Separados de la ciudad como si no formasen parte de ella, los barrios de Ribera de Deusto y Zorrozaurre parecen no existir cuando muchos ciudadanos y ciudadanas de Bilbao intentan concebir o construir mentalmente la ciudad. La zona que ocupan estos dos barrios es vista como un lugar «de la periferia» que, lejos de ser extrarradio, es en realidad periferia sociocultural aislada social y simbólicamente, a lo que se le añaden las dificultades de accesibilidad que la aíslan también físicamente. Conectada al núcleo urbano de Bilbao a través de una única carretera de apenas unos metros de ancho, la península conformada por estos dos barrios queda rodeada a uno y otro lado por la ría y por el canal de Deusto. Una península que vive tan cerca y a la vez tan lejos de sus barrios vecinos: Deusto, San Ignacio, Zorroza y Olabeaga y que ve precisamente hoy, 14 de septiembre de 2015, la inauguración del primer puente que conectará esta zona de la ciudad con el barrio de Deusto. Ribera de Deusto y Zorrozaurre cuentan ya los segundos para renacer como isla, según el Plan urbanístico diseñado para la zona.
Quinientos metros de anchura desde la ría hasta el canal y aproximadamente tres kilómetros de largo conforman esta figura estrecha y alargada sobre la que se asientan incontables naves y talleres, muchos de los cuales se instalaron aquí para abastecer a los Astilleros Euskalduna. Tras el cierre de los Altos Hornos y de los Astilleros, los años setenta supusieron una crisis insostenible que afectó a numerosas empresas de la zona. Hoy, aún sobreviven unas pocas empresas fuertes, como Vicinay Cadenas, que poco a poco se van trasladando a sus nuevos emplazamientos, junto a las que resisten algunos almacenes y pequeños talleres. En muchos otros casos, las naves se encuentran cerradas, vacías, destartaladas e incluso en ruinas. Pero no se trata de un polígono industrial venido a menos ni de un área industrial en las afueras de la city viendo pasar el tiempo, sino de un barrio donde conviven casi quinientos vecinos entre autóctonos y ocupantes de las naves.
En este contexto, nace el proyecto ZAWP (Zorrotzaurre Art Work in Progress) con el objetivo de afrontar el «mientras tanto» del plan urbanístico que convertirá la península en una isla que albergará a más de quince mil vecinos. ZAWP tiene su origen como idea-respuesta de una asociación cultural sin ánimo de lucro, Haceria Arteak, a una problemática social que acontece en el barrio en el que se desarrolla desde 1997. Sin embargo, se ha constituido en la práctica como un movimiento ciudadano abierto a la participación, no solo del sector cultural y creativo, sino de la sociedad en su conjunto.