Los miedos de un sector que vende falsas eternidades

¿Qué ha sucedido para que la literatura, los textos literarios y científicos, motor de algunas de las propuestas más ingeniosas e innovadores en el pasado, no hayan sido el motor de nuevos modelos de difusión textual, limitándonos, como lo hemos hecho, a algunas propuestas que siendo de los años setenta ahora se presentan como modernas? ¿Acaso en este campo no hemos sido capaces de creernos ni desde las universidades y los centros de investigación, ni desde la industria editorial la sentencia de Allan Kay de que la mejor manera de predecir el futuro es inventarlo? Lo que está sucediendo en la actualidad -y aquí nos centramos en el ámbito hispánico- con el libro electrónico y el auge de los e-readers puede ser una bunea radiografía de nuestros miedos, de nuestras limitaciones, de los muros que seguimos levantanmdo ante las innovaciones y que nos impiden ver más allá del presente. De un presente que… se nos intenta vender como un ‘ecosistema literario’ eterno, cuando tan sólo cuenta, en el mejor de los casos, con doscientos años de vida. (José Manuel Lucía; Elogio del texto digital; pag. 76)

Y añado: qué daño han hecho los intereses particulares de algunos grandes para no dejar al sistema editorial moverse.

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