20 citas de cara al XXIII Congreso de Libreros. 17. La pasión por el oficio

Reflexiones a modo de píldoras ante el XXIII Congreso de Libreros en Sevilla.

La pasión de todo librero por su oficio es como el valor en el ejército, se presupone. Nuestra actividad es, en muchos casos, monótona, porque los días pasan atendiendo tareas cotidianas que casi desempeñamos de manera autómata. Pero el error es caer en la monotonía, en colocar los libros, pasar el polvo, o atender a los clientes siempre de la misma forma, como el hábito cotidiano de afeitarnos o lavarnos los dientes. Los detalles son muy importantes, pues marcan la diferencia, y no se conseguirán si no se tiene pasión por las tareas propias de nuestro oficio. Crecer y mejorar todos los días supone un esfuerzo constante de mirar las cosas siempre desde ópticas distintas.

Cada día parece igual, pues las tareas esenciales se repiten pero, por otro lado, cada día es distinto pues entran clientes nuevos —o los de siempre pero con distinto humor—, recibimos nuevos libros, marcamos diferentes catálogos
de novedades, nos encontramos, en definitiva, con cientos de datos y estímulos diferentes que tenemos que estar preparados para absorber y que no lo lograremos si no somos apasionados de nuestro oficio. Yo disfruto de todos los días en la librería pues siempre afronto mi día como una sucesión de retos en los que debo mejorar mi anterior marca, como los atletas. Venderle un libro al cliente que nunca compra, conseguir que un cliente que ha manifestado una queja vuelva pronto y de buen humor, hacer que libros que parecen imposibles de vender, pero en los que crees firmemente se terminen vendiendo, sorprender a los clientes que lo saben todo con alguna novedad de la que no hayan tenido noticia, cambiar secciones de ubicación y conseguir que vendan más, hacer un escaparate que cause sensación son nuestros trabajos cotidianos pero planteados como retos. (Enrique Pascual; Fidelizar a través del oficio)

Cuando los libreros eran, preferentemente, mercaderes de libros…

Las tardes de los domingos, después de un buen aperitivo y una agradable comida familiar como la de hoy (aquí os dejo la muestra)…

Nota.Recomendables las rabas del Café Lago y la barra del Oddity Cafe Lounge que me ha encantado y veo que ya hace unos meses a Dicky del Hoyo tampoco le disgustó. Un asiduo, allí le he visto, como Josu Garro me ha recomendado también las gildas. Habrá que buscar una excusa para pasarse. Él tiene la de bajar a comprar la fruta.

 

suele ser un buen momento para el sesteo y meterse en el baúl de los recuerdos. Entre ellos, un maravilloso recorte de prensa de hace unos años, 21 para ser exactos(30/04/1991) fue una de mis primeras apariciones en foros públicos relacionados con el libro.

Txetxuren hemeroteka 1 osoa

El titular creo que no tiene desperdicio y ayuda a poner siempre las opiniones y las frases que se dicen en su punto justo. ¿Se suponen que dejásemos programadas en páginas webs algunas de las afirmaciones que ahora hace el personal a 4 o cinco años vista?

Probablemente nos partiremos de risa cuando las leamos.

Esta quizás nos ponga en contacto con la realidad y con el diccionario. De hecho en este caso, en el de la RAE mercader y libro parecen ir de la mano.

 

mercader, ra.

(De mercado, forma del cat. y arag.).

1. m. y f. Persona que trata o comercia con géneros vendibles. Mercader de libros, de hierro.

Parte del mundo digital creo que todavía sólo está a nivel de mercachifle

mercachifle.

(De mercar y chifle).

1. m. buhonero (hombre que vende buhonerías).

2. m. despect. Mercader de poca importancia.

Trabajar en una librería. El ferviente oficio de leer y compartir con generosidad esa pasión

Precioso y sugerente artículo el de Natalia Blanc en La Nación.

Tejiendo conversaciones con Francisco Garamona, Fernando Pérez Morales y Débora Yánover, libreros y librera de La Internacional Argentina, la Boutique del libro de San Isidro y la Librería Norte van apareciendo por aquí y por allá pistas sugerentes de las que dejamos caer por aquí algunas, pero recomendamos leer el artículo completo.

La librera lectora. Débora Yánover

«Cuando, después de muchos años, tenés el mismo entusiasmo al abrir una caja donde están los títulos que esperabas; cuando esos libros te dicen el nombre de las personas [tus clientes de cada día] a quienes vas a recomendarlos, entonces sos librero». Tal como le legó su padre, quien se dedica a vender libros debe ser, ante todo, un gran lector. «Un lector apasionado -destaca Yánover-, capaz de transmitir su pasión a los clientes.»

La fascinación de Francisco Garamona

«Poder comprar el mismo libro que me fascina cinco veces, y transmitirle esa fascinación al lector, al visitante, eso es ser librero.»

El respeto librero de Fernando Pérez Morales

La principal virtud de un librero reside en respetar el deseo del cliente. «Me molestan mucho los vendedores que quieren darle al cliente lo que ellos quieren y no lo que él quiere leer.»

