Para siempre. Vergílio Ferreira

Para siemprePara siempre de Vergílio Ferreira.

Fue una de las lecturas que me acompañó durante el Camino de Santiago.

Para siempre es el libro del recuerdo y del espacio eterno de la intimidad, un largo monólogo hecho de silencio y ausencia. Desde el intenso lirismo de su prosa, Vergílio Ferreira afronta la meditación sobre la existencia y vuelve a iluminar a esa mujer, siempre ausente, que acompaña la experiencia vital. En la frontera entre la ficción y la crónica, el autor portugués crea un escenario de mundos posibles donde lo autobiográfico sirve de motor narrativo a una voz que, desde la soledad y la evocación, analiza su propia individualidad, y en la que la memoria es lo único capaz de sustentar el presente.

– La verdad de las palabras no está solamente en su verdad sino en la coherencia con el momento en que se dicen. (pag. 263)

Algunas otras citas entresacadas

Camino de Santiago, decimocuarta etapa. Bercianos del Real Camino-Puente Villarente. 27 de abril

31,4 kilómetros.

Foto0077Tras la lluvia que finalmente cayó a la noche, sol, viento de frente y mucho frío mañanero.

El Burgo Ranero. Primer café del día. Un francés, Dannielle, con el que ya coincidí ayer parece convencerle mi trazado de las etapas. Ya lo comentamos ayer a la noche y es posible que llevemos el mismo ritmo diario hasta Santiago.

Charlo con unos ciclistas. Todos nos quejamos del frío. Con él presente, sobre todo si hay un poco de agua, sólo se piensa en avanzar y llegar.

Tímidos copos llegando a Mansilla de las Mulas. Arrecia el viento de cara y la sensación de frío aumenta. Pienso en los ciclistas con el viesto de cara. De hecho se tiende a tomar una posición andando parecida a la de la bici. Cuerpo encorbado, las manos hacia el centro, justo para que el bastón pueda hacer el juego de apoyo.

La llegada al Albergue San Pelayo en Puente Villarente merece la pena. Uno de los mejorcitos hasta la fecha.

Foto0078Así que no es de extrañar que después del frío pasado y con el resol de la tarde aproveche para poner en posición de meditación trascendental.

foto0080_001En San Pelayo me entero de la historia de R. que regena un albergue en uno de los pueblos por los que ya he pasado. La solución a un problema de salud le hizo dejar todo y montar un albergue en el Camino donde, cuando ella lo hizo ya estando enferma, se le abrió un hilo de esperanza que por ahora van dando sus frutos.

Una historia real de el Camino que supuso todo un cambio de vida para ella y los suyos.

Charlo en la cena con una malagueña de 71 años a la que he visto antes al pasar por Mansilla que va haciendo sin prisa y sin pausa turismo santiaguero.

Homeópata y vegetariana ha sido ‘mano de santo’ para una italiana que venía con una importante contractura. Comparto cena con ella, la italiana, su hermana y Dannielle que se convertirá a partir de ahora en un estupendo compñaero de camino en las llegadas y descansos mientras cada uno vamos andando a nuestro ritmo.

Gastos

  • Desayuno: 3
  • Té: 1,10
  • Tabaco: 4,50
  • Albergue: 8
  • Cerveza: 1,50
  • Cena (tallarines y chuleta de cerdo): 10
  • Total: 28,10

Para siempre

Saber la palabra exacta, el gesto exacto, la actitud justa. Pero ¿qué es lo exacto para ti? (pag. 133)

La vida simple

Descubrí que habitar el silencio era una fuente de juventud. Aprendí dos o tres cosas que mucha gente sabe sin recurrir al encierro. La virginidad del tiempo es un tesoro. El desfile de las horas es más trepidante que la tala de los kilómetros. La vista no se cansa nunca de un espectáculo de esplendor. Más se conocen las cosas, más bellas se vuelven. (pag. 226)

La vida consiste en resistir al golpe de la muerte de los seres queridos. (pag. 227)

Camino de Santiago, decimotercera etapa. Calzadilla de la Cuesta-Bercianos del Real Camino. 26 de abril

32,1 kilómetros.

Nublado. Amenazando lluvia que no llega a caer.

Ando con los recuerdos del día anterior que me acompañan.

Terradillos. Ecuador de el Camino.

Castilla se va volviendo ondulada.

Moratinos. Parada para el avituallamiento. Solo y tranquilo en mitad de la plaza.

Sahagún. Compro fruta, cajero y café con un estupendo milhojas.

Foto0076Llego al albergue de Bercianos.

Tras toda la rutina, ya a la tarde, rica experiencia compartida con oración y cena comunitaria en la que todos colaboramos bien en la preparación de la misma o en la recogida y limpieza.

Había pensado alojarme en otro albergue pero estaba lleno.

Comparto la cena con una húngara, no sé por qué me da que es religiosa, y varios franceses.

Gastos

  • Desayuno: 3
  • Fruta, galletas y frutos secos: 5,20
  • Café y pastel: 2,10
  • Albergue, cena (potaje de lentejas y desayuno del dá siguiente): 10
  • Café: 1
  • Total: 21,30

Para siempre

Y de pronto recuerdo: bebe despacio, concéntrate en el placer de beber, sé tu cuerpo que bebe. La vida está tan llena de milagro. Pero somos convulsivos rápidos, distraídos, se pierde tanto.

La vida simple

Lo que el ser vivo pierde en amplitud lo gana en intensidad. (pag. 66)

Nota

Hoy 31 de mayo, un día especial para mí que coincide al mismo tiempo con la transcripción de la mitad del camino hecho me acuerdo de algunas personas de manera especial por distintos motivos.

Así que esta mitad de lo andado y este día por el seguir viviendo quiere ser un recuerdo especial para Aitzol, Lucía, Manuel y Mercedes que ya se fue.

‘Y de repente, todo es tan relativo’….

Los otros tres que siguen en el juego de la vida seguro que entenderán este guiño.

