente, políticamente, pero también individualmente.

Quizás no hayamos sentido que esa evolución hacia la uniformidad, hacia, también, ciudades escaparates, nos ‘produce dolor’ o puede ir cortando esperanzas y riquezas vitales.

Quizás debamos cambiar nuestra actitud y nuestra mirada y no aceptar lo dado como bueno, el “esto es lo que hay” y plantear nuevos modos de articular respuestas colectivas tanto de lucha y reivindicación como de creación de vidas vivibles a través de otras formas de consumo, de otros modos de organizar y relacionarse con la vivienda, con el territorio, con el alimento, con la crianza…

Vivir no es elegir, vivir es crear, es elaborar, es amasar, es cultivar, es generar…

Todo ello, el modelo de ciudad, nuestras decisiones de cada día, nuestra falta de preguntas sobre el hoy, perdidos por el que vendrá tiene también un claro impacto en las librerías.

Jorge Carrión señala que es conveniente analizar cada caso y cada ciudad en concreto pero también halla un factor que está afectando de un modo decisivo a las librerías de las ciudades españolas, que es el del encarecimiento de los alquileres en el centro y las zonas emblemáticas, donde el comercio queda en manos de las grandes franquicias. “Tal vez el ayuntamiento debería intervenir, si cree que en su modelo de ciudad es importante que haya librerías, centros culturales de primera magnitud, en el centro histórico. Pero no me parece mal que las librerías se trasladen a los barrios, porque son instituciones de frontera, de resistencia, de periferia”.

El sociólogo Imanol Zubero ya señaló también en el artículo El libro como relación y la librería como nodo en la ciudad posmoderna aparecido en Texturas 29 que:

… el hecho de que tanta gente viva sin libros se relaciona directamente con la posibilidad de que las librerías vayan desapareciendo progresiva mente de nuestras ciudades. Y viceversa: si, como nos recuerda últimamente Roberto Casati, «los niños y jóvenes que leen son sobre todo aquellos que han crecido en un entorno rico en libros, y en el cual los padres (especialmente la madre) leen», es fácil concluir que habitar en un entorno urbano pobre en libros juega en contra de la vocación lectora de la ciudadanía.

Ahí lo dejo por si alguien se anima a hacer y hacerse preguntas radicales…

Diré, sólo por enredar que una iniciativa como la que están iniciando Louise Michel Liburuak de Bilbao y La Vorágine de Santander, con apoyo público, de poner en valor el papel de las mujeres en la cultura crítica, sólo es posible que nazca desde determinados modelos y formas de hacer y desde unas concretas interdependencias.

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Cultura, formatos y soportes. Evolución en espiral

espiral_ascendenteEn el ámbito de la cultura, en sus usos y consumos nos movemos cada vez más en situaciones híbridas y en un proceso evolutivo más dialéctico que lineal, más sistémico que funcional.

Es claro, que el consumidor cultural es ‘poliformato’. Normalmente lectores, cinéfilos, teatreros, musiqueros y demás tienden a ser partes de un mismo conjunto, el uso y consumo cultural personal, con acentos distintos. Es raro el monocultivo cultural.

Así que un mismo usuario se mueve y accede a experiencias distintas por los formatos, por los soportes y lógicamente, por las situaciones y posibilidades.

Sí parece existir una tendencia no lineal donde algunos comportamientos y unido a ello algunos soportes vuelven sin haberse ido nunca del todo. El libro en papel y el aparentemente desaparecido vinilo son dos claros ejemplo de ello.

Sobre el vinilo, el ya desaparecido hace más de una década Kike Turmix ya me decía que iba a volver a recobrar su fuerza, lógicamente en un nuevo contexto y en función del mismo también con un nuevo valor simbólico. Y algo de eso parece estar ocurriendo.

Que en ese juego de hibridaciones y de movimientos no todo es lo mismo, nos lo deja también bastante claro la millennial Lorena Fernández, directora de identidad digital en la Universidad de Deusto, en el artículo que ha escrito para el número 31 de Texturas, ¿Almacenas o coleccionas? donde dice:

se habla de que la juventud actual no está interesada en los soportes físicos. Y en parte, puede que sea cierto, pero creo que esa afirmación se cumple porque lleva un adjetivo clave: “actual”. Esa juventud aún está trazando su identidad. Cuando vaya avanzando por su proyecto humano estoy casi convencida de que también “sufrirá” el gusanillo que te empuja a atesorar aquellas obras que, sin darte cuenta, forman parte de tu narración vital.

