Ecología y macroeventos culturales, también los del sector del libro

Escribía hace pocas fechas Santi Eraso en facebook la siguiente reflexión:

Hablando con Jorge Riechmann, notable poeta y destacado ecologista. Al parecer el ayuntamiento de Mósteles ha aprobado la celebración del festival «Amanecer Bailando» en el Parque Natural «El Soto». Jorge afirmaba en un twit que las macro-concentraciones en parques y espacios naturales pueden ser muy destructivas y se reafirmaba en que necesitamos otras formas de producir y consumir, así como de divertirnos. Estoy totalmente de acuerdo. Mejor mil conciertos para cien personas o cien para mil que diez para diez mil o dos para cincuenta mil. No tengo ninguna duda de que la ecología debe atravesar la cultura. Tanto en cantidad, pensando menos en acelerar la máquina productiva -la inflación de actividades es abrumadora- como en calidad, atendiendo mucho más a los aspectos reproductivos de la vida, más cuidados y menos precarización. Menos concentración y masificación y más descentralización,diseminación cuidadosa y respetuosa con la comunidad y el medio.

Al leerlo me vino a la cabeza la Feria del Libro de Madrid que intenta plantearse ser más sostenible pero quizás desde un modelo que per se es insostenible, algo parecido a cuando las grandes multinacionales petroleras intentan ‘venderse’ como empresas limpias.

Le pregunté su opinión sobre tal hecho y su respuesta, que comparto y sobre la cual igual merece la pena ponerse a pensar y trabajar fue la siguiente:

Yo no tengo ninguna duda Txetxu Barandiarán…. sobre todo las monumentales y masificadas como la de Madrid. No se cuál sería la fórmula (supondría, en buena lógica, una cultura de la rotación de los stands etc.. ) pero lo enunciado en el post para los festivales lo ratifico para la feria del libro, las cabalgatas de reyes, el orgullo gay u otro tipo de manifestaciones que siempre tienden a ocupar el centro, en una especia de empeño entrópico y ulteriormente caótico de los conglomerados sociales. En fin, es complicado, pero supone, efectivamente, un radical cambio de modelo -paradigma- cultural que no reproduzca el modelo de aceleración y consumo devorador y apueste por la vida sostenible, responsable con las generaciones venideras y la calidad ambiental en nuestras maltratadas ciudades. Como cualquier cambio radical, por lo visto, imposible de abordar de forma inmediata, pero susceptible de, por lo menos, pensarlo para intentar aplicarlo. En otro caso, la realidad se hace inamovible y, por lo tanto, imposible de cercenar. Esa especie de determinismo político, de la corrección y el orden, es por tanto una imposición contra la que no es posible, ya no digo la rebelión, simplemte la transformación, excepto la que esa misma realidad admita para su propia supervivencia y perpetua legitimación.

Quizás en lo que toque a los macroeventos del sector del libro haya que empezar a pensar que ‘los parches’ y las aparentes auditorías son como tiritas para tapar la aparente herida, pero para mantener el problema que seguirá estando presente mientras no se aborde un cambio de modelo.

Pensemos que el sector del libro en su conjunto sólo por devoluciones, destrucción de ejemplares. logística, libros que van y vienen, gasto energético en servidores para la gestión del papel y el electrónico puede ser uno de los menos sostenibles dentro del ámbito de la cultura…

Quizás, ya que incluso la minería de datos y la ‘inteligencia artificual’ lo puede permitir, es el momento ya de apostar por claridad por el ‘Lo pequeño es hermoso’.

Sobre las ferias del libro y su origen

Ahora que el sector o parte de él, todo depende qué se considere y desde donde se considere, anda metido ya en la temporada de ferias, en los toros pasa casi lo mismo, me ha resultado curiosa esta nota sobre el origen encontrada en una reciente noticia del ABC.

En España, la primera feria del libro, tal y como las conocemos ahora, se celebró en Madrid en 1933. Estas ferias servían a las editoriales y libreros para dar salida a los restos de edición que no habían conseguido vender. Se ofrecían descuentos, se promocionaban nuevos libros y tenían lugar un buen número de actividades culturales, como charlas, teatro y guiñoles.

