32,9 kilómetros.
Soleado hasta poco antes de Logroño y nublado después.
Salgo un poco más tarde lo habitual por desayunar en el albergue. Hay cola para ‘la manduca’ de inicio de día.
La subida hacia la ermita de la Virgen del Poyo ofrece unas preciosas vistas mañaneras. Ya enfilando hacia Viana los pueblos se empiezan a divisar a lo lejos. Cambia el paisaje. Algo que supongo que por Castilla se acrecenterá. Ello provoca una doble sensación, según el estado del cuerpo y cabeza de alejamiento-acercamiento.
Aprovecho el paso por Viana para comprar fruta y tomar un café.
El Camino hasta Logroño se me hace pesado.
Lo cierto es que me pesan las piernas y algo de lo que llevo encima.
Mucho asfalto y el día como el ánimo andarín se va tornando a nublado.
Tras pasar Logroño y realizar un parón reponedor en el Parque de La Grajera siento que las piernas recuperan su tono y las agujetas parecen desaparecer de golpe y me provoca la sensación de ‘tener una marcha más’ para seguir andando.
Llego así al albergue municipal de Navarrete mucho mejor de lo que esperaba, pero queriendo abandonar algo de peso y material que me empieza a resultar superfluo. Así que me monto la logística para poder hacerlo posible al día siguiente a mi paso por Nájera.
Es el primer día que tomo conciencia del tiempo que me paso silbando alegremente mientras ando. Sensación que hace mucho tiempo que no tenía.
A lo largo del día me he cruzado con una pareja extranjera, joven, con sus dos hijos pequeños y un estupendo artilugio que sirve de llevabebés y llevabultos.
Ya en el albergue coincido con otro jubilado, Pepe, al que he visto varias veces a lo largo del día en ese ‘hacer la goma’ que todos llevamos dentro en el Camino. Hombre de poco hablar porque, como él dice: ‘¡Total, para lo que hay que decir!’
En el albergue hay un ambiente algo más juvenil que los días anteriores y en sus cercanías un personaje curioso que ¡a saber qué historias estaba contando a la madre e hija venezolanas!
Hay alguna cara que ya se empieza a repetir en el Camino. Siempre con la sonrisa presente en este espacio-tiempo de ‘buenismo’.
¡Buen Camino! siempre presente con distintos, tonos, acentos y edades.
Gastos
- Desayuno: 3,30
- Fruta: 1,45
- Café: 1,10
- Albergue: 7
- Pintxo, cerveza y café: 4,10
- Galletas: 0,49
- Cena (pasta y huevos fritos con lomo): 10
- Total: 27,44
Para siempre
Aprender bien el sentido de una vida que termina, no está al alcance de tu entendimiento. Siempre es posible un año más, es posible un día, una hora más. Y en seguida, atropelladamente, el futuro, que es una variante modesta de la eternidad. (pag. 60)
Ordenar la vida en el desorden de tu vida, disperso, fugaz, la atención distraída de los centelleos de la memoria. (pag. 61)
Querido Sebald vasconio, disfruta de percibir el mundo al paso humano.
Un fuerte abrazo,
Rafa
Ya lo he disfrutado Rafa. Lo hice entre el 14 de abril y el 8 de mayo. Ahora es para que disfrutéis vosotros 😉
Yo estoy disfrutando haciendo el camino contigo, y eso que nunca he sentido, a pesar de mi pasión por el caminar y el trepar, inclinación alguna hacia el Camino. Así que gracias, Txetxu, y a ver qué nos depara la siguiente etapa.
De nada Imanol. Ya sé que tú ‘tiras más para el monte’ como mi amigo Marc aunque ahora parece que tira más durante estos meses por la bici http://lavialiquida.wordpress.com/