Camino de Santiago, duodécima etapa. Población de Campos-Calzadilla de la Cueza. 25 de abril

32,9 kilómetros.

Día soleado. Calor al mediodía en las largas rectas sin agua después de Carrión de los Condes.

Espectacular amanecer. El rojo de la luna acostándose a la izquierda del camino y el sol que enrojece el cielo despertándose a la derecha.

Mucho tramo paralelo a la carretera. Se hace tedioso.

Foto0074Café y pintxo en Villalcázar de Sirga.

Foto0075La llegada a Carrión me trae recuerdos de personas y momentos vividos. De José Luis que ya se fue hace unos cuantos años y con quien compartí por aquí algunas jornadas maravillosas. De Imanol, de quien acabo de recibir un mensaje, mientras al fondo, muy al fondo contemplo su querida montaña palentina.

Paro en Carrión a comprar tabaco y conseguir sellos para una postal que prometí enviar. ¡Qué cosa tan natural ver a la estanquera fumando sin ningún recato! Una forma clara de decir que el negocio lo lleva dentro. Puede que no sea políiticamente correcto, pero como elemento de marketing no está mal.

Llevo días desconectado del falso mundo digital, totalmente prescindible para el día a día vital.

Pienso en el valor de la austeridad, en el saber aceptar lo que te ofrecen.

Las rectas de Castilla hacen que el tiempo tenga otro ritmo, menos estímulos aparentes y más cansino para el andar.

A la salida de Carrión una joven, Esther, me saluda alegre al pasar. Me la reencuentro casi llegando a Calzadilla mientras reposo un rato y tomo parte de mi ración de plátano diario en una sombra al lado del camino.

Hacemos el tramo final juntos, charlando distendidamente. Lo prolongamos en una agradable comida de conversaci´´on, risas y alguna lágrima emocionada.

La diferencia de edad, más de 30 años, no es barrera para hablar de la familia, el amor, las relaciones, lo que nos importa y deseamos.

En el Camino, todos los encuentros son palpables. Tú decides con quién, cuándo y cómo. Pasan por la mirada, la voz, el tacto… Me lo decía hoy también L. de otra manera: para saber cómo estás, mejor que los sms es escucharte.

En el albergue charlo con el hospitalero voluntario mientras pico-ceno con J. ¡Qué vida la suya! No por hospitalero, sino por lo que hay detrás.

Aparece, en su realidad, el Camino como espacio de acogida para personas que, en otro medio y circunstancias quizás no tendrían donde poder tener una mínima dignidad vital. J. me cuenta otro caso que vivió ayer en el albergue en el que pasó la noche.

Gastos

  • Desayuno: 2,70
  • Postal: 0,40
  • Tabaco: 8,70
  • Sellos: 1,50
  • Albergue: 7
  • Comida (Ensalada campera, costillas): 10
  • Cafés: 2,20
  • Cena (Raciónes de queso y jamón compartidas y bocadillo de tortilla): 12,50
  • Total: 45

El crrimen del soldado

Aquel muchacho no renunciaba a decir ni a recibir: confiaba el intercambio al tacto. Su toque discreto me rozaba y allí donde se depositaba abría mis poros y se producía un intercambio de corriente entre él y yo… (pag. 51)

La mirada te acaricia o te corroe. (pag. 68)

La voz humana deja en el oído huellas más resuletas que las digitales. Las circunstancias especiales, además, aumentan la capacidad de reconocerla. (pag. 76)

La profundidad se esconde en la superficie (pag. 96)

Para siempre

Pero lo más urgente es estar contigo, conocerte, cruzar mi vida con la tuya. ¿Qué más puede haber en lo que he vivido? (pag. 114)

¿Cómo se puede ser hombre sin olvidar?, se es hombre sobre todo por lo que se olvida. (pag. 119)

Camino de Santiago, undécima etapa. Castrojeriz-Población de Campos. 24 de abril

29,9 kilómetros.

Foto0073Desayuno en el albergue antes de salir.

Día soleado y fresco. La lluvia, por suerte, sigue sin aparecer.

En la Fuente del Piojo un paisano prepara el avituallamiento de pago.. Fruta, café, infusiones. Cada uno, en estos tiempos, se va buscando y haciendo la vida como puede o le dejan.

La pequeña japonesa sigue avanzando constante, siempre con la sonrisa presente.

Desayuno en Boadilla del Camino en la Casa Rural En el Camino. Agradable patio. Recupero el gusto y la agradable sensación de airear los pies.

Paro en el albergue de Población de Campos. El más flojo hasta la fecha. Solo una pareja oriental cuando llego, aunque acabaremos estando 13 personas.

A veces los espacios engañan. La mujer que se encarga del albergue gestiona también un centro de turismo rural.

La vida ha sido dura para ella. Nos ‘regala’ una estupenda cena que compartimos Paco, el malagueño andarín de a 45 kilómetros por día, un bradileño, un polaco y 3 alemanes.

Disfrutamos con la atención y la sencillez de unas buneas patatas fritas caseras que los alemanes quieren repetir y que acompañan a la carne que ha venido precedida de una contundente sopa.

Sabiduría del malagueño. En el Camino hay tres cosas básicas: los pies, dormir bien y comer por lo menos una vez al día con contundencia. La bebida tampoco se quedó corta. ¡Cómo entraba el clarete!

Antes de la cena, tomando una cerveza tranquila, surge de nuevo la pregunta ¿Por qué estás haciendo el Camino? Ahí la dejo de nuevo flotando. No me agobia. Me siento bien, tranquilo y disfrutando con lo que me voy encontrando.

Soy consciente en la cena de cómo los (mis) prejuicios siguen estando presentes. Había situado al brasileño con el que compartía mesa y mantel como un portugués con ganas de hacer ‘negocio negro’, cuando a la entrada de Frómista me entregó propaganda anónima del sitio donde estoy cenando.

¡Cuánto camino me queda por hacer!