Dos cosas me llaman la atención. La primera, el propio origen más cercano al mercadillo donde se intenta dar salida al sobrante, algo que de hecho en otros sectores, pensemos en el textil por ejemplo, sigue funcionando.

En el sector del libro queda la trastienda que nadie suele querer enseñar.

La segunda, la referencia al número de actividades culturales. No se habla de firmas de autores, sino de actividades culturales y se citan tres de las cuales dos curiosamente se refieren con cierta claridad a otras manifestaciones culturales: teatro y guiñoles.

Siempre se puede aprender algo…

Tampoco tiene uno una idea terminante y precisa sobre todas estas fiestas que suelen aviarse alrededor de los libros, esas abominables ferias de mayo y junio, en las que se le echa al gentío la literatura como carne a las fieras, o estas de ahora, en la que todo el mundo enloquece regalándole unos libros increíbles a la gente. (Andrés Trapiello; Demasiados libros para un hombre solo; El Cultural; 19/12/99)

Tras el Día del libro

Como diría una buena amiga mía: Tranquilos…. ya pasó, ya pasó. Ahora de nuevo vuelta a la normalidad, a la rutina.

Así que al igual que planteé unas pinceladas pre-día, ahí van algunas post-día.

Pasado ya el dispendio comprador sobre todo en Catalunya quizás haya que aplicar medidas dráscticas como las que sugiere Juan Manuel de Prada en su artículo Prospecto para libros sobre todo cuando tras el día, vienen los días que acaban convirtiéndose en ferias o quizás en romerías…:

Ignoro cuáles son las abstrusas razones que impiden al Ministerio de Sanidad prohibir o al menos restringir la venta de libros, que tanto distraen al personal de otras aficiones y formas de ocio más gratificantes, como la participación democrática en redes sociales, el consumo bulímico de series televisivas o la práctica salutífera del deporte. Mi desazón se acrecienta cuando llega la primavera, ante la proliferación monstruosa de ferias del libro que infestan las plazas y jardines de nuestras ciudades, incitando a gentes plácidas que jamás habían posado la vista sobre la letra impresa a la adquisición de estos objetos que tanto fomentan el ensimismamiento, la lucubración obsesiva y la ideación fantasiosa.

En lo relativo a la práctica salutífera del deporte parece que la Feria del libro de Madrid ha corrido para implantar una carrera y con ello, quizás contarrestar los negativos efectos de la compra y uso sin control ni receta de los libros. Le han llamado Libros a la carrera. Debe ser que corren como cobardes…

Los españoles, en cualquier caso y según algunos datos comparativos europeos a la hora de gastar en libros y revistas tendemos a salir corriendo y así mantenemos nuestra lugar natural que tiende a situarse cerca de los pelillos finales de la ‘cola de león’. Los últimos, que ya ni caben quedan para Bulgaria y Grecia. Es que el sol tiene su aquél.

Quizás no gastamos porque somos fanáticos del préstamo bibliotecario donde la oferta rica y plural facilita que, por ejemplo, haya que bajar hasta el puesto 15 para encontrar entre los libros más prestados en el 2017 el primero que se sitúa al margen de la principal editorial independiente española y del grupo de origen germánico más potente. Ese libro junto con otros tres son casi una anécdota entre los treinta primeros. El punto chic de la diversidad.

De todas maneras por qué seguir afirmando que Leer, así con mayúscula que a algunos gusta, es lo importante si parece mucho más eficaz para una buena vida la tranquilidad de un pueblo sin bibliotecas ni librerías e incluso con un potencial porcentaje alto de población analfabeta.

Y, en cualquier caso… ¿para qué seguir editando, si el gran editor del siglo XXI es Netflix? Ahora habrá que saber si este editor estará en la FLM.

Con ambiente médico he empezado y con ambiente médico cierro. Cuentan que los médicos recetan a los padres que los niños lean. Suena a que los bibliotecarios recetaran a los padres que mediquen a sus niños. Así con genéricos o intentando encontrar el efecto placebo para ver si cuela.

Y así, mientras tanto, entre mayúsculas de lectura, grandes días que provocarán depresión, ferias romeras de paseo familiar para matar el tiempo vamos viendo pasar la vida….

Y de todo lo leído hoy me quedo con la entrevista en El País a Josep María Esquirol a la que he llegado gracias a Silvia Labayru.