Libreros de Castilla y León. Conversaciones líquidas avanzando hacia la calidad

El martes pasado, invitado por la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, comparti reflexiones y conversación en Peñaranda de Bracamonte con libreros de Castilla León, Grazia Gotti, Carlos Travesí, consultores de Téciman que están llevando a cabo un proceso para la implantación de un ‘sello de calidad’ en las librerías de Castilla León que si todo va bien tendrá sus primeros resultados antes de terminar el año.

De qué se trata. Le robo la cita a Pedro Layant

«De lo que se trata es de ir en contra de la tendencia centrada en repetir las mismas historias, la que impone un modelo de poder.»

Joâo Fernandes, del MNCARS, en elcultural.es 14.05.16
Recojo algunas perlas que me parecieron sugerentes.
– Una persona se conoslida como lector cuando hace un esfuerzo (económico) para acceder a los libros. (Luis González).
– Recuperar el concepto de ‘oficio’ con todo lo que incluye de artesano. (Gracia Gotti)
– La dimensión y el hacer de las librerías independientes tiene futuro (Gracia Gotti)
– Lo existente asociativamente no nos gusta (Grazia Gotti)
– La importancia del aspecto económico (Grazia Gotti)
– El librero como actor cultural debe mantener relaciones fuertes con el territorio y debe trabajar con la juventud (Grazia Gotti)
– Debemos estar a la altura de nuestros lectores (Pilar Pérez)
– Los libreros y los clientes son mutuamente propietarios de un proyecto cultural que se da en la librería (Doroteo González)
He dejado estas dos últimas para el final porque tienen una relación directa con las reflexiones que intenté trasladar y de las que, de una manera u otra me he ido haciendo eco en este blog.
Os dejo la presentación que realicé en la jornada. Espero os resulte de interés. Tendrá continuación en una publicación que, si soy formal y aplicado, estará en breve disponible en Lectyo.

Creo que esta frase de Sylvia Whitman

“Crecí en esta librería y pasé muchos años trabajando aquí con mi padre, de modo que para mí no es más que mi casa”. Un envidiable hogar.

recogida en un reciente artículo de Jorge Carrión es un estupendo colofón.

Bibliotecas y librerías tejiendo redes

El Departament de Cultura de la Generalitat y el Gremi de Llibreters de Catalunya han firmado recientemente un acuerdo que permitirá a partir del mes de octubre vender libros en algunas bibliotecas de la red.

Desconozco el texto exacto del acuerdo y me baso en la información que proporciona Bernat Ruiz en Núvol.

En el ruido de las redes he podido leer acusaciones veladas en la línea de que este paso supone una posible privatización encubierta de la red de bibliotecas. Quizás el sonsonete se arrastra a la sombra de la firma anterior de las Bibliotecas con el Club TRESC.

Yo, personalmente, no creo que haya nada de eso y mi valoración, en principio, es positiva por varias razones.

1. Supone una apuesta por el trabajo coordinado entre dos realidades, bibliotecas y librerías, que actúan, cierto que con fines distintos, sobre el público lector.

2. Supone tejer redes y apostar por la cercanía y el servicio.

3. Supone maximizar inversiones sostenidas en parte con dinero público como es el caso de Lliberdrac.

4. Supone poner en valor lo cercano, sea librería y/o biblioteca.

5. Se empieza con una prueba experimental siguiendo la sabia máxima de ‘hacer los experimentos con gaseosa’. En esta línea sería donde quizás hubiera hecho una sugerencia en la línea de probar también en ámbitos bibliotecarios donde no existen librerías de cercanía para analizar si en estos casos la demanda de servicio es distinta.

6. Creo que traerá como consecuencia una mayor visibilidad y venta de los pequeños editores que a menudo ‘viven clandestinamente’ en las librerías.

7. Ayudará, indirectamente y con el tiempo, a racionalizar las propias compras de las bibliotecas.

8. Servirá para tejer redes y provocar análisis transversales y sin complejos que tienen siempre el gran valor de movernos o poner en duda nuestro punto de vista.

Y un par de sugerencias:

1. Recoger la opinión de los usuarios (ciudadano-lectores) cuando se ponga en marcha sobre la calidad y el sentido de la propuesta.

2. Reflexionar también sobre cómo pueden las librerías desde sus espacios acercar las bibliotecas a los ciudadanos.

Leía hace poco una frase que me parece sugerente:

Las librerías son de los lectores, no de las editoriales.

Si este es el punto de vista que se mantiene en el proyecto y ‘no nos hacemos trampas en el solitario’ algún fruto saldrá.

 

 

 

Libreros y libreras: ¿vender o despachar?

Un par de días visitando librerías y hablando con cierta tranquilidad con personas que las gestionan y las atienden.

Han sido un par de días para aprender, escuchar, proponer. Agradables, intensos y entretenidos.

Obviaré con quiénes y los motivos de la visita que no vienen al caso.

Sí señalaré algunas conclusiones personales que o he sacado como nuevas o he reconfirmado y que en algún caso puede ser de utilidad para editores culturales de tamaño medio o pequeño.