Y, un poco más adelante…

Yo, cada vez almaceno más en digital y, de forma paralela, reservo el exclusivo y limitado espacio analógico de mi hogar y de mis recuerdos a las obras que se lo han ganado.

Aquello que, finalmente pase a ser un hito en nuestra ‘narración vital’ quizás se merece, en algunos casos, un espacio diferencial que permita una mirada singular y resalte su valor simbólico.

En el

http://www.elconfidencial.com/cultura/2017-01-18/vinilo-resurge-informe_1317733/

Cultura… mirada, estímulo, propuesta. Sugerente, también, para las librerías

En fechas recientes, me acerqué al Teatro Arriaga de Bilbao a disfrutar de una obra teatral.

En la publicación que adelanta ya la programación hasta junio de 2017, quizás los editores deberían aprender algo de esto, me encontré al inicio con un breve pero sugerente texto de Calixto Bieito, actual Director Artístico del teatro en el que dice:

«Me gusta pensar que el teatro, la música y la danza se asemejan a un sueño. A un sueño cargado de significados, de autenticidad. Desde el Teatro Arriaga, en este primer semestre de 2017, vamos a compartir, con toda la ciudad y con todas las personas que deseen acompañarnos, una mirada apasionada sobre la realidad cotidiana y el mundo que nos rodea. Porque un teatro es donde una comunidad se reúne para compartir unas ideas unas emociones y una experiencia única. Un teatro público tiene la obligación de proporcionarnos algo que todavía no sabemos si nos gusta, llevarnos a sitios a los que no sabíamos que queríamos ir, y por descontado, sacudirnos, abrir nuestras mentes, hacernos más tolerantes y sobre todo hacernos sentir mejores personas. Bienvenidos a una nueva temporada del Teatro Arriaga, con la que queremos estimular la curiosidad del público».

Me he permitido marcar con negrita, algunos fragmentos que me resultan sugerentes.

Roberto Gómez de la Iglesia que escribió un sugerente artículo en el número 29 de Texturas que aportó una reflexión en torno a las librerías, pero desde miradas culturales no libreras, reflexiona de cara al 2017 en un breve texto que titula Nuevas organizaciones culturales en una sociedad compleja y que empieza con estos dos párrafos:

Estamos en un entorno realmente confuso de transformación de las lógicas económicas, con su consecuente repercusión en la demanda cultural pero también en la capacidad de adaptación de la oferta. Y por otro lado, en un contexto tecnológico donde se impone una nueva cultura “en la nube”. ¿Están nuestras organizaciones preparadas para moverse en este turbulento contexto?

El cambio de “modelo de negocio”, de cómo aportamos valor, ¿es una cuestión de tecnologías, de dimensión, de capacidad comunicativa, de mercados emergentes…o realmente de hacer una nueva y mayor propuesta “estratégica” de valor diferencial a la ciudadanía?

Se me ocurre como un juego pero también como una línea de acción propositiva que quizás las librerías, algunas ya lo hacen, podrían reflexionar, desde una óptica cultural sobre:

  • Cuál es la propuesta estratégica de contenido diferencial que les aporta valor ante la ciudadanía cliente para conseguir mejores masas críticas de usuarios y compradores.
  • Cuáles son las barreras internas para moverse en estos contextos tan confusos.
  • Qué acciones nos planteamos para que nuestro público usuario se sienta como una comunidad (que) se reúne para compartir unas ideas unas emociones y una experiencia única.
  • Qué vamos a plantear como nuevo y/o rompedor para estimular la curiosidad y proponer contenidos novedosos que todavía no sabemos si gustarán.

No todo es cuestión te tecnología. Siempre hay preguntas previas…

Buen día

Lo más visto en Cambiando de tercio en el mes de noviembre y en lo que va de año…

Los cinco más vistos en noviembre

Los cinco más vistos en lo que va de año

Cuando las librerías dibujan el territorio. Pero, lo dibujan todas, no sólo algunas

En fechas recientes los editores del grupo Contexto presentaron el Mapa de Librerías de Barcelona como continuación de la iniciativa que con anterioridad se realizó sobre Madrid.