Añado de mi cosecha Leer no es un infinitivo vital. Dice Esquirol “Los infinitivos de la vida se reducen a dos: amar y pensar”.

Y termina:

Además, fíjese en este aspecto importante: cuando la fraternidad se extiende, se vive más. En situaciones de agradecimiento, de amistad, la vida se intensifica; no digo que se alargue, pero eso es lo que literalmente da sentido a la vida, porque la intensifica.

El arte del libro objeto… una realidad donde poner la mirada en los momentos de cambio

Daniel Burman, director, guionista y productor argentino afirmaba este mes en El País:

En los procesos de grandes cambios tecnológicos siempre hacemos foco en lo que cambia, pero a mí me gusta hacer foco en lo que permanece. Ha cambiado todo, pero necesitamos que nos cuenten un cuento para irnos a dormir, necesitamos una ficción donde proyectarnos para ver aquello que no somos o ver lo que somos y no queremos ser más.

Traigo esto a cuento tanto de la reciente edición de BALA que ha terminado hoy a la tarde, mientras escribo y de la feria que se está celebrando en Santiago de Chile.

Ayer a la tarde me di una segunda vuelta por el espacio que estaba muy animado.

Pude encontrarme con gente conocida, con alguna sorpresa incluída, a uno y otro lado de los stands…

La mayoría de los participantes en BALA apuestan, creo, por el soporte papel y juegan con él sacándole chispas en muchas ocasiones para convertirlo con su plus de creación en algo único y que toma sentido en la perfecta acomodación entre continente y contenido haciendo además que ese genérico de ‘soporte papel’ sea una expresión vacía porque cada propuesta es distinta.

Ofrecen pues con ello una propuesta reflexiva distinta sobre lo que permanece.

Cuando la misma se desarrolla ya en dos ediciones en espacios que llevan un tiempo abandonados, como aparente llamada de atención de volver la mirada y aprovechar lo que ya tenemos todo parece cobrar todavía más sentido.

Os dejo el vídeo de recuperación del espacio para esta celebración.

Mientras el año sigue, los proyectos seguirán viviendo, creciendo, menguando, naciendo, muriendo, moviéndose en un ecosistema tangencial en gran medida con eso que denominamos el sector del libro, pero del que muchos no se sienten parte o se sienten ‘bichos raros’ porque sus claves son otras.

Esperemos estar también en la próxima edición para seguir teniendo una ficción donde proyectarnos para ver aquello que no somos o ver lo que somos y no queremos ser más.

Vuelve BALA. Bilboko Arte Liburu Azoka

Hoy, a las 16:00 BALA inicia su cuarta edición.

bala_2016

Lo que hace cuatro años se inició con cierta modestia ha conseguido ir asentándose y además ir abriéndonos espacios de la ciudad que rara vez están a nuestro alcance. En esta ocasió, el antiguo edicificio de Bodegas Bilbaínas situado en la calle Bailén nº 27.

60 editoras, artistas, librerías y fanzines nos ofrecerán sus ejemplares y creaciones que en la mayoría de los casos toman y tienen su valor apoyado en el soporte.

BALA es una feria dedicada a propuestas de edición no convencionales vinculadas a una visión artística del trabajo editorial.

Su objetivo es crear un espacio de encuentro entre artistas, fanzinerxs, editoriales, librerías especializadas, y el propio público asistente. Y lo van consiguiendo.

Por ahí andaré hoy a la tarde.

 

Hay ferias y ferias, o, si se prefiere, la feria va por barrios o por intereses

El final de la primavera, parece que la sangre altera y suele ser tiempo propicio para la feria, la calle. También para las del libro.

Claro que con las ferias pasa como con los libros: que no hay dos iguales y que, también, como con los libros, hay ferias malas o sin sentido que probablemente sobran y cuyos dineros, los públicos, probablemente estarían mejor utilizados en otros menesteres. También hay algunas, creo yo, decentillas.

Que las Ferias del libro son casi para algunos como un dogma de fe del fomento de la lectura es algo que habrá que empezar a hacérselo mirar en una sociedad por un lado cada vez más laica y, por otro, con unos mantenedores del ‘dogma’ bastante alejados, en algunos casos, de la realidad lectora y más cercanos a sus intereses pecuniarios.