1. Empezaré por el propio titular del post. A la hora de buscar librerías intenta que éstas sean ‘vendedoras’ y no ‘despachadoras’. Hay una diferencia más que sutil o por lo menos así lo entendíamos en el contexto de la conversación. Vender suponía por parte del librero elección de la oferta que hace y actitud procativa hacia la misma. Detrás del ‘despachar’ en cambio, y esto no quiere decir que las librerías no tengan que hacerlo para generar cierto flujo, se esconde una postura pasiva que puede además acabar convirtiendo una librería en el mejor escaparate no pagado de algunos editores.

2. Decántate por librerías bien informatizadas. Acelera y facilita el flujo real de información, la hace más trasparente y posibilita medir mejor las consecuencias de las acciones propuestas.

3. No hay dos libreros vendedores iguales en la medida que los criterios de elección y de apuesta varían. Acude a las reuniones con mente flexible. Acabarás en general encontrando un punto de equilibro y de ganar-ganar que muy probablemente tendrá un matiz distinto en cada caso.

4. Como editor mediano-pequeño no conviene tampoco que olvides que en más de una ocasión la librería puede tener una dimensión empresarial más grande y compleja que tu editorial. Nunca está de más conocer la ‘sala de máquinas’ de alguna de ellas para poder situarte con más facilidad en su punto de vista.

5. Es mejor viajar sin el distribuidor. No es por un tema de desconfianza, pero en temas de negocio y de búsqueda de empatía son mejor los cara a cara. Esto no quiere decir, es mejor incluso, que informes a tu distribuidor que te ‘vas de gira’.

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Presentes y futuros de las librerías. 4. Libreros y libreras culturales

Hoy es un buen día para hablar de esta dimensión ya que a las amigas de la Libreríal Gil les entregan hoy el Premio Librero Cultural. En este caso sería más adecuado hablar en femenino y en plural.

libreria_gil

Allí estaremos para celebrarlo con ellas.

Este ha sido el úndécimo año que se concede este premio que nació desde el convencimiento de la puesta en valor de la acción cultural en la librería como un hecho diferencial.

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Día de las Librerías. 12. De librerías con Elvira Lindo

diadelaslibrerias_forgesDe librerías (Elvira Lindo). Hoy en El País

Hay seres humanos que venden libros. Y hay libreros. Los libreros también son seres humanos que venden libros, pero han de sumar otras cualidades que definen su noble oficio. Sin ellas, el librero es un farsante. Por ejemplo, si usted va a una librería y pregunta por James Salter y el dependiente se encoge de hombros y le dice, ni idea, se trata de un ser humano que vende libros, pero no de un librero.

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¿Traiciones librescas e intrigas palaciegas? Sobre el acuerdo de Amazon y la Fundación Germán Sánchez Ruipérez

Me desayuno hoy a la mañana, con intrigas palaciegas y aparentes traiciones de los defensores de la lectura como un derecho de primera generación.

653-Amazon casa lector inEl presidente de los libreros afirma, sin respetar la presunción de inocencia, que  “Amazon es una empresa de prácticas ilegales y el sector del libro se ha unido para demandarlos por prácticas ilegales, entre otras cosas en el precio de los libros de texto”.  Que yo sepa y puedo equivocarme no hay sentencia todavía.

E, igualmente, que yo sepa, no hay noticia pública de esa ‘demanda unida’, sino que la misma parece estar todavía en fase de estudio.

La colaboración entre la Fundación y Amazon no acaba de nacer. Ya lleva un tiempo tejiéndose, aunque parece que hasta la fecha no ha molestado a nadie, aunque incluso en el propio tiempo de duración de la Feria haya habido guiños claros de la misma.

Es difícil analizar y desenmascarar en detalle todos  los intereses que se cruzan y a qué agendas ocultas dan servicio y favorecen.

Sí me parece preocupante, o por lo menos a tener en cuenta, algunos cambios de discurso de calado.

1. El cambio aparente de discurso de la Fundación que si antes hablaba de ciudadanos y derechos, ahora habla de consumidores. Matiz importante. Nota rectificación (20/06/2013): El comparativo como me hace ver Luis González en un comentario no es adecuado ya que la referencia a consumidores va relacionada con el estudio británico al que se cita en el enlace. ‘Donde dije Digo, digo Diego’.

2. El cambio entre los libreros, o entre algunos de ellos, que parecen haber aumentado en menos de dos años su umbral de ‘histerismo’ ante el fenómeno Amazon.

3. El no cambio, manifestado en su silencio de las estructuras editoriales. Saben que la partida se juega en otro lado.

Siempre existen en este sector acuerdos e intereses cruzados que una vez tejidos son difíciles de destejer. Pongamos un ejemplo sencillo para verlo.

Los libreros han firmado recientemente un acuerdo con Tagus, aliada de la Casa del Libro, empresa de la órbita Planeta que es la editorial que de alguna manera ha facilitado alguno de sus fondos para que la Fundación y Amazon iniciaran experiencias de colaboración.

¿Por dónde se empieza a destejer? Se supone que todos los implicados están en mayor o menor grado en el mismo tinglado que es éste del libro y la lectura y, tristemente, parece funcionarse a ritmo de comunicado sin hacer, por parte de quien le toque, labor de hilandera fina, de tejer y destejer con una visión sistémica donde cualquier movimiento de pieza trastoca un poco el puzzlle.