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Gastos

  • Desayuno: 2,40
  • Fruta: 2,33
  • Aquarius: 2
  • Albergue: 4
  • Café: 1.10
  • Tabaco: 4,50
  • Cena: 10
  • Total: 26,33

Para siempre

¿Quién soy? Tiene gracia, no recuerdo habérmelo preguntado nunca: ¿quién soy? ¿Y desde cuándo comencé a serlo? Debe de ser útil saberlo, ¿qué hay dentro de mí?, al menos para saber qué voy a entregar a la muerte. ¿Llegaré a saber alguna vez quién soy?, ¿o lo que soy, que está un poco más hacia aquí de eso? ¿Y qué es lo que soy, además de lo que fui siendo? ¿Qué perdura en mí de lo que fui siendo? Lo que soy, es curioso, lo que soy es. (pag. 106)

La vida simple

Me vuelve el silencio, el inmenso silencio que no es la ausencia de ruido sino la desaparición de todo interlocutor. (pag. 85)

Camino de Santiago, décima etapa. Tardajos-Castrojeriz. 23 de abril

30,2 kilómetros. Día del Libro

Foto0071Día fresco y soleado en la verde Castilla que será ya sol caliente al mediodía al llegar a Castrojeriz.

Desayuno antes de salir en el albergue. Parece que hay ambiente madrugador.

En Hornillos del camino, primera parada. Un plátano y un cigarrito saboreando todavía la velada de ayer.

Hontanás, un pueblo que aparece de la nada. Café tranquilo al sol junto a un polaco que no para de hacer ejercicios de estiramiento. Ambiente sosegado.

Castrojeriz.Llegada al mediodía al albergue. Paco, el hospitalero, atento a los que vamos llegando, ofreciendo informaciones prácticas, infusiones y desayuno para la mañana siguiente. Hasta la fecha, la vez que más españolitos hay en un albergue.

Hoy, Día del libro en el paisaje han ido apareciendo molinos de viento como una  llamada a nuevas andanzas quijotescas.

Curiosas algunas conversaciones que se escuchan. Lo comento vía sms con una amiga y me contesta que Luis Landero ya decía que había todo un negocio en montar el ‘Psico-Jacques’. Apoyo psicológico en el Camino para divorciados y gente en crisis.

Me voy acercando a la mitad del Camnio y me doy cuenta como en el mismo se van cumpliendo una serie de rutinas:

– Levantarse entre las seis y seis y media.

– Ponerme a andar con un desayuno más o menos frugal.

– Ir andando y parando cada dos horas, dejando que todo vaya fluyendo.

– Llegar entre las 13:30 y las 15:00.

– Aposentarse, ducha, colada y comida frugal por lo general.

– Descansar un poco, pasear por el pueblo, leer, pasar las notas a limpio, conversar, observar…

– Cenar entre las 19:00 y las 20:00 y ¡a dormir!

En el albergue me cruzo con una chica de Getxo que en un primer momento se me dirige en inglés. ¿Tendré pinta de ‘guiri’?

Ceno con J. en el Mesón de Castrojeriz y seguimos la conversación de la noche anterior. ¡Qué idas y venidas tiene la vida y qué compañías más inesperadas!

Gastos

  • Desayuno Hontanás: 2,80
  • Albergue: 5
  • Cerveza y tinto: 2.20
  • Cena (Alubias, carne guisada y arroz con leche): 10
  • Café: 1,50
  • Total: 21,50

Para siempre

En el Día del libro leo….

– Cómo es que todavía no te ha llegado la noticia de que el libro pertenece a una época que ya ha muerto? ¿Que pertenece a la época de la memoria y que la memoria se ha terminado? Escribir un libro, imagínate el tiempo de la vida que se ha perdido. Y leerlo despacio, con notas al margen. Y guardarlo en estantes como un cadáver en un nicgo.

– La época del libro es la época del artesanado. Una cosa destinada a un individuo, fabricada con lentitud. NO tenemos tiempo, tenemos mucha prisa. (101)

Inmóvil la tarde por la plaga de calor, el sol cae a plomo en la arena blanca del camino. (103)

La vida simple

Cuando uno desconfía de la pobreza de su vida interior, hay que llevar buenos libros: con ellos siempre se podrá llenar el vacío. El error sería escoger exclusivamente lectura difícil imaginándose que la vida en los bosques lo mantiene a uno en un alto grado de temperatura intelectual. El tiempo se hace largo cuando no hay más que Hegel para una tarde de nieve. (26)

Camino de Santiago, novena etapa. Atapuerca-Tardajos. 22 de abril

30,6 kilómetros.

Foto0070Día fresco y nublado. Estupendo para andar. Ya a la tarde va asomando el sol entre las nubes.

Soledad-solitariedad en el Camino. A lo largo del día, hasta la llegada, sólo coincido con dos peregrinos españoles en Orbaneja Ríopico mientras tomo un café. Los vuelvo a ver en un breve descanso antes de llegar a Tardajos.

Ellos y un par de ciclistas son los únicos que veo a lo largo del día. Ni al paso por Burgos capital, fatalmente señalizado a su entrada, me encuentro con peregrinos.

Es la primera vez que en la parada del café se rompe ese hilo de continuidad con personas con las que había coincidido en el albergue.

Cierto es que he madrugado para ver desde lo alto de la sierra de Atapuerca el amanecer con Burgos al fondo.

Día de andar solitario, pero como le decía a una amiga en un sms, también de ‘estar a gustito conmigo mismo’.

Llego a Tardajos a las 13:30, algo antes de lo que preveía. El albergue, atendido por hospitaleros voluntarios, no abre hasta las 15:00. María Jesús, la hospitalera me ve llegar y me permite amablemente dejar la mochila. Tomo un plato combinado en el bar de enfrente.

Curiosa, aunque no extraña la estampa en el bar. De los 10 parroquianos presentes, 9 hombres y una mujer. Algunas cosas parecen no cambiar.

