Me gustaría hoy lanzar una mirada lateral que no es excesivamente habitual cuando se anda hablando de lectura, libro, hábitos y demás.
Me salgo por un rato de la oferta y la demanda, del papel y el digital para poner la mirada en algunos otros datos que me parecen importantes y que quizás obviamos con excesiva facilidad.
La lectura de los mismos no me hace ser ni pesimista ni optimista, pero sí que quizás me hace constatar que, probablemente, cada vez se lea menos aunque pueda que sean algunas más las personas que lean. Y, en cualquier caso, es muy probable que esa lectura no vaya en muchas ocasiones unida a ‘inversión económica’ para conseguirla.
Ya sé, ya sé que no parece muy optimista, pero… ¡es lo que hay! y ello supone además que de aquí en adelante, aunque se pueda intentar generar ‘demanda lectora’, esta cada vez estará más alejada de la ‘demanda compradora’.
Dejo algunos datos que me hacen intuir este futuro. Discutibles por supuesto, pero que creo conviene tener en cuenta para no obcecarnos y no pensar que cualquier inversión nos llevará al éxito económico.
Aviso que las reflexiones van unidas al papel del libro-lectura en su dimensión cultural. Los contenidos relacionados con la enseñanza o profesionales son, en el fondo, negocios con lógicas distintas. Así lo han sido históricamente y así lo siguen siendo.
1. Según el Observatorio CETELEM, El 73% de los españoles consideran que tienen serias limitaciones para el consumo. El 76% consideran también que compran menos que hace 5 años. Las razones son, además, básicamente económicas y de sensación de desánimo ante el futuro.
2. En Euskadi, por ejemplo, el gasto en ocio y cultura ha bajado del 2006 al 2013 un 26,4%.
3. En España, del 2006 al 2013 el mayor descenso en gasto cultural por persona se ha producido en el libro no de texto. El gasto en libros es el 63,2% del del año 2006 a precios corrientes. Lógicamente a precios constantes sería inferior. El consumo en espectáculos o audiovisual ha descendido 17 puntos menos y todo lo relacionado con internet ha aumentado.
4. Alguien podrá pensar que parte del gasto perdido para la lectura en los ‘soportes tradicionales’ habrá ido a parar a internet. Puede ser, pero será, en cualquier caso, la parte menor. El último informe de la Fundación Telefónica señalaba con claridad que lo relacionado con la lectura era el único fortín inexpugnable al avance digital.
5. Lo dicho. Son datos, cierto que algo contextualizados, que indican tendencias.
El cruce de datos económicos y tendencias de consumo cultural no auguran ningún crecimiento.
Alguien tendrá que empezar a redimensionarse y cualquier tipo de medida deberá tener en cuenta estas tendencias.
En el fondo… cada vez menos posibilidades para la lectura y, en cambio como ya señalamos en su momento, más para la música y el cine que se adaptan mejor al ámbito digital ¿no?