Ahora bien quedan algunas preguntas que van más allá:

¿Es ético firmar un acuerdo con empresas que generan empleo de dudosa calidad tanto en Francia como en Alemania?

La propia Fundación afirmaba que los movimientos de Amazon siempre provocan debates encendidos. Está claro que no se han equivocado.

Aunque visto tanto lo que ocurre en la Fundación como en Amazon habrá que pensar que por la lectura vale cualquier cosa y no es así.

Las razones económicas, también las de libreros y editores, laten por lo bajini.

¿Y los lectores sin recursos que son cada vez más dónde quedan?

Feria del Libro de Madrid. La cuenta de la vieja

La Feria ya se ha ido y nadie sabe cómo ha sido.

La Feria dice que sube las ventas, pero todo depende desde dónde y, sobre todo, desde cuándo se mire.

Vemos así que la evolución va de 7,1 millones en el 2013,  a los 7,95 que fueron en el 2011, pasando por los 8,2 del 2010  que fue un volumen similar al de 2008.

Así que en cinco años en contante y sonante se ha perdido un 12%; pero si el IPC de junio de 2008 a mayo de 2013 ha aumentado un 7,7% la disminución real se sitúa rozando el 20% en lo referente solo a la Feria, aunque El País habla de una caída del 43% en relación al mismo periodo.

Y ya que con estos datos parece que se ha salvado la cara no vamos a entrar en cómo va el año para que no nos la partan.

Alguna cuenta de la vieja más.

7,1 millones de euros entre 353 casetas toca en números redondos a 20.000 euros por caseta. Ya sé, ya sé que hay mucha diferencia de unas a otras y que las cuotas que se pagan también varían en función del status y de la posición en la cadena de valor.

Para un librero que puede venir a trabajar con un margen bruto del 25& en la Feria (35% que le dé el distribuidor o editor menos el 10% de descuento que tiene que hacer) le quedan limpios, inicialmente, 5.000 euros suponiendo que llegue a esos 20.000. Si los supera enhorabuena.

Con estos 5.000 euros tiene que pagar la cuota de inscripción que parece que ronda los 1.550 euros en números redondos. Le quedan limpios 3.450 euros.

Habrá que restar también los gastos de transporte para traer y llevar los libros, bien sea en coches particulares o con una furgoneta alquilada. Calculemos unos 150 euros. Le quedan 3.300 euros limpios.

Alguien deberá montar la caseta y atenderla. Supongamos que con una persona es suficiente y que la misma dedica, porque es eficaz, 10 horas para el montaje y desmontaje y ella hace todo el horario de Feria que a lo largo de los 17 días son, en números redondos 120 horas y media. Así que esta persona trabaja 130 horas y media.

Habrá que pagarle por su trabajo o habrá que pagar a quien se ha quedado en la librería para que alguien de la librería venga a la Feria.

Si consideramos que la persona que trabaja debe tener un mínimo conocimiento del fondo, de habilidades de atención al público, sea este grande, chico, letrado o iletrado y que su sueldo bruto, bien sea autónomo, contratado ¿parece mucho 20 euros la hora?. Entiendo que como no es trabajo negro, esto estaría feo, de ahí la persona o la empresa pagará su seguridad social, su retención y demás. Al fin y al cabo en horas son más de tres semanas de trabajo incluyendo domingos que en muchos sitios se pagan como festivos.

Si restamos, por lo tanto los 2.600 euros quedarían limpios 700 euros como mucho. Ahora bien, si las ventas han andado más cerca de los 18.000 que de los 20.000 es posible que el librero ‘palme’ dinero.

¡No me digan que no es para hacer un homenaje, y no voy de guasa, a las librerías que siguen apostando por ir a la Feria! O son amantes de lo que hacen o temerarios en su negocio.

En cualquiera de los casos pasionales que tampoco está mal.

Y para rebajar la pasión no está de más dar un vistazo al estudio comparado de la situación librera que hoy ha llegado a mi correo gracias a esas buenas redes de complicidades.

Ya hablaremos de él en otro momento.

El sector del libro: ¿modelos de representación e interlocución caducos y desfasados?

Ya adelanté que iba a comentar algunos aspectos de ‘la oleada sobre el panorama del libro’ que quizás hubiera sido mejor titular sobre el ‘sector del libro’ porque el libro y su estado, en cualquier caso, es más fruto de lo que hace o deja de jacer el sector, desde el escritor al lector, que de su propia capacidad de decisión.

De hecho siempre hablamos del ‘libro’ sin preguntarles nunca nada a ellos.

Me interesan, sobre todo, algunos aspectos: los más relacionados con el propio sector y sobre los que las empresas y las instituciones, que dicen que las representan, pueden tener campo de maniobra propio.

Al estudio, en la medida además que es cualitativo, creo que le falta un apartado de conclusiones atrevido que refleje en poco más de un folio las propuestas que sean consecuencia del mismo. Todo ello dicho desde el respeto a quienes se toman la molestia de hacerlo de forma desinteresada, aunque en este terreno creo que hay matices entre los componentes que van desde casi el desinterés total hasta los que sueñan con sacar tajada. Pero este es arena de otro costal.