Ya se sabe que hay de todo en la ‘viña del señor’.

Por estas fechas se están celebrando ferias o están a punto de hacerlo en Zaragoza, Valladolid, Madrid, Bilbao y Pamplona.

En Bilbao ya hace tiempo que la mayoría de los libreros desaparecieron, probablemente sea una adelantada a los nuevos modelos digitales y haya cambiado con antelación el papel de los distintos elementos de la cadena de valor.

En Pamplona, en una Feria organizada por los libreros no como la de Bilbao es la presencia de estos la que prima.

En Valladolid este año, los libreros triplican su presencia en relación a tiempos anteriores.

Madrid, es un caso aparte. Sería como el Vaticano en lo ferial. Quizás por eso, sólo admiten hombres, hasta la fecha, en la dirección Papal-Ferial. En Bilbao ocurre algo parecido, aunque quien está se aferra más al báculo del ordeno y mando.

En Zaragoza ha habido sus más y menos y algunas de las librerías más emblemáticas han hecho mutis por el foro.

Lo dicho: no hay dos iguales, pero sí hay quizás cada vez más la duda en muchas ocasiones de su función y sentido.

Si, al fin y al cabo aceptamos la pérdida de mediación predominante de los libros en muchas ocasiones, ¡cómo no iba a pasar lo mismo con las Ferias! que a veces hasta en Madrid presentan un aspecto lamentable.

flmadrid

Lecturas del día 14 de junio

  1. Digitalización de libros en librerías
  2. Trama y Texturas en formato digital
  3. El libro de bolsillo tiene un gran agujero
  4. Más de 60 editoriales de toda España se darán cita en la I edición de la Feria del Libro Independiente en Cantabria 
  5. La evolución de las especies (editoriales)
  6. Se acabó el pastel, sálvese el que pueda
  7. Los recortes culturales, el tema de fondo de cualquier acto público
  8. La historia del arte en un graffiti

Lecturas del día 24 de mayo

  1. Las tertulias literarias salen de bibliotecas y aulas y toman la calle en Vitoria-Gasteiz
  2. El cierre de librerías
  3. «El uso de la investigación para promover la alfabetización y la lectura en las bibliotecas: directrices para bibliotecarios»
  4. Convergencia de crisis y paradigma digital del libro
  5. Veinte propuestas para desarrollar el activismo social europeo del siglo XXI
  6. ¿Es posible un nuevo modelo de Feria?

Las ferias y los editores

El mes de abril, no se sabe bien si por el tirón de la Feria de Sevilla, no la del libro, sino la de los faralaes, parece ser propicio para que se junten en fechas algunas ferias del mundo del libro.

En concreto hay tres ferias que casi coinciden en las fechas: Buenos Aires, Bogotá y Londres.

Por lo que sabemos la Federación de editores no va a saltar el charco y solo se va a dedicar a la ‘conquista de Londres‘ a la que parece asistirán el incontable número de 38 editores, bien a través de pabellón conjunto, misión comercial o cada uno por su cuenta.

Manuel, acompañado de Julieta, plantean una reflexión sobre la no-presencia o ausencia institucional en Buenos Aires y Bogotá dejando entrever con sutileza a quién sirven o pueden servir por acción y dejación algunas representaciones institucionales y los espacios y lugares a los que se acude que alo largo del 2012 serán los siguientes:

En Buenos Aires aunque no esté la Federación parece que están muchas de ‘las pequeñas’

Los designios institucionales son en muchas ocasiones extraños e incluso confusos. Vease que la Federación sigue afirmando en su página su presencia en Buenos Aires.

Quizás sea virtual y poco real, pero todo esto suena raro.

¿Se acabará cayendo alguna más de la lista o llegará a ser su presencia meramente testimonial?

Sigo en cualquier caso sin tener muy claro cuál es el elemento de valor que en un ámbito comercial y de negocio representa una presencia asociativa.

Alguien con más ñuces seguro que sabrá explicármelo.

 

 

¿Ha llegado también el cambio a la Feria del Libro de Bilbao?

05062009.jpg

Ayer a la tarde, primer día de funcionamiento  tras inauguración matutina oficial, se puso en marcha la 39 edición de la BLA que parece que así se va a llamar la Feria del libro de Bilbao – Bilbao Liburu Azoka.

