Ya están todos los medios danzando. Interesantes, como siempre, las diferencias de titulares que llegan a algunos matices curiosos.
– ...impone el precio único para los libros y liberaliza el precio de los manuales escolares. Conclusión: los manuales escolares no serán libros. Esto puede ser un
avance importante. Lo que para unos es «imposición» para otros es «consagración
» del precio fijo, decimos. No vayan a pensar en otra cosa. Aunque siempre hay también libros laicos que se salen del ámbito de lo «sagrado»
– Los libreros «muy contentos» porque entendíamos que sólo así la pequeña librería se defiende mejor de la agresividad comercial de las grandes superficies . Se suele decir que la alegría dura poco en casa del pobre. Veremos cuáles son las caras a mediados de noviembre por mucho que pueda haber diferencia en los precios de cesión. Los libreros catalanes parece que no están «tan contentos«.
– ¿Por qué han demandado los sectores lo que no preferían? Esta libertad de precios es una de las demandas que editores, libreros y distribuidores plantearon durante las negociaciones del proyecto legal con el Ministerio, aunque todos ellos hubieran preferido la inclusión del libro de texto en el sistema general de precio fijo.
– Aprobada por ¿unanimidad? (curiosa la diferencia entre título y subtítulo) o por ¿un amplio respaldo ?
Curioso, en general, que una ley que habla de la lectura parezca más un decreto de sistema de precios y de canon .