Montse Serrano, fundadora de la libreria +Bernat en unas recientes declaraciones en la Vanguardia decía:
Como librera, Montse ha conocido a cientos de personas. Conocerlas, me refiero, cómo sólo un librero o un camarero pueden conocerlas. Si el librero sabe lo que lees y el camarero sabe lo que bebes, si ellos saben, además, cómo lees y cómo bebes creo que pueden saberlo casi todo sobre ti.
Este juego que siempre me resulta sugerente, me refiero al de los gustos relacionados de alguna manera con lo que da placer a la vida y la muestra a través de ellos de nuestro modo de ser me ha acercado también a un estupendo texto de Carlos Mateos aparecido en el blog de Vila Viniteca y que lleva por título El sumiller que yo quiero. Quizás también por ello algunas de las mejores conversaciones las tengo con personas que aprecio y que suelen girar en tornoa los libros leídos o leyendo, los vinos bebidos o bebiendo según hablamos… Marc, Elena, Marta, Manuel, Jorge… suelen andar entre otras por esos territorios.
Cuando lo leía iba pensando que el texto, como algunos otros que hablan de las capacidades aptitudinales, actitudinales y empáticas de las personas profesionales que deben acercarnos a través de productos a nuevas experiencias y sensaciones, perfectamente podía aplicarse a las personas que trabajan en las librerías que, también como los sumiller, tienen «la enorme responsabilidad de conducir al comensal a la felicidad«.
Trasladad sin más este párrafo a la oferta de la librería:
El sumiller que yo quiero sugiere vinos, pero nunca trata de imponerlos. El sumiller que yo quiero averigua con discreción los gustos del cliente y su presupuesto aproximado en base a sus preguntas y, si es requerido para ello, sugiere las botellas más válidas o interesantes de su carta. La carta de vinos supone una oferta y debemos de dar por hecho que todo lo que figura en ella está disponible, a la venta y es bebible. Nada es más desacertado que discutir con el comensal sobre la elección –por más incorrecta que pudiese parecer– de un vino. Momentos así hemos vivido todos en restaurantes afamados que casi invitan a abandonar la sala.
Pero, leedlo entero, a ser posible acompañados de un vino o un espirituoso que os resulte agradable para acompañar la lectura y para saborearla… Es una buena forma de entretenerse que también es lo que nos propone Montse de +Bernat:
“Lo mejor en la vida es entretenerse, y yo sé hacerlo”.