El hecho de que en algunas preguntas se reflejen solo los datos absolutos y en otras acompañadas de porcentajes lleva, por lo menos a mí, a un cierto equívoco a la hora de leer las tablas.

Pero, vayamos al toro de la representatividad sectorial.

La mayoría de los encuestados parecen opinar de manera indirecta que el actual sistema institucional no tiene una representación adecuada.

Las responsables del estudio afirman: La creación de una institución que represente a todas las empresas del sector cuenta con el apoyo mayoritario de los encuestados.

Institución únicay que sería necesario la creación de una institución única.

Las consecuencias son de calado y el debate no es nuevo en la medida de que ya desde hace muchos años hay empresas que juegan con diferentes sombreros según tomen el papel de libreros, editores o distribuidores.

Voy a poner un ejemplo de actualidad.

Creo que no es ningún secreto que por ejemplo Planeta tiene el sombrero de editor y el sombrero de librero o que, por situarnos en otra dimensión, a Astiberri editorial y Joker librería les ocurre algo parecido o, finalmente, el grupo Elkar que tiene editoriales, distribuidoras y librerías.

Si nos situamos o pensamos la posición en la que se encuentras estas empresas ante la, por ejemplo, demanda de los libreros a Amazon no me dirán que su situación no raya la esquizofrenia o la incoherencia. Se puede escoger la que se quiera.

En la medida en que son las instituciones, una en este caso, Cegal la que habla queda desdibujada la posición real y los intereses de las empresas.

Desde esta óptica y desde la de la simplificación aparente de la toma de decisiones o de la oferta de servicios al tejido empresarial el caminar hacia una única entidad podría parecer claro más todavía si analizamos la compleja organización que se da en Cegal, donde caben desde gremios autonómicos, provinciales o asociados a nivel particular, la Federación de Editores donde como por ejemplo el caso de Euskadi parece que la pertenencia de un gremio impide la entrada del otro y no abarca todo el territorio en su representatividad o, finalmente la de Fande que agrupa tres asociaciones que parecen moverse más por el perfil profesional que por el territorial.

En cualquier caso los encuestados señalan algunas pegas

Institucion_21. La suficiente representatividad actual (la más minoritaria)

2. La heterogeneidad del sector

3. La diferencia de intereses según en qué parte de la cadena se esté.

Quiero centrarme en estas dos últimas y señalar las siguientes reflexiones que propongo también para discusión.

1. Cada vez tengo menos claro que los intereses los marquen el lugar de la cadena en la que uno se encuentre porque por un lado hay empresas que están en varios lados y porque los intereses son más económicos que de lugar en la cadena aunque vengamos manteniendo, yo incluido, un discurso que creo que hace aguas sobre, por ejemplo, el papel de las librerías o de los ‘editores independientes’.

2. Es cierto que el sector es heterógeneo, pero lo es por tamaño y por intereses y quizás no tanto por ser librero, editor o distribuidor. Dicho de otra manera. Se supone que no debería haber heterogeneidad, sino complementariedad y mejora en todo lo que se refiere a procesos de normalización y creación de ventaja competitiva en el sector. Me gustó, en esta línea que la presentación de Cegal se hablará de herramientas a favor del sector del libro. Ahí, más allá de las dimensiones de las empresas y del lugar en la cadena de valor, se supone que se pueden crear sinergias.

3. Otra cosa distinta ocurre en todo aquello que podríamos llamar ‘movimientos paralelos’. ¿Están, por ejemplo, muy preocupados los editores de jurídico, ni siquiera hablo ya aquí de libro, de trabajar en procesos de normalización o sus tiros ya apuntan hace tiempo en otro sentido?

Yendo un poco más allá: ¿En un proceso de este tipo se debería mirar solo a la cadena de valor o a todo el ecosistema que se mueve en torno al libro? Es decir: ¿deberían también incluirse las empresas de servicios o sectores, por ejemplo, como las revistas culturales?

cadenadevalor_2En cualquier caso, para abrir este melón sí que existen los agentes y los posibles interlocutores.

Este creo que debería ser el primer melón a abrir.

¿Discutible? Sí

¿Fácil? No

Y, para ponerlo más complicado, añado una última reflexión a través de una cita de Thierry Discepolo en La traición de los editores:

¿De verdad hay que garantizar ‘la igualdad de los ciudadanos’ ante la literatura de Huch Laurie, el esoterismo y las recetas dietéticas? ¿O ante los libros de gran formato y las guías prácticas? Esos expertos que se acaloran con las subidas y bajadas del mercado editorial, con los peligros de la sobreproducción, la migración a las grandes superficies, a las tiendas Relay y otros depósitos de best-sellers, ¿hablan alguna vez de libros? ¿No habría que volver a centrar la oferta editorial que necesita ser protegida, en torno a una literatura menos milagrosa y de ciencias menos ocultas? En torno a un tipo de edición que apenas se beneficia de las estrategias del marketing… (pag. 77)

Editores: los embajadores de Rajoy. Libreros: el estilete de los editores

En vísperas del inicio de la Feria del Libro de Madrid traigo por aquí dos asuntos que, creo, son menos festivos, pero que demuestran que todo sigue más o menos igual aunque tirando a peor.