En el mismo se recogen referencias de 122 establecimientos.

Algunos medios de comunicación se hicieron eco de la presentación y en las distintas crónicas se puede leer lo siguiente:

  • Una herramienta para descubrir la ciudad a través de sus librerías.
  • Un homenaje para ensalzar la labor de los libreros.
  • Una herramienta  eficaz para aquellos que quieran saber dónde encontrar una librería en la capital catalana (pensando en los editores)

Entrando en una dimensión más sociológica Enrique Redel reflexionaba sobre el hecho de cómo a través de la manera en la que están distribuidas las librerías, ofrece la estructura de una ciudad, «una panorámica de lo que pasa» en Barcelona.

En Estandarte y sin más explicación por lo menos en la noticia se puede leer:

Los responsables de Contexto decidieron incluir —también— las librerías de algunos centros comerciales, y excluir aquellas que se limitaran a vender segunda mano.

Curiosamente, cuando uno va a la página de Contexto se encuentra con el siguiente literal (las negritas son de un servidor):

Ya puedes encontrar el nuevo

MAPA DE LLIBRERIES DE BARCELONA

en todas las librerías de Barcelona.

Los matices son importantes. Sobre todo, en la medida en la que se pretende trazar una geografía del libro a través de las librerías y, se mantiene por un lado un discurso que se pretende abarcador e interpretador de todo el territorio, pero en el que se excluyen variables importantes como la segunda mano, el saldo y el libro de viejo que puede ser debido, desde una visión sectorial que no global a, por lo menos, una doble causa: no aporta valor económico e incluso nos puede restar ventas y puede mostrar algunos de los fracasos editoriales que han acabado en saldo.

Cada uno puede hacer los mapas que quiera, pero en la medida en que el mapa intenta desentrañarnos la realidad, debemos tener la honestidad de ser lo más claro posible con lo que presentamos y si se dice Todas, deben ser todas y no sólo algunas.

Porque esas que no están también merecen un homenaje, nos ayudan a descubrir la ciudad y nos ofrecen una panorámica de lo que pasa.

Tres recomendaciones finales:

Los libreros, ya lo ha dicho Patti Smith, que varias veces trabajó en librerías, mantienen la honestidad sobre lo que está pasando en la literatura en nuestros tiempos. Y también nos permiten un placer específico: manosear los libros. Son espacios que despiertan un comportamiento diferente, tranquilizante (espero) y la experiencia, por lo  menos en para mí, es casi terapéutica.

  • El Mapa de Llibreries de Catalunya, recientemente presentado, recoge 292 librerías en Barcelona. Tampoco recoge las de segunda mano. Cada vez es más frecuente ver en ‘librerías de nuevo’ espacios relacionados con la segunda mano o los saldos. Quizás sea un buen momento de repensar los mapeados sectoriales.
  • Imanol Zubero escribía en el número 29 de la Revista Texturas:

Sostiene Roberto Casati que, siendo verdad que los libros en papel ocupan
espacio, lo que puede contemplarse como un engorro, lo cierto es que «el
espacio es un buen medio de controlar la memoria». Y continúa: «Una buena biblioteca es como un diagrama; nos permite pensar, porque visualmente nos reenvía de una sola ojeada a la multitud de cosas leídas, liberando de ese modo a la mente de la necesidad de guardarlo todo en la memoria». ¿Podemos decir algo similar de las librerías? Si el espacio que ocupan los libros en un hogar es el mejor medio de controlar la memoria, tal vez también el espacio que ocupan las librerías en la trama urbana sea el mejor modo de controlar nuestra memoria colectiva, de construir ciudad de una determinada manera. (pag. 25)

Pero, el espacio que ocupan todas las librerías…

 

Paco Goyanes y Ana Cañellas puntales de Cálamo y hoy premiados

Me pilla lejos físicamente la entrega de hoy a Cálamo del Premio Boixareu Ginesta.

Me pilla cerca, en lo emocional con los recuerdos todavía de la última cena hace ya un tiempo.

Mi felicitación y mi alegría por el premio.

