El jueves a la mañana tuve una interesante reunión en Eutokia con otras cuatro personas.
La idea básica era conocer un nuevo proyecto naciente y ver de qué manera podíamos colaborar y/o encontrar posibles puntos, cruces de intereses.
Fueron dos horas agradables y provechosas que tuviero además lugar en un curioso ‘cubo móvil’ que trasmitía a ratos la propia sensación de movimiento y de cierta inestabilidad en la que nos movemos en estos momentos no sólo en lo más estructural, Libia o Japón por ejemplo, sino también en lo más cercano y personal.
Trasladaba el espacio la sensación de movilidad e inestabilidad que tanto nos acompaña en el vivir diario.
Nos fuimos después a comer un menú al Restaurante Ochoa donde nos encontramos con dos personas más entre ellas Virginia Imaz a quien hacía casi más de 20 años que no veía de manera sosegada.
Ya en la comida uno de los participantes en la reunión me hizo notar que le había llamado la atención el tiempo que había dedicado por mi parte y la sensación que había tenido por la suya de que no iba yo con un ritmo acelerado.

En esas estamos disfrutando en la tensión.
Para relajarla me voy al mercado a hacer la compra con calma y tiempo.