Salgo en un rato para Barbastro. Tengo la suerte, además de que Fernando Juárez va a jugar el papel de bibliotecario-chófer o viceversa. Le iremos dando a la ‘sinhueso’ con total seguridad. Así que si a alguna persona le zumban los oídos ya sabe cuál puede ser la causa.
Tengo ganas de repetir charla con Paula Corroto, conocer en persona a Carme Fenoll, Peio Riaño, hablar con Blanca Rosa Roca sobre el último libro de Fermín Goñi que se presenta hoy en Pamplona y mañana en Donosti. Retomar hilo conversacional con Arantxa Mellado y seguir la sobremesa con David Sánchez, disfrutar de la prosa y retranca de Millán. ¡En fin! estos pequeños placeres.
Antes de salir, y ya que de ‘libro electrónico’ y de tomates de Barbastro hablaremos los próximos días, quiero dejar aquí, sin más, algunos guiños a librerías que he ido espigando en estos últimos tiempos.
Las librerías siguen formando por suerte todo un abanico multicolor. Y así hay espacio para:
– Librerías solidarias, por partida doble
– Librerías que propician el encuentro
– Librerías que empiezan atendiendo a los más jóvenes o dando segundas vidas
– Librerías que conversan
– Librerías que cumplen años, muchos años
Yo también, cuanto más conozco a Amazon, o a los voceras de lo digital que convierten en noticia una facturación anual de 250.00 euros, algo a lo que muchas librerías ya están acostumbradas, más aprecio y quiero a las librerías y editoriales independientes.
Momento Publicidad:
1. Gracias a las más de 300 personas que han enviado su imaginario librero. Si te animas, todavía estás a tiempo. El 15 de noviembre empezaremos a trabajar ya sobre las contestaciones recibidas.
2. Según me ha adelantado Luis González, en poco días andará circulando por Lectyo un texto que preparé y que en su momento llevaba por título: Librerías: Transitando del soporte a la experiencia y/o de los libros a los clientes . Lo dedico a todas las librerías que desde su buen hacer nos ofrecen experiencias distintas de mediación y, por lo tanto, experiencias distintas de lectura.