Como decía uno de los expositores con buen sentido del humor la Feria empezó a las 7:50 p.m. que es cuando empezó a descargar agua a base de bien.

Algunas cosas sí parece que han cambiado en la Feria en relación a años anteriores.

Empecemos por lo más aparente: las casetas. Nada tienen que ver con las anteriores. Me comentan que hay una ventaja: nos hemos pasado al modelo europeo de vivienda. Ya no son en propiedad sino en alquiler y parece que se cuidan más éstas que las de propiedad. Más luminosas, mejor señalizadas, con toldo que en Bilbao visto lo de ayer hará la función de paraguas aunque algún otro habitual de las Ferias decía que prefería las antiguas porque ya les tenía pillado el punto de las ‘fugas húmedas’ y ahora hay que empezar de nuevo. Bien también los dos espacios dedicados a actos y exposiciones. Parece que este hecho ha tenido un efecto indirecto en los propios expositores que presentaban una colocación de los fondos más ordenada y limpia.

04062009001.jpg

Sigamos por lo comunicacional. Mejor también el programa. de nuevo más ordenado aunque en el mismo aparece algún autor que aunque haya andado en estas fechas por Bilbao no quiere decir que su presencia se deba a la Feria como es el caso de Andrés Neuman y no está bien ‘apropiarse’ de lo ajeno. Lo que sí nos llama la atención es la ausencia en el mismo de alguna posibilidad de contacto. No aparece ni dirección postal, ni teléfono, ni correo electrónico ni página web convirtiéndolo de esta manera en un programa ‘cerrado en sí mismo’.

Interesante también el stand triple y abierto de la red de Bibliotecas de Bilbao que quizás debería ocupar en un futuro un espacio más central.

No sabemos nada de la opinión sobre la presencia del libro en soporte electrónico. Suponemos que en Bilbao no será problema ya que ha sido común y frecuente ver discos y material audible por la feria.

Algunas otras cosas no parecen haber cambiado y llaman la atención como, por ejemplo la presencia de fondos de Alfaguara y de alguna otra editorial en la caseta de una editorial vasca que no tienen nada que ver con prisa, la sensación y digo sensación del préstamo de algunas marcas comerciales para la utilización del espacio por parte de terceros. En fin: detalles sin importancia.

Quizás el motivo del cambio esté en lo que señala El Correo: en el millón y medio de euros que dice el periódico que ha aportado el Gobierno Vasco. Suponemos por lo que podemos conocer que es un pequeño ‘error’ de estimación.

Lo que ya no nos queda tan claro es si las palabras del Viceconsejero  pronunciadas el miércoles en la presentación son debidas a modificación del periodista o realmente las dijo cuando Antonio Rivera afirmaba que el libro será «siempre» el medio «de más solera» y de «indiscutible autoridad», más allá de los nuevos soportes digitales. Preocupantes si son así porque demuestra un cierto desconocimiento sobre la evolución de los contenidos en algunas materias hacia otros soportes y por no conocer que esos nuevos ‘soportes’ puede ser legalmente también libros. La solera no la vamos a negar pero a veces los años hacen que el producto se ‘pique’.

Quizás eran sin más un guiño a las declaraciones que hizo ayer el alcalde Iñaki Azkuna sobre ‘esos cachivaches que te pueden dejar bizco’.

Miremos todo con nuevos ojos para ver si el panorama se va aclarando.

¿Será también fruto de la nueva situación en Euskadi?

¡Feliz Feria del libro!