Recientemente a Mariano Rajoy se le ha llenado la boca afirmando que: «La marca España no encontrará mejores embajadores que el sector editorial español«.

Lo curioso es que Mariano pone el acento en América Latina, donde parece, al mismo tiempo que a la cúpula editorial le causa más pereza ir, más allá de que parte de esa ‘embajada española’ esté manejada por capital extranjero convirtiendo casi a Planeta en estos momentos en el mayor editor nacional independiente de este país, unido al fenómeno atípico de los editores religiosos que, en este caso no son tan independientes porque dependen en parte de la ‘palabra divina’ y de los favores del señor Wert.

Pero, en cualquier caso, digamos que queda bonito.

Así, mientras los editores están en boca de Mariano, los libreros se complican la vida demandando a Amazon al que los editores venden encantados sus libros por mucho que algunos en un inicio pusieran el morro prieto y condiciones  ‘casi’ de librero que por supuesto para Amazon eran inaceptables.

Es una forma como otra cualquiera de echarse o de que otros les echen a los pies de los caballos que demuestra o inocencia o ingenuidad o incapacidad.

La Federación de Cámaras del Libro donde conviven, es un decir, editores, libreros, distribuidores y gráficos y que está presidida, como no, por un editor está estudiando sumarse a la demanda.

Apuesto que quedará en agua de borrajas ya que habría una solución más fácil como es la de parar la venta de ejemplares por parte de los editores hasta no dejar clara la situación.

Difícil todo en cualquier caso cuando importantes editores y distribuidores se dedican a hacer sus ofertas a o i-legales entre los colectivos más variopintos.

La Feria pasará de puntillas por estos temas al igual que lo sigue haciendo por todo aquello que genera cierto debate y tensión.

Me recuerda mucho al ‘buenismo’ del Camino de Santiago, aunque aquí se cambie el ‘Buen camino’ por ‘Buen rollito para el libro’, aunque todo siga tensionado entre bambalinas.

En cualquier caso… ¡Buena Feria!

¿Por qué no conspiramos por el libro y, mejor, por la lectura?

CONSPIRAR

1. intr. Dicho de varias personas: Unirse contra su superior o soberano.

2. intr. Dicho de varias personas: Unirse contra un particular para hacerle daño.

3. intr. Dicho de dos o más cosas: Concurrir a un mismo fin.

4. tr. ant. Convocar, llamar alguien en su favor.

Juan Cruz ha escrito recientemente sobre la conspiración contra el libro utilizando viejos y repetitivos argumentos que lo único que ponen de manifiesto es que de tan viejos que son no sean probablemente los motivos reales. Cada vez que veo que en el sector se apunta hacia fuera recuerdo siempre la diferencia entre adversarios y enemigos con la que a veces se juega en política. Los adversarios son los otros y los enemigos los tenemos dentro. Dentro del sector en este caso como, por ejemplo, en el propio grupo Prisa montando a partir de una propuesta editorial que ahora, ya hace tiempo, se pretende poner en otras manos para, conspirando, desde dentro, cargarse parte de esa estructura que se quiere defender, pero con el único fin de dar de comer a meros socios capitalistas, auténticos enemigos, quizás del libro, pero que como buen zorro se han colado en el gallinero.

Siguen sobrando los cantos de plañideras y más si vienen desde grupos mediáticos que han cambiado a los lectores por el capital.

Siguen sobrando los discursos que no se sabe bien qué pretenden y reivindican cuando mitifican al libro, la librería, el editor…. como si todos y cada uno fueran por abstracción ‘divinos’ y parte de una ‘santísima trinidad’ intocable y que quizás hasta la fecha no ha mirado con suficiente nitidez hacia los lectores y las bibliotecas, sino sólo hacia su modelo de negocio que poco tiene que ver con la lectura.

Con los enemigos en casa difícil será conspirar (convocar, llamar a alguien a su favor) a favor de la lectura. Quizás los únicos que puedan hacerlo son aquellas personas que no se mueven directamente por los intereses económicos y de negocio: los bibliotecarios y los lectores

Sin lectura, sin lectores, no habrá ni libros, ni editores, ni libreros.

La pregunta no es si el libro sobrevivirá o no…La cuestión es más bien si los actuales editores podrán sobrevivir al cambio.[1]

La concentración creciente de editoriales en un puñado de grupos lleva tarde o temprano a una manipulación de la memoria y de la conciencia histórica… En su reseña sobre ‘A la sombra de los libros’ Christopher Domínguez toca con su dedo crítico la llaga mexicana: “En México y en el resto del mundo, el principal problema está en la concentración oligopólica de la industria editorial  en un puñado de empresas que, en pocas décadas, ha arrojado del mercado a cientos de editores independientes cuya sobrevivencia incumbe tanto a la vieja libertad de comercio como a la diversidad cultural que exigen las formas avanzadas de democracia. Los remedios (o los correctivos o los paliativos) están a la vista y en manos de los políticos. Esta paradoja sólo puede alimentar como un caldo de cultivo el crecimiento del autoritarismo en el seno de una sociedad conformista –y perdónese la redundancia- que está muy conforme con serlo. La lección de este ensayo provocador que recuerda ciertos textos críticos de la Escuela de Frankfurt, estriba en la dialéctica de la Ilustración que se viene debilitando alarmantemente desde hace unos cuantos años a medida que decaen las luces y se desarrolla la industria pesada de la llamada ‘cultura de masas’.[2]