Y ahora que por Texturas andamos de aniversarios tampoco está de más recordar lo que Paco escribía en el número 2 de la revista:

Imagino un futuro: pocas empresas logísticas que realizan la distribución física de los libros y las gestiones de cobro; bastantes más empresas difusoras que trabajan codo a codo con los editores y libreros; libreros independientes contentos y dedicados en cuerpo y alma a vender libros; cadenas de librerías establecidas en la mayor parte de las ciudades; editores que publican con alegría y que no tienen pesadillas con que sus libros nunca están donde deberían estar.

Me da que todavía lo va a tener que seguir imaginando en muchos de los casos, aunque sigue siendo algo distinto a la Fnac.

¡Felicidades Paco, Ana y la gente de Cálamo!

Texturas… y con el número 30 llegamos a los 10 años. Mi particular homenaje a Manuel Ortuño

Me vais a permitir que me ponga pelín pastelón.

A veces con el paso del tiempo se va perdiendo el hilo de los acontecimientos.

Uno se olvida de los detalles, de cómo de comidas y conversaciones con mucha más gente, llegamos a estar sentados en una mesa en el Liber de hace 10 años pergeñando y soñando lo que podría ser la revista.

En todos estos años, esta nave, la revista, ha tenido un patrón claro sin el que no habría llegado a este primer puerto de los 10 años. Y este ha sido, Manolo Ortuño que además ha sabido, con su manera, modo y estilo particular, dar juego y construir un ‘juguete maravilloso’ que ha puerto a disposición de todas aquellas personas que se han querido acercar a él con sus propuestas sensatas, disonantes, novedosas, profundas, atrevidas…..

En estos 10 años por las vueltas que da la vida, un servidor ha estado más o menos metido en el ajo. Según como han ido yendo los tiempos y otros menesteres. Él siempre ha estado ahí.

Yo hoy se lo quiero agradecer aquí.

No sólo el que haya estado a las duras y a las maduras, sino, sobre todo, que con nuestras idas y venidas, este proyecto, por lo menos a nosotros y me consta que a algunas personas más, nos haya permitido tejer una gran amistad, que sigue generando una continua conversación.

cubierta_indJusto cuando estuvimos preparando en Bilbao, en una segunda jornada de trabajo tras una primera en Madrid, los índices cronológico, onomástico y temático de estos 10 años vividos, alguien cercano y gran tipo, nos sacó estas dos fotos que creo son un espléndido resumen de estos diez años.

¡Gracias Manolo!

Así que si queréis hacer felices a dos hombres ya talluditos amantes de la conversación compartida ya sabéis lo que tenéis que hacer…….

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Decir que SOPHOS es una librería es como decir que el vino es una bebida

hunzikerTuve el gusto de conocer a Philippe ya hace 14 años en Antigua, Guatemala en una preciosa experiencia que juntó a libreros de aquí y de allá para formarnos, conversar, contrastar, comer y jugar al futbolín que es donde uno acaba demostrando realmente su posición.

Hoy leo con agrado el reportaje que ha escrito ya hace unos días Ana Baquerizo en Zero grados y que lleva por título Philippe Hunziker, el librero que importa.

Recojo algunas de las ideas del texto.

El sentido. Hay librerías que pueden nacer de la voluntad de recomponer un país roto por décadas de guerra y sin hábito de debate público. Así nacieron también por aquí algunas librerías en otro tiempo.

Lo que se puede esconder detrás y donde se demuestra que no todo es lo mismo.

“decir que SOPHOS es una librería es como decir que el vino es una bebida: una simplificación, verídica pero muy reduccionista”

El lugar. “Es un lugar de encuentro, se ha convertido en el lugar donde las personas a las que les gusta leer se reúnen. Y no solo para leer”.

La comunicación sigue siendo uno a uno.

Aprender a seleccionar. Una de las consecuencias de importar es que no tienes derecho a devolución.

La lectura no es cuestión de cantidad. “No creo que alguien que haya leído un solo libro en su vida y que ese libro le haya cambiado la vida tenga menos derecho a considerarse lector que quien lee un libro cada semana”.

Escribía Philippe Hunziker en el número 14 de Texturas.

