La inconsistencia, por ahora, de los algoritmos como ‘entes propositivos’. Espejitos de colores

Quizás mi amigo Jorge tenga parte de razón cuando me dice que : Me da que tienes un problema con los algoritmos…

El hecho es que parte de las propuestas que me hacen tanto instagram como facebook me tienen desorientado y hacen aumentar mi excepticismo ante la posible capacidad propositiva de interés basada en el big data y en los algoritmos.

En el caso de instagram es bastante frecuente que me sugiera como posibles intereses de conexión personas que puede que estén dadas de alta pero que no han publicado nada.

En facebook ocurre algo parecido al ofrecerme también como posibles conexiones de interés personas que pueden llevar más de un año sin haber puesto nada en su perfil.

Así que fruto de la primera constatación escribía hoy en Facebook:

Es curioso, el algoritmo de Instagram me invita a seguir a gente que no pública. Es como invitarte a caminar hacia la nada digital.
¿Será una premonición de lo que nos espera con los algoritmos?

En el mientrastanto entre lo escrito en facebook y esta entrada he podido terminar el número 31 de Texturas y devorar el sugerente y provocativo artículo de Joaquín Rodríguez No data, Big Data, Small Data, Another dataescrito a raíz de la polémica suscitada en el IV Congreso del Libro electrónico de Barbastro.

Joaquín escribe:

Especialistas en inteligencia artificial y hechiceros de los datos nos dicen que mediante el análisis del comportamiento digital de los usuarios, del examen de la traza que sus prácticas digitales dejan tras de sí –ya sean sus hábitos de compra en la Red, sus preferencias temáticas de lectura, sus pautas de consulta y subrayado, su velocidad de lectura, su propensión a compartir unos contenidos u otros, que son las cosas que a día de hoy denotan nuestro rastro personal en la Red–, cabe pronosticar y predecir el comportamiento lector y las preferencias de compra de un individuo determinado. Es posible que el algoritmo que sintetice esas normas de comportamiento vaticine con acierto la eventual conducta de unos pocos, pero el problema es que descuida el de la inmensa mayoría…. Los evangelistas del Big data saben que dejamos indicios digitales tras cada visualización, compra o intercambio, que esas muestras son mensurables y pueden revelarnos, potencialmente, patrones de comportamiento. El problema se produce, claro, cuando el supuesto Bigdata no es más que un pequeño y triste Little data, suficiente quizás para calmar las ansias mercantiles de los editores y publicitarios, pero radicalmente insuficientes cuando pensamos en políticas públicas de fomento de la lectura,

espejitos-de-colores

Cuando uno ve el escaso valor que tienen las propuestas que por ahora nacen de la explotación de muchos datos y al mismo tiempo constata que otros venden como panacea de la tendencia futura lo que hacen florecer, como por arte de magia, de unos pocos datos, piensa que los ‘espejitos de colores’ siguen estando muy presentes como propuesta para la decisión empresarial.

Y como brillan, todavía parece que siguen atrayendo.

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