Sólo una nota final. Es difícil que las conspiraciones se hagan desde el centro, desde el poder. Al igual que los movimientos sociales deben surgir desde aquellas personas y grupos que el día a día se les hace irrespirables y esto raramente ocurre entre los ‘poderosos’.

“A lo largo de la historia, los movimientos sociales han sido, y siguen siendo, las palancas de cambio social. Normalmente surgen de una crisis en las condiciones de vida que hace que a la mayoría de la gente le resulte insoportable el día a día. Les mueve una profunda desconfianza en las instituciones políticas que gestionan la sociedad. La mezcla de deterioro de las condiciones materiales de vida y una crisis de legitimidad de los gobernantes y su gestión de los asuntos públicos induce a la gente a tomar sus asuntos en sus manos, participando en acciones colectivas diferentes de los canales institucionales prescritos, para defender sus reivindicaciones y, en última instancia, cambiar a los gobernantes e incluso las reglas que conforman su vida… Los movimientos sociales no surgen sólo de la pobreza o de la desesperación política. Requieren una movilización emocional desencadenada por la ira contra la injusticia flagrante y por la esperanza de la posibilidad de un cambio”[3]


[3] Castells, Manuel; Redes de indignación y esperanza; Alianza; pag. 209 y 211


[2]  Castañón, Adolfo; Trópicos de Gutenberg; Trama; pag. 164-165


[1] Zenker, Alejandro en Varios; El libro y las nuevas tecnologías; Solar editores; pag. 24

 

 

 

 

 

Coda propositiva

Tiempos de lectura tranquila, de recuperación de textos reflexivos y propositivos, de ver lo que otros dicen y hacen. Todo, por ahora con calma, cierto silencio y en busca de la ‘solitariedad’.

En Memoria de la librería me encuentro con este texto de Paco:

Crear y resistir; hacerse un hueco que los hay; avanzar en el mutualismo; mantener lo palpable; combinar el papel con lo digital; conservar a Gutenberg; luchar contra los monopolios; no engordar a los verdugos; saber que el capital financiero no tiene alma; estar a la altura de la cultura que manejamos; tener constancia de que vivimos tiempos cruciales; ir hacia valores que no tengan que ver con el mercado; construirse con otros, en vez de tratar de acumular o consumir; darle al dinero un mero carácter instrumental; tratar de ser a la vez más felices y solidarios; aprovechar la profesión que ayuda a ser más dignos; aprender de los encuentros; huir de lo libresco: que la vida penetre en los intersticios de la actividad librera; hacer cuentas y no dejarse llevar por las oleadas de euforia financiera; darle al trabajo todo el protagonismo; practicar la solidaridad; estar inmersos en la solaridad; saber de solitariedad; tener los pies en la tierra: ser realistas y valorar las tareas campesinas que nos alimentan; tener la cabeza en las nubes: soñar, imaginar, pensar, utopizar; salvaguardar la casa de las palabras. Todo esto es lo que recomendamos. Como se puede ver, todo esto empezó en el tiempo del Mayo francés y termina en la época de las revoluciones de las plazas del Magreb y en las ocupaciones del 15-M, ambas fechas preñadas de esperanza.

Para terminar definitivamente, quedaría colmado si se me pudiese predicar aquello que Cicerón sentenció en su De senectute, en una versión adaptada a este final:

‘Vivió una larga experiencia en beneficio de otra época’

(pag. 129)

Memoria de la libería ya en mis manos

Uno sigue prefiriendo el papel. Probablemente esté en mi ‘chip evolutivo’. Así que cuando llegué ayer a casa y me encontré con él me hizo una ilusión especial.

Recuerdos de tiempos vividos.

En un vistazo rápido me encuentro, en el capítulo de Paco, cartas cruzadas con Carlos Pascual, otro de los autores. Ya solo el conocimiento de las mismas y de lo que se puede mover, la búsqueda a su manera del procomún entre libreros, merece la pena.

Pero para conocerlas tendréis que comprarlo que, de eso viven los libreros, los editores y, muy en parte, los autores.

La ventaja de conocer y haber compartido tiempo y proyectos de primera mano

Estilismo librero

Lástima que no haya guardado el suplemento de moda de El País en papel, pero ayer, al verlo a la tarde, me quedé ‘ojiplático’ al descubrir posando a parte del personal de La Central de Callao.

No tengo excesivamente claro que sea el mejor canal para mantener una cierta coherencia de imagen con la filosofía de la propia librería, cuando además, por lo que recuerdo, gran parte de la vestimenta cotiza en bolsa o es de origen sueco. Como diría Joan Subirats, en su caso se apuntan más a un modelo ‘zarista’ que ‘fordista’.