María Jesús ofrece a todos los que vamos llegando un póleo-menta que se agradece.

Charlamos.

Poco a poco va llegando la gente, incluidos algunos que parecen que van más buscando hotel que acogida cin somprender ese lema que circula el turista exige, el peregrino agradece’. Estos, que parecen exigentes, no dan el visto bueno a lo que ven en el albergue y siguen para adelante.

Voy pegando la hebra con un navrro de adopción y la hospitalera. tras algunas compras que cada uno hemos hecho por nuestra cuenta para cenar en el albergue y, como quien no quiere la cosa, entre palabra y palabra van apareciendo alguna botella de vino, paratas fritas, queso, chorizo, salchichón… y buena conversación.

IMAG0345_recortadaSe nos arrima también un alemán-argentino o argentino-alemán, amante solo del ‘vino de oca’ y hacedor de versos en sus ratos libres.

Y mientras va fluyendo la conversación surgen algunas coincidencias y sorpresas inesperadas.

¡Nunca sabe uno lo que y con quién se va a encontrar en El Camino! En la vida también suele pasar.

Grata velada que socializa el día vivido a gusto en soledad.

Gastos

  • Desayuno: 5
  • Fruta: 3,25
  • Comida (plato combinado, cerveza y café): 9,20
  • Tabaco: 4,30
  • Pan y queso: 2,80
  • Crema solar: 11,50
  • Albergue: 7
  • Total: 43,05

Para siempre…

… lo que amé y ya no amo, los sueños que soñé y no se hicieron realidad o se hicieron realidad y aun así no se hicieron realidad porque la realización de un sueño es solamente el sueño de esa realización… (pag. 92)

La vida simple

¿Qué es la soledad? Una compañera para todo momento.

Es un bálsamo aplicado sobre las heridas. Hace caja de resonancia: las impresiones multiplican su intensidad cuando se está solo…

Genera pensamientos dado que la única conversación posible es con uno mismo. Lava toda la charla, permite echar una sonda en uno mismo. Convoca a la memoria el recuerdo de los seres amados… (pag. 97)

Camino de Santiago, séptima etapa. Cirueña-Belorado. 20 de abril

28,6 kilómetros.

Foto0059Sol y nubel acompañan el inicio del día, para terminar en una estupenda tarde soleada. Fresco-frío al inicio. Estupendo para andar.

El cuerpo parece responder como un reloj. Sólo los pies por el trote que van recibiendo lanzan de vez en cuando algún gemidillo puntual que se va acallando por sí mismo como si fueran conscientes de que ‘es lo que hay’.

Al llegar a Grañón, tras haber pasado por un Santo Domingo todavía dormido, tomo un café y repongo en la farmacia mi pócima mágica para los pies.

A la salida del pueblo, en un pequeño mirador, disfruto de una vista que me resulta bella en ese momento y en el mirar hacia el paisaje y hacia dentro van apareciendo algunas personas que han sido importantes en mi vida por distintos motivos. No hay, al fin y al cabo, vida sin otros.

Parece que vamos por la Nacional-1. Lo que falta todavía…..

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En Castildelgado, ya provincia de Burgos, paro tranquilo en soledad a fumarme un cigarrillo.

Al poco Viloria de Rioja, pero de una Rioja ya burgalesa. Quizás din denominación de origen.

Se me acerca un caminonero que ha tenido que parar por cumplimiento de horrarios en un pueblo sin casi servicios más allá de una panadería. El Hostal hoy cierra. Me habla del ‘mérito de hacer el camino’. Yo miro y callo pensando en la diferencia entre el gusto y el trabajo de la ruta obligatoria, monótona y pautada por otros que él se ve obligado a hacer.

Según voy llegando a Belorado aparece una furgoneta del albergue en el que tengo pensado alojarme. El Cuatro Cantones. Va repartiendo agua a los peregrinos. Está de aniversario y se van haciendo publicidad.

Veo y oigo a más personas silbar y cantar. Cada uno a su bola.

En Belorado, ya en la plaza, a gusto en una terraza con sol, después de haber cumplido las rutinas diarias, se oye el crotoreo de las cigüeñas.

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Comparto en el propio albergue por primera vez cena en mesa aparte con otras cuatro personas que hablan castellano. Los responsables procuran ubicarnos en las mesas por idiomas. Se garadece.

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Una pareja de Barbastro y otra de Zaragoza. La gastronomía se convierte en el tema base de conversación. Me tendré que poner a probar algún día Bacalao con cardo y cordero con espárragos.

El tiempo sigue. Nada trascendente en el aire y el ambiente más allá del vivir diario.

‘A cada día y a cada momento le basta su afán’.

Gastos

  • Café: 1,10
  • Vips Vaporub: 5,35
  • Albergue: 5
  • Caña y pintxo: 3,90
  • Fruta y galletas: 2,47
  • Café y pintxo: 3
  • Cena (Ensalada y lomo): 12,20
  • Total: 33,22

Para siempre…

En todo caso, feliz. Sin prolongamientos de sueños, proyectos, memorias; feliz. Sin agitación alguna que te remueva hacia donde ya no te mueves. Feliz. La felicidad es eso, estar quieto en los límites en los que se dice que no a lo que está más allá. Ser todo entero donde se es y no donde no se es, me gusta verte así. (pag. 82)

Nota:

No he tocado ni tocaré un ordenador en todo el camino.

Privado de ordenador, no tengo más que el pensamiento. El recuerdo es un impulso eléctrico como cualquier otro. (La vida simple; pag. 38)

Camino de Santiago, sexta etapa. Navarrete-Cirueña. 19 de abril

32 kilómetros.

Foto0056Nada más alir, a las 7 de la mañana, empeiza a llover. Las primeras gotas del Camino.

Tras montar toda la parafernalia de ponerme la capa me doy cuenta que, con lo que está cayendo, el paraguas es más eficaz y cómodo.