Va de ferias…o mejor, de feria

Tomado prestado el texto porque refleja con elegancia el fondo de Escritores Vascos.
¿De dónde estaremos hablando?
Esto es una Feria del Libro en una ciudad del norte, la tercera en importancia (dicen) de todo el Estado (uppsss, casi escribo España), pero que cada año va perdiendo adeptos, casetas, presencia de autores e interés no sólo para el público sino también para las propias editoriales. Esto es una Feria a cuyos organizadores no se les ha pasado por la cabeza crear una página web para promocionar el evento, que hacen todo a última hora, que publican un catálogo en el que lo mismo caben presentaciones de escritores fallecidos el año pasado o novedades publicadas cuando Franco era corneta. Esto es una Feria que incluye escritores entre los nombres de los asistentes que nunca pisarán el recinto ferial por mucho que pasen por la ciudad (porque las editoriales que los publican prefieren promocionar sus libros al margen del magno evento), a la que han dejado de acudir librerías de la propia urbe descontentas por cómo se organizan las cosas, en la que siempre se oyen los mismos nombres de autores firmando sus libros, de la que una vez un editor andaluz venido de la «desconocida» feria de Sevilla llegó a decir si en ella sólo se promocionaba el nombre de un escritor local. Esto es un evento que pierde fuerza pero que sigue ahí como si nadie supiese qué hacer con él. Unos dicen que acabará muriendo por inanición, los menos que está bien como está (y para qué tocarla no vaya a ser que nos explote en las manos); los más críticos, que el problema es que los organizadores no organizan, o que lo hacen una semana vista, que en el fondo la feria les quema o les da igual, que el tema es dar la impresión de que se hace algo aunque sea que no y que en el fondo lo importante es llevarse la pasta y juntarse una vez por semana a jamar. Esto es una Feria que empieza pronto y que nadie quiere comparar con las que se celebran fuera pero que quizás habría que mirar al exterior para darse cuenta de cómo se hacen las cosas. Eso o dejar de celebrarla; porque como decía uno de esos asesores literarios, realmente para qué sirven las ferias.

Las Ferias ¿modelo agotado?

Parece que en Castilla y León, por lo menos en León y Valladolid se empieza también a tener la sensación que el modelo de las ferias está agotado.

El viernes bajaremos para Sevilla hacia una feria que a nosotros, por lo menos como visitantes, nos parece que está viva.

La feria del libro de Madrid sigue viva alrededor del papel, pero lejos del digital. esto se comentaba en el foro recientemente organizado por Publidisa.

En cualquiera de los casos esperemos que no se vean recogidos en otros Reglamentos lo que hemos leído en unos de una Feria que se celebra en el Estado y cuta aprobación, además, ha sido reciente.

criticaferia.jpg

Cuando una Feria recoge esto probablemente ya está muerta.

Innovación, ¿también en el sector del libro?

Leía ayer en Divergencias la ‘llamada a la revisión‘ que César Coca realizaba refiriéndose, en general, a las fiestas vinculadas a la literatura.

Ayer a última hora de la tarde, mientras esperaba para subir al avión que me traería de vuelta a Bilbao elí el último número de Innobai, el 12, sólo una sugerencias: seguro que se puede conseguir casi lo mismo con otro papel más ecológico y más barato.

Algunas de las reflexiones que me llamaron la atención:

1. Hay que tener algo de visionario, ser capaz de intuir y ver ahí donde nadie más puede ver, quizá porque no miran en la dirección correcta o quizá porque no lo hacen con los ojos adecuados. (Xavier Claramunt).

2. La innovación requiere creatividad, la creatividad requiere imaginación, y ésta necesita estímulos diversos, entornos flexibles, profesionales capaces de relativizar sus conocimientos y actitudes, ciudadanas y ciudadanos capaces no sólo de tolerar lo diferente sino de propiciarlo….Supone favorecer la incertidumbre, el conflicto positivo, la exploración, el riesgo a contrastarse con lo desconocido o ignorado, aprender a ver el valor de lo inesperado, de lo excepcional frente a la evolución plausible de lo previamente planificado que pone coto a la verdadera innovación, o al menos a la más radical. Implica estimular llas perturbaciones creativas. (Roberto Gómez de la Iglesia)

No citaremos nombres, aunque mi cabeza piensa en una experiencia que el año pasado se inició en Bilbao. Novedosa en su estructura, hasta la propia carpa parecía algo nuevo, pero parece que paralos interesesde alguno, alguna institución del sector y el propio Departamento de Cultura del Gobierno Vasco la propuesta era demasiado rupturista.

¿Cambiarán las tornas con el nuevo gobierno?

Algunos parecen querer protegerse ya del chaparrón que puede venir y se dedican a regalar a diestro y siniestro paraguas ¿con qué finalidad?

16042009.jpg

16042009001.jpg

Leer León no se celebrará

En la nota de prensa o por lo menos en el titular de alguna información se dice que se ‘aplaza‘ al año 2010. En una celebración de carácter anual hablar de aplazamiento anual no tiene excesivo sentido.