Me parece estupendo que en una librería quienes trabajan en ella no vayan uniformadon y puedan, casi, emboscarse entre sus lectores y paseantes, pero de ahí a convertir esa aparente informalidad en posible imagen de marca hay un salto excesivamente grande.

A ver si va a resultar ahora que ya la gente no va a mirar libros, sino modelos que marcan tendencia.

Industrias culturales en Euskadi. Miradas

Ayer se presentó a los medios el estudio ‘Miradas. Una lectura analítica de los datos de las Artes e Industrias culturales‘.

El estudio se ha realizado desde el Observatorio Vasco de la Cultura y ha sido coordinado por ICC Consultors.

Antes de entrar en algunos detalles quiero aprovechar este espacio para agradecer el trabajo tanto de los técnicos del Observatorio como el de ICC. Xavi y Aintzane, como caras visibles de ICC, son una estupenda contraparte que nos plantean y sugieren siempre alternativas nuevas y propuestas interesantes. Quizás a veces les volvamos locos, pero la experiencia por mi parte de estos años de trabajo tanto con los técnicos como con ICC está siendo francamente gratificante.

Me centro en el estudio de Miradas y no os voy a aburrir mucho, porque creo que es novedoso y ayuda entre otras cosas a superar el ‘ombliguismo sectorial’.

Lógicamente la base del mismo son los estudios sectoriales realizados con productores y programadores de Artes escénicas, productores y exhibidores de Artes Visuales, programadores musicales, industria del disco, industria del libro (editores y libreros) y la industria audiovisual.

Los datos son de 2009. Se está haciendo ahora el estudio con datos de 2011 y existía uno anterior menos ampli con datos de 2007.

Hasta ahora no habíamos buscado algunos ejes trasversales que nos permitieran buscar algunas comparativas entre los sectores desde el convencimiento de que es necesario que los sectores se abran entre sí, se miren unos a otros y puedan ir construyendo sinergias o aprendiendo y conociendo la situación de sus primos-hermanos porque nunca se sabe por dónde va a venir el futuro.

Esto es lo que básicamente aporta este primer estudio de Miradas que tras aportar unos primeros datos generales sobre el conjunto de las Industrias culturales centra luego la atención en 7 lecturas trasversales:

  1. Asimetrías
  2. Cultura en vivo frente a cultura reproducible
  3. Evolutivava del volumen económico
  4. Cultura en euskera
  5. Dependencia y peso de la iniciativa pública
  6. Renovación e internacionalización
  7. Género

Creo que el esfuerzo hecho ayuda a:

– Relativizar y contextualizar a cada uno de los sectores y subsectores estudiados

– Destruir algunos mitos sobre el volumen de ayudas públicas que recibe la cultura frente a otros sectores

– Tener una primera idea del peso que la misma en su conjunto tiene como sector

Un miniresumen visual lo tenéis aquí

La volatilidad del IVA

El sector del libro de creación, literatura, ensayo, infantil-juvenil… está en una profunda situación de crisis.

Te empiezas a encontrar ya alrededor tuyo de personas y empresas que lo empiezan a pasar francamente mal por la caída de las ventas que se producen además en una situación de decrecimiento claro del sonsumo cultural y de no encontrar todavía modelos nuevos y nítidos de negocio en los nuevos entornos.

En esta situación, además, parece que no todos juegan con las mismas cartas.

En la trampa de los mercados globales, pero con normas locales, algunos grandes se aprovechan con claridad.

El caso de Amazon, sirva como ejemplo, es sangrante en ese poder hacer negocio aquí, pero pagando los impuestos de allí lo cual le genera automáticamente un diferencial de benficio del 15% que vuelve a poner en solfa de una manera u otra el artículo 9 de la Ley del Libro.

Si como parece el Iva del libro va a subir la ganancia de Amazon aumentará y los impuestos recaudados aquí disminuirán proporcionalmente a las gancias que Amazon tenga.

Nos encontramos por lo tanto no ya con un problema de dimensión cultural, sino económica.

Esta reflexión me la había trasladado ya hace tiempo un librero.

No sé cuál es el camino más sensato para abordarla, pero es claro que no se puede mirar para el otro lado aunque me temo que el sector en su conjunto dará, tristemente, la callada por respuesta.

Zona Cómic. Una cosa seria

No todo es quietud y queja en el mundo del libro.

Recientemente un conjunto amplio y representativo de libreros que tienen como especialidad el cómic se han asociado y han entrado a formar parte de CEGAL. Algo, por lo tanto, se mueve teniendo en cuenta además que por lo que dicen los datos el cómic es un sector a nivel comercial que va mejorando su cifra de negocio quedando reflejado ello tanto en el número de títulos vivos como en la cifra de facturación.

En algunos de los casos, que también se da en otros sectores se produce una cierta integración vertical. Es decir: muchas librerías son también editoriales o tienen relación con ellas (Astiberri-Joker o Norma son dos ejemplos de ello).

Hay otro elemento más de interés, aunque no se da por primera vez donde se va rompiendo la dinámica territorial para apostar por el interés temático.

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