Y así el librero (el de los confines que nos interesa) podrá ir descubriendo
que, en un mundo que se nos presenta cada vez más globalizado, el interés por lo local cobra una importancia creciente (entre los 100 títulos más vendidos en 2010 en nuestra librería, 35 son de producción e interés nacional y a estos 35 solos debemos un 8% de las ventas). Si, como bien ha dicho Txetxu Barandiarán, «toda librería, si es librería es especializada», el librero de los confines, que por su naturaleza se encuentra alejado de muchos posibles mercados-nicho temáticos, podrá encontrar en lo local una fuente natural y potencialmente gratificante de especialización, y deberá mantener esto en la balanza, al tiempo que el otro lado de ésta lo inclina al ancho mundo digital con ojos de oportunidad.

Y en ello sigue…

 

Librería y ciudad

ciudadaniamikelalonsoEn este blog he hablado en varias ocasiones sobre la relación existente entre ciudad y librerías.

Os recomiendo la lectura del artículo de Imanol Zubero, sociólogo, voraz lector y usuario asiduo de librerías, publicado en el número 29 de Texturas con el título de El libro como relación y la librería como nodo en la ciudad posmoderna.

Leo hoy unas declaraciones de Paco Goyanes al Periódico de Aragón con motivo de la concesión del premio Boixareu Ginesta al Librero del Año.

Quiero resaltar algunas reflexiones de las mismas que me parecen sugerentes e importantes:

  • Sentido grupal. No soy sólo yo. «Las librerías de Zaragoza han hecho una grandísima labor en crear tejido cultural en esta ciudad».
  • Fondo, personal, clientes. La triada sobre la que todo gira. «Me gustan las librerías que tengan una buen fondo bibliográfico, tenga libreras y libreros que sepan aconsejar, atender y que de alguna manera están al servicio del público que les visita».
  • Sentido en el contexto. Una buena librería tiene que participar en la vida social, cultural y política de su comunidad.

Termino con dos citas del artículo de Imanol Zubero que me permiten enlazar con lo que escribiré mañana.

  • Si el espacio que ocupan los libros en un hogar es el mejor medio de controlar la memoria, tal vez también el espacio que ocupan las librerías en la trama urbana sean el mejor modo de controlar nuestra memoria colectiva, de construir ciudad de una determinada manera.
  • Uno de los riesgos más importantes a los que se enfrenta la ciudad de hoy y, sobre todo, la de mañana, es que, al margen de nuestras intenciones y deseos, el espacio urbano realmente existente haga físicamente imposible la interacción social imprescindible para la construcción de la cultura ciudadana. Que se diseñe como un espacio para la rapidez, los flujos, la velocidad, y no para el detenimiento. Este espacio urbano donde la interacción social y el encuentro entre vecinos se vuelve crecientemente dificultoso es el que Pietro Barcellona denomina ciudad postmoderna, “una enorme superficie pulimentada en la que se puede patinar hasta el infinito”.

 

Revista Texturas… culminando los 10 primeros años…

Se ha convertido ya casi en un clásico que en fechas veraniegas encontremos una excusa para juntarnos en climas templados costeros, típicos de Bilbao por estas fechas, algunos de los hacedores de Texturas.

Ya desde hace unos años bien en julio o en agosto somos capaces de buscar cualquier justificación para hacerlo.

Andamos ya muñiendo y zurciendo el número 30 que vendrá con algún elemento añadido.

Durante un par de jornadas largas de trabajo, una en la sede de Madrid y otra en la de ‘provincias’, hemos estado repasando y volviendo a ver lo que estos primeros treinta números han dado de sí.

455 artículos y 350 autores son una aportación nada desdechable y suponen una variedad de miradas sugerentes sobre el sector del libro y la lectura que probablemente nadie, en lengua castellana, haya recogido hasta la fecha.

Ayer al terminar, después de darle a la matraca toda la tarde y de mover y remover, de pensar y repensar, de echar números, calcular pliegos, contar páginas… nos sentíamos a gusto y felices.

Hoy, que esperamos un buen día en Bilbao, los tres muñidores nos vamos a regalar la celebración, la conversación, el paseo y los planes para los próximos 30 números que vendrán, si nada se tuerce, con algunas golosas novedades.Si queréis compartir esta historia… ¡Es fácil!

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