Ya manifestamos en su primer año que no nos daba buenas vibraciones.

Que una cita anual deje al cuatro año de celebrarse no augura en principio un buen futuro al modelo existente hasta la fecha.

Quizás de este parón salga algo con más sentido.

Mejor, de todas maneras, haber parado que mantener el raca-raca de algunas ferias o ‘campañas feriales’ que por estas tierras al sur de Islandia se parecen mucho a un monólogo autista tan de moda en los modos de gobierno que nos han acompañado.

Frankfurt:10-Liber:0

Si empiezan a rastrear los periódicos españoles, no digo los alemanes, verán que el espacio que ocupa ya en los mismos y la profundidad de la información en relación a la Feria del Libro de Frankfurt empieza, ya casi antes del partido, a ganar por goleada al Liber.

La lectura bondadosa, ingenua y torpe quizás llegue a decir que al Liber no le ha falta visibilidad y una lectura quizás un poco más seria y con un punto de maldad podría decir ¡para lo que hay que ver!.

Este ‘resultado’ nos sirve también para acercar las apuestas sobre qué soporte ganará en 10 años. Por cierto ¿por qué no llevar esta predicción a una casa de apuestas y comprobar posteriormente quién gana y si el nivel de acierto es semejante al de previsiones hechas ya hace años en las que para la fecha actual deberíamos estar ya sin papel?

No seré yo el que diga que no se está produciendo ya desde hace tiempo ese proceso y que están modificandóse tanto las lógicas creativas, de producción, comercialización, venta y distribución, pero……. ¡quién sabe! También hay cada vez más papel.

Lo que sí está claro es que los medios de comunicación españoles parecen haber mandado al Liber a la segunda división. Veremos qué pasa con la información de Guadalajara. Igual ya le resulta a la feria española imposible recuperar la primera categoría.

Ferias del libro: hacia nuevos modelos

Primavera y verano suelen ser tiempo de ferias en el mundo del libro. A lo largo de este año hemos ido recogiendo también algunas reflexiones como la de Javier, algunas puntaditas, constataciones y reflexiones de un servidor. También por Galicia hay preocupación por el posible modelo caduco de las ferias.

Si la realidad de la presencia de los libros en la calle y del acercamiento de los ciudadanos a los mismos ha cambiado quizá vaya siendo hora de cambiar el modelo vigente, por ejemplo en Euskadi y, por lo que parece, también en Galicia. ¿No les parece?

El lugar de las ferias del libro

Siempre es de agradecer que un responsable de una institución y de una manifestación reflexione y se pregunte directa o  indirectamente sobre la misma.

Javier, director de la Feria del Libro de Sevilla, está últimamente sembrado dando vueltas a las Ferias. Su sentido, sus modelos, su lugar.

Ayer nos hablaba de las Ferias del Libro fuera de lugar.

Se me ocurre darle la vuelta a la frase y convertirla en pregunta: ¿cuál es el lugar de las ferias del libro? Algunas parecen haberlo encontrado. Otras siguen vagando sin sentido. Quizás pueda ser de interés intentar construir un modelo tentativo de análisis. ¿Alguien lo utilizaría o se seguiría en la rutina de desgaste?

Espero que en estos días próximos encontremos  un poco de tiempo para charlar sobre ello en Madrid.

Ferias y librerías ¿algún parecido?

Las Ferias del libro, en estas fechas, con el sol, la primavera, la presencia en la calle, en Bilbao y sus márgenes plantean que la próxima campaña sea fluvialmente itinerante, se ponen ‘estupendas.

En Elche dicen que las Ferias no tienen nada que ver con las librerías .

Habitualmente se ha unido el discurso de la Feria al acercamiento del libro a los ¿lectores? y  al fomento de la lectura.

Si miramos los últimos datos de hábitos de lectura las Ferias, en general, no son mi con mucho el canal principal ni de compra ni de referencia para la compra.

Si en las mismas, además, no están los referentes fundamentales dentro del sector para la compra que siguen siendo las librerías, en la Feria de Bilbao su presencia no llega al 20 por ciento pues ustedes me dirán por dónde cerramos el círculo.