La lluvia y el frío provocan que el paso se acelere en estos primeros momentos.

Al llegar al área de descanso de Ventosa, aveces esto parece una carretera por la terminología e incluso por sus postes kilométricos, la lluvia remite y mientras como uno de mis ya habituales plátanos a cubierto se acerca una húngara que tiene dos tiendas de electrodomésticos en Budapest y que ya hace unos años visitó la fábrica de Fagor, Donosti y Bilbao. El Guggenheim queda para ella como un vago recuerdo. La interesaban más los electrodomésticos.

Por dos veces a lo largo del día me encuentro con dos mujeres desorientadas que no se mueven, sin saber, aparentemente, por dónde seguir. La necesidad, a veces, de que nos tracen el camino o de que alguien asuma por uno el riesgo de la decisión acertada o equivocada está también aquí presente.

Llego a Nájera. Lorena me está esperando y graba la llegada. Me debe todavía ese vídeo de ‘entrada triunfal’. Tras un desayuno y charla al ladito del río y el puente, me deshago de lo que me sobra. Algo de ropa, un libro, el bastón de monte, la vaselina, la crema de sol….

Hago algunas compras en un pequeño ultramarinos que es imposible que pague y aplico el principio de mi amiga L. :’no vamos a discutir’.

El pequeño ultramarinos, de los de toda la vida, es un perfecto puzzle donde nada falta y todo tiene su espacio justo.

Las personas siguen pendientes de los peregrinos y funcionan a veces como si el Camino sólo fuera uno. Si te ven, como es el caso, en el pueblo circulando en sentido contrario te avisan con toda su buena voluntad de tu aparente error.

A lo lejos, tormentas que descargan y van y vienen a su antojo por el cielo.

Foto0057A los caminantes sólo nos llegan algunas gotas que refrescan el andar.

En Azofra, donde almuerzo un bocadillo de tortilla de queso, me vuelvo a encontrar a Pepe. ¿A dónde llegará hoy a dormir el ‘correcaminos’ mudo?

Avanzo entre mil tonalidades de verdes.

Llego a Cirueña y en el ‘ir llegando’ disfruto sin esa sensación del ‘¡por fin! y sí del ¡qué gusto! que me hace ir más despacio y tranquilo bordeando el campo del golf y un conjunto de urbanizaciones fantasmales y vacías.

La acogida en el albergue Virgen de Guadalupe, un espacio con un encanto especial gracias al donostiarra Pedro es todo un regalo de tranquilidad y acogida.

Foto0058De los 13 peregrinos que nos alojamos soy el úncio castellano hablante.

Disfrutamos en la cocina de cena comunitaria. Un rico y contundente potaje de lentejas, arroz, verduras y chorizo acompañado de vino de la tierra. Gracias al sueco, que trabaja profesionalmente de traductor, las conversaciones se hilan con facilidad.

Me llama la atención un joven austriaco de 19 años haciento también el camino en solitario.

Todos tenemos una cierta conciencia de estar disfrutando de un momento especial. Desde el joven austriaco, hasta la madura alemana muy por encima de los 65.

Todo en gran medida por Pedro que ya desde hace unos años se lió la manta a la cabeza y comparte su año entre Cirueña (marzo a octubre) y su querida Donosti.

Gastos

  • Tabaco: 8,50
  • Almuerzo: 4,50
  • Cena: 7
  • Albergue y desayuno: 13
  • Café y pintxo: 2,20
  • Total: 35,20

Para siempre…

¿A quién puedo llamar y que todavía venga? (pag. 66)

Fundar en mí mi vida, si es que queda en mí algo donde fundar. (pag. 66)

Estoy bien aquí, me asomo por el ventanal hacia el norte. Es una dirección llena de convergencia para las miradas humanas. El Norte. (pag. 67)

Estoy solo, ¿qué voy a hacer? He de tener a alguien presente y hasta un poco de futuro, en la medida en que se pueda. (pag. 70)

Nota

En este día de tiempo real, es decir 24 de mayo, aprovechando mi ida y venida a Madrid termino el libro de Sylvain Tesson La vida simple del que, probablemente iré también a partir de ahora incorporando algunas citas que me han producido ecos del Camino en estos dos días de lectura y viaje en autobús.

Es asombroso cómo el hombre acapara la atención del hombre. La presencia de los otros borronea el mundo. La soledad esta conquista que devuelve el goce a las cosas.

Estar solo es escuchar el silencio.

He llegado al embarcadero de mi vida.

Al fin sabré si tengo una vida interior. (pag. 30)

Es posible

Camino de Santiago, quinta etapa. Torres del Río-Navarrete. 18 de abril

32,9 kilómetros.

Foto0053_usadaSoleado hasta poco antes de Logroño y nublado después.

Salgo un poco más tarde lo habitual por desayunar en el albergue. Hay cola para ‘la manduca’ de inicio de día.

La subida hacia la ermita de la Virgen del Poyo ofrece unas preciosas vistas mañaneras. Ya enfilando hacia Viana los pueblos se empiezan a divisar a lo lejos. Cambia el paisaje. Algo que supongo que por Castilla se acrecenterá. Ello provoca una doble sensación, según el estado del cuerpo y cabeza de alejamiento-acercamiento.

Aprovecho el paso por Viana para comprar fruta y tomar un café.

El Camino hasta Logroño se me hace pesado.

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Lo cierto es que me pesan las piernas y algo de lo que llevo encima.

Mucho asfalto y el día como el ánimo andarín se va tornando a nublado.

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Tras pasar Logroño y realizar un parón reponedor en el Parque de La Grajera siento que las piernas recuperan su tono y las agujetas parecen desaparecer de golpe y me provoca la sensación de ‘tener una marcha más’ para seguir andando.

Llego así al albergue municipal de Navarrete mucho mejor de lo que esperaba, pero queriendo abandonar algo de peso y material que me empieza a resultar superfluo. Así que me monto la logística para poder hacerlo posible al día siguiente a mi paso por Nájera.

Es el primer día que tomo conciencia del tiempo que me paso silbando alegremente mientras ando. Sensación que hace mucho tiempo que no tenía.

A lo largo del día me he cruzado con una pareja extranjera, joven, con sus dos hijos pequeños y un estupendo artilugio que sirve de llevabebés y llevabultos.

Ya en el albergue coincido con otro jubilado, Pepe, al que he visto varias veces a lo largo del día en ese ‘hacer la goma’ que todos llevamos dentro en el Camino. Hombre de poco hablar porque, como él dice: ‘¡Total, para lo que hay que decir!’

En el albergue hay un ambiente algo más juvenil que los días anteriores y en sus cercanías un personaje curioso que ¡a saber qué historias estaba contando a la madre e hija venezolanas!

Hay alguna cara que ya se empieza a repetir en el Camino. Siempre con la sonrisa presente en este espacio-tiempo de ‘buenismo’.

¡Buen Camino! siempre presente con distintos, tonos, acentos y edades.

Gastos

  • Desayuno: 3,30
  • Fruta: 1,45
  • Café: 1,10
  • Albergue: 7
  • Pintxo, cerveza y café: 4,10
  • Galletas: 0,49
  • Cena (pasta y huevos fritos con lomo): 10
  • Total: 27,44

Para siempre

Aprender bien el sentido de una vida que termina, no está al alcance de tu entendimiento. Siempre es posible un año más, es posible un día, una hora más. Y en seguida, atropelladamente, el futuro, que es una variante modesta de la eternidad. (pag. 60)

Ordenar la vida en el desorden de tu vida, disperso, fugaz, la atención distraída de los centelleos de la memoria. (pag. 61)

Camino de Santiago, cuarta etapa. Estella-Torres del Río. 17 de abril

29,4 kilómetros.

Foto0050Saliendo de Estella de noche para seguir viendo amaneceres, nuevos días.

En Iratxe, el primer ‘trago del día’ en la fuente del vino para peregrinos. Dicen que salimos en la web. El marketing siempre presente.

Los pájaros, su piar y el trabajo agrícola son los sonidos de la mañana con la sierra de Codes al fondo.

Desayuno en Azqueta, donde me reencuentro con el inglés jovial. Su saludo: ¡Hola Bilbao!

Acompaña también esta primera hora la presencia de cuatro franceses que van al mismo ritmo de etapa desde Roncesvalles.

Antes de llegar a Los Arcos, en una parada de ‘repostaje’, vuela la visera a una acequia. Un estadounidense, de cierta edad, como si le fuera la vida en ello, se lanza al rescate.

Llegada a Los Arcos, plátano, ni sé cuántos habré comido a lo largo de estos días, y mimo a los pies. Un malgache me cuenta que habiendo salido de París y llegado a Santiago se encuentra ya de vuelta. ¿Será verdad? Casi todo es posible.

El tramo final hasta Torres del Río se hace duro con el calor apretando.

En Sansol, a un kilómetro de Torres, me paró a charl con un francé que tras quedarse en el paro empezó el Camino. No es el primero con el que me encuentro. También hay bastante ‘jubilado reciente’. Dar sentido al tiempo…

En el albergue privado La Pata de Oca ambiente agradable. Sol y pequeña piscina. No hace falta el traje de baño. Cada persona se las apaña con vestimenta distinta para disfrutar del agua.

Me pego el lujo, al mediodía, de unos huevos fritos con chistorra a los que intento exprimir y disfrutar de todo el sabor en una lenta comida.

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En el albergue trabaja una basauritarra y al propietario le encuentro un cierto ‘aire Fito‘.

Ya a la tarde, un joven inglés que también va solo se me acerca buscando una conversación casi imposible más allá de los gestos, el Camino y sus etapas y la constatación dde que ambos, como muchos otros, le dedicamos tiempo a la escritura. Reflejo de un tiempo que se busca reposado, escribiendo a mano y en cuadernos o libretas.

Cuento: cuatro franceses, cinco alemanes, dos portugueses, cuatro ingleses, diez estaodunidenses, tres canarios y un godo: yo.

En el albergue hay un futbolín que me lleva a recuerdos antiguos. Aparece de repente un viaje a Guatemala realizado hace mucho, mucho tiempo, 11 años, y las partidas nocturnas con libreros. Allí fue donde conocí a Roger y muchos otros.

Gastos

  • Café: 1,10
  • Desayuno: 3,50
  • Albergue: 10
  • Comida (Huevos fritos con chistorra y unaFranciskaner): 11
  • Tabaco: 4,50
  • Cena (alubias blancas, lomo y macedonia): 10
  • Total: 40,10

Para siempre

Después retiró una partícula del plato, se la llevó a la boca despacio. La boca rumiaba la partícula, intentaba extraerle la esencia oculta del sabor. Y por fin la engulló ya sin vida, como quien entierra a un muerto. (pag. 56)
Realizar la vida en torno a una ilusión cualquiera. (pag. 57)
Tengo tanta necesidad de darle a la vida una vuelta entera. No te muevas. (pag. 58)

Camino de Santiago, tercera etapa. Uterga-Estella. 16 de abril

29 kilómetros

Foto0047_usadaDía soleado.

Los caracoles acompañan los primeros pasos como marcando el ritmo del andar.

Pego la hebra con un jubilado catalán hasta Puente la Reina. Es su segundo Camino. Llegó ayer el último a Uterga y es de los primeros en ponerse en marcha. Lo hace sólo por el gusto de andar. Nos separamos en Puente. Él necesita almorzar fuerte. Es su gasolina paraa el Camino.

Hablamos sobre la incertidumbre ante el paso siguiente que no sabemos nunca que nos deparará.

Desayuno en Puente la Reina para seguir a mi ritmo.

Al llegar a Mañeru, me paro tranquilo en un lavadero.

Foto0048_usadaMe sale un ‘cigarro contemplativo’. ¿De quién se acuerda uno en el camino?, ¿quiénes son y han sido las personas significativas en la vida?, ¿quiénes lo son ahora y merecen nuestro limitado tiempo?, ¿de quién lo merecemos nosotros?

El Camino ofrece en gran medida ‘relaciones líquidas’, que ven y vienen, pero ¿la vida?

Empiezan a verdear las vides.

Cirauqui. Aparecen los olivos y los primeros síntomas de verde cereal.

Llegando a Lorca se me acerca un jubilado inglés que habla un perfecto castellano. Es su 8º camino. Su cardiólogo le ha dicho que es lo que le mantiene vivo. Probablemente, su jovialidad también.

Me recomienda tomar un vino en un bar que pilla al paso que, como él dice, es del padre, pero lo trabaja el hijo.

Paro en la fuente de la plaza. El agua está hasta ahora siempre presente en todos los pueblos. Una anciana canta las bondades de la fuente a todos los que van pasando.

Villatuerta. ¡Qué largo se hace e final hacia la ducha reparadora!

Llegando a Estella aparecen las agujetas y un cierto bajón de tono.

foto0049_001_usadaLo arreglo, tras la ducha y la colada en el albergue municipal, con un café solo doble y una pequeña ‘bomba’ dulce.

Vuelta por el pueblo con algún cartel estupendo como el de una librería que dice que ‘abre hacia las 18:00 más o menos’ y compra de viandas para cenar en el albergue donde cada uno, en un ambiente siempre de respeto de los ritmos puede seguir a su bola.

Gastos

  • Café: 0,80
  • Agua: 1
  • Desayuno: 4
  • Albergue: 6
  • Café y bomba dulce: 3,20
  • Compra ultramarinos (fruta, queso, tomates, ensaladilla rusa): 6,80
  • Total: 21,80

Para siempre

He de ir, ¿que has de ir? Sólo tienes que estar. Como si hubiese mundo más allá, sólo lo hay aquí. (pag. 47)

Porque nosotros somos nosotros, todo aquello que nos ha hecho ser… Sé entero en ti, en el exacto instante en que eres. (pag. 51)

 

 

Camino de Santiago, segunda etapa. Larrasoaña-Uterga. 15 de abril

32,2 kilómetros

Día despejado.

Al inicio, la noche, los pájaros y el rumor del agua acompañan los primeros pasos que siempre son más alegres.

Paro en Zabaldika donde la Comunidad de Religiosas del Sgrado Corazón de Jesús abre hoy a la noche un nuevo albergue. Al poco rato aparecen Emma y el jubilado de Donosti. Los tres estuvimos en la visita nocturna a Roncesvalles donde nos recomendaros la parada. Cada uno ha llegado a su ritmo, pero siempre en momentos de parada se producen los reencuentros.

zabaldikaVisitamos la iglesia. Hacemos sonar la campana que resuena con profundidad en el valle.

Una responsable de la Comunidad nos acompaña en la visita y nos entrega Las Bienaventuranzas del peregrino y un breve texto: El Camino. Parábola y realidad, donde se habla del Camino como espacio de simplicidad, hermananmiento, exigencia e invitación.

El Camino te simplifica, porque cuanto más ligero sea el equipaje menos te agobiará la espalda y mejor experimentarás lo poquísimo que necesitas para vivir.

Me despido de Emma. No nos volveremos a ver. Ella no lo va a hacer entero e irá más tranquila en el andar a partir de ahora. ¡Lástima de no haber disfrutado de una conversación sosegada! Y demostración de los cruces que se dan en el camino.

Pocos días después, hablando con mi amiga Carmen le comento la sorpresa que me supuso la ‘aparición’ de una arqueóloga glocal (australiana ubicada en Ubide) y me trae al recuerdo ua gestión que me solicitó realizar un par de años antes en Gobierno Vasco. Casualidades de la vida. Era para Emma y la empresa en que trabaja.

De un tirón hasta Pamplona para parar a desayunar en el Café Iruña.

Voy mirando la ciudad de otra manera, siguiendo las marcas de El Camino. Villava y Burlada me han resultado agradables a su paso.

Es de señalar algo que se repetirá innumerables veces a lo largo de estos días: la amabilidad de las personas a la hora de orientarte, decir dónde hay una fuente, un servicio o cualquier otra solicitud.

El Camino en Pamplona, por cierto, está magníficamente señalizado.

Saliendo, me dirijo, pasado Cizur donde aireo un poco los pies, hacia Zarikiegi donde tenía pensado en un primer momento terminar la jornada por el ‘miedo en el cuerpo’ que me había metido un estellés sobre lo duro que iba a ser subir El Perdón al final de la etapa.

Total, el albergue cerrado. As´que si no quieres taza, taza y media. Toca pues superar lo inesperado y aceptar lo que hay delante porque ‘no hay otra’. Subir El Perdón, donde al llegar arriba te espera el ‘vendedor ambulante’ dándote ánimos, por un lado, y ofreciéndote todo tipo de bebidas y frutas, por otro.

Le robo la foto a Emma.

elperdonEl cuerpo manda todavía. Aún no hay tiempo para pensar. Los pies se portan. Le tendré que agradecer a José su conseko del Vicks Vaporub.

Tras subir y bajar, temblando por mi tobillo, llego al albergue de Uterga Camino del Perdón.

UtergaAmbiente tranquilo en el albergue. Pequeño. Repetimos algunos de los que estuvimos en Larrasoaña.

Cuando se acaban las plazas de las literas no hay problema para compartir las habitaciones más allá de género, sexo y nacionalidad.

Pego la hebra con dos mujeres estadounidenses. Una de ellas, ha estado un año de voluntariado en Honduras y nos arreglamos en castellano.

A las 20:00 sigue llegando gente.

Me llama la atención el negocio del ‘vending‘ en El Camino.

Gastos

  • Agua: 0,80
  • Desayuno: 4,10
  • Café: 1,20
  • Agua: 2,00
  • Albergue: 10
  • Cena (lentejas, bacalao con pimientos, tarta de manzana): 12
  • Tabaco: 4,50
  • Cerveza: 1
  • Total: 35,60

Para siempre

Doy una vuelta por toda la casa, doy una vuelta por toda la vida, como un deseo de totalizarla, de tenerla en la mano. Tener la imagen visible de todo cuanto la ha constituido, volverme a ver en ella para llevarla conmigo. (pag. 40)

Camino de Santiago, primera etapa. Roncesvalles-Larrasoaña. 14 de abril

27,9 kilómetros.

Foto0042_usadaEstupendo día soleado.

Se agradece la linterna frontal que me regaló A. antes de salir que permite empezar a caminar de noche (6:30 a.m.) y ver amanecer.

El paso por Burguete y Espinal trae olor a leña de hogar.

Llegando a Bizkarreta, un gallo da la señal de que puede ser una buena hora para desayunar después de haber empezado la jornada con un plátano y un par de barritas.

Las primeras y distintas sensaciones que van pasando por mi cabeza ponen en mis pensamientos la frase de ‘un día que parece una vida’.

Arriba-abajo-llano. Camino alegre y cansado sobre todo después de parar en Zubiri a reponer agua y airear los pies que en los inicios me dan cierto respeto por el run-run de todo el mundo en relación a las ampollas.

Me reencuentro con Emma con quien coincidí tanto en el autobús del sábado como en la visita nocturna a Roncesvalles. Arqueóloga australiana viviendo en Ubidea. Pequeño reflejo de lo que puede ser el camino en esas vivencias cercanas-lejanas.

Foto0043_usadaAl llegar al albergue de Larrasoaña empezamos con los ritmos cotidianos que se repetirán casi a diario: aposentarse, ducha, colada, comida, mimo a los pies y tarde de descanso. Ya me lo dijo el sabio Luis: ‘el cuerpo manda’.

Así, el día, entre el andar y el cuidar, va pasando su tiempo.

Ocasión, también, para recuperar el francés y ver atenta a la gente de Larrasoaña observando el río ‘porque ya se ven las truchas’.

Foto0044_usadaMientras tomo un vino tranquilo, después de aprovisionarme para el día siguiente, con un donostiarra recién jubilado y un navarro en el paro me pregunto sobre cómo vivirán los habitantes de los pueblos, sobre todo los pequeños, la llegada y el paso de los peregrinos.

Ceno con un grupo de franceses, tres hombres y una mujer que camina sola.

Estupendo el arroz con leche.

Gastos

  • Agua: 1
  • Desayuno: 2,70
  • Albergue: 6
  • Café: 1,10
  • Fruta: 3,20
  • Vino: 1,30
  • Cena (pasta, carne guisada y arroz con leche): 13
  • Total: 28,30

Para siempre

… sólo el silencio del camino. A lo lejos, desplega por todo el horizonte, densa, la montaña. (pag. 32)

Camino de Santiago, previos. 13 de abril

Paso una mañana reposada en Pmaplona. Prensa, paseo, comida, conversación… antes de coger el autobús hacia Roncesvalles.

Me encuntro en El País con un artículo: ‘La memoria es lo que se decide recordar’.

Pienso que marcará lo que vaya escribiendo, como recuerdo y olvido no escrito que, quizás, en cualquier otro momento sería de signo distinto.

Tras coger el autobús, el ritual del inicio al llegar al albergue de Roncesvalles y la prtimera ubicación. Mi primer contacto, con el mundo de El Camino. Botas fuera, litera…

Foto0040_usada

Un primer empape de lo que quizás vaya viviendo los próximos días mientras tomo una cervecita en Casa Sabina, donde cenaré, también, después acompañado de un catalán. Gracias a su información pude asistir a partir de las 21:30 a una visita que sólo se produce los sábados, cuando sube el ‘pater’ para la misa y que permite tanto visitar algunos rincones especiales de la colegiata como ponerte en situación de lo que pueden ser los próximos días y constatar los diferentes motivos por los que cada persona nos ponemos en camino.

Gastos

  • Autobús Pamplona-Roncesvalles: 6
  • Caña: 1,20
  • Albergue: 10
  • Menú (Macarrones, lomo, cuajada): 9
  • Tinto crianza: 1,20
  • Total: 27,80

Para siempre

Pero por debajo de todo este palabrerío, ¿qué palabra esencial? La que salde una angustia. La que responda a la búsqueda de una vida entera. La que queda después, la que está antes de todas las que se han dicho. (pag. 22)

Camino de Santiago, previos. 12 de abril

Los contextos suelen ayudar a dar sentido.

Hoy viernes 12 de abril, cuando empezaba mi desconecte, me econtré con Santi en la estación de autobuses justo en el momento en el que iba a recoger mi billete que me llevaba a Pamplona.

Charlamos brevemente y se despidió con la siguiente frase: ‘Me alegro mucho. Te encuentro risueño y feliz’.

Supuso un toque positivo de por dónde empezar y seguir en ese juego de ‘la cara como espejo del alma’, sin saber si, a veces, el espejo nos devuelve realmente nuestra imagen real o nos la trastoca al igual que esos espejos cóncavos y convexos que mutan nuestra apariencia.

De ahí, ya, con otro tono, partí a Pamplona, donde M., como otras tantas veces me acogía, convirtiéndose en el último eslabón entre la cotianidad y el Camino.

Siempre es importante ver quiénes van quedando como últimos lazos en nuestra vida.

Para siempre…

¿Te queda algo más que aprender? Nada más. Tú y la vida que en ti fue aconteciendo. (pag. 7)

Preparar el futuro, el futuro…Y una súbita ternura no sé por qué. Silencio. Hasta lo más coculto de tu conmoción. Preparar el futuro. Preparación para la muerte. Está claro…No es la vida lo que hace falta, sólo aquello que la hace vivir. (